El capitán Gallagher había comandado el Avalon durante años, embarcación que aterrorizó los mares desde Valladolid, hasta las costas orientales del viejo mundo. Ese viejo pirata, fue el mismo que acogió a Soobin un día en que por error llegó a la Isla de Genové.
Soobin, creció leyendo la gaceta de Ecláire, la que estaba al tanto de los movimientos que hacía el Avalon. También leía las novelas piratas que se publicaban en las gacetas literarias. Desde los 8 años, él había crecido con la idea de que los piratas eran una especie de grandes héroes.
Poco antes de entrar a la Academia de Oriente, cuando Soobin tenía 17 años, sus padres habían organizado un viaje a Genové para navegar antes de que el príncipe se encerrara en las aulas de estudio, pero por un compromiso administrativo, ellos no pudieron asistir, por lo que Soobin viajó solo a la isla.
Aquella tarde, los piratas del Avalon arribaron al muelle y Soobin los detuvo con valentía diciendo que esa isla era propiedad de los reyes de Ecláire y ellos no tenían derecho de entrar en el área privada. En aquel entonces, la tripulación del Avalon, no era lo mismo que Mingi había formado, los piratas eran maduros, obedientes y mantenían un código de honor que los regía a todos por igual.
Gallagher y su tripulación se marcharon de Genové, no sin antes invitar a Soobin como uno de ellos, el capitán le había dicho que necesitaban a más muchachos con el coraje que él poseía.
Soobin dudo, pero la idea no se salió de su cabeza. Tardó tan solo dos días en responder al llamado del mar, de la aventura, y una mañana alcanzó al Avalon en la misma ensenada.
Aquel día todos lo recibieron bien, y cuando se graduó de la academia, volvió y se quedó al lado de la tripulación. Poco a poco aprendió sobre la vida en el barco y con los años, se convirtió en la mano derecha y consejero del capitán.
Por alguna razón que Soobin desconocía, Gallagher nunca cruzaba el barco de los límites de la isla de Valladolid, por lo que cada seis meses, viajaba al puerto, para abordar el Avalon y así poder navegar al lado de los piratas, y durante un mes recorrían las rutas en busca de tesoros escondidos. Todo funcionó bien durante 6 años.
Hasta el día en que Soobin llegó al barco y encontró a Mingi dentro. Seonghwa, uno de los piratas más jóvenes, seguidor de Gallagher, le había contado que, el capitán había bajado a una isla alejada de Valladolid y simplemente había regresado con Mingi, quien tenía pruebas contundentes de ser su hijo legítimo.
Al principio Mingi, Seonghwa, Yeosang y Soobin se llevaron muy bien pues todos rondaban la misma edad, y sin proponérselo, comenzaron una amistad.
Soobin continuó siendo la mano derecha y consejero de Gallagher, cosa que a su hijo no le agradaba, mucho menos le gustó cuando el viejo enfermó y señaló a Soobin como su sucesor. Pero lo que sin duda hizo que Mingi le odiara a morir, fue que Soobin tomara el mando del barco en una dirección diferente.
Soobin quería que los saqueos y los ataques a los demás barcos se detuvieran, él pretendía buscar los tesoros escondidos que venían en el diario que Gallagher le había heredado y tal vez hacer trabajos de contrabando al mejor postor.
Por supuesto que a Mingi quien tenía un fuerte deseo por violencia, nunca le pareció una buena idea y poco a poco fue reclutando nuevos piratas que se unían a la falta de los que se habían retirado cuando el viejo Gallagher falleció, hasta el día en que se amotinaron en su contra y lo habían echado a golpes de la tripulación.
Pero había algo en la historia de Mingi y Soobin que había quedado inconclusa, el elemento que Mingi jamás creyó que fuera capaz de perder y que ahora estaba reclamando a costa de la vida de Kai.
Habían pasado solo unos instantes cuando San subió del calabozo empujando a Kai. El rubio estaba atado por unas esposas oxidadas, se veía aterrado, pálido y famélico, pero lo que provocó que la sangre de Soobin hirviera, fue que llevaba un ojo morado y el labio hinchado.
No pudo resistirlo más y sin aviso alguno, corrió a la parte baja del barco y de un solo brinco, atravesó a la cubierta del Avalon dejando atónitos al rey Taehyun, a los guardias y a los piratas, pero él no se detuvo. Desenvainó su arma y corrió hacia Mingi, quien no reaccionó a tiempo al golpe que Soobin le propino con la espada, provocándole un corte en la mejilla y parte del pecho.
Mingi cayó a la cubierta del barco con el chaleco negro empapado en sangre y echo girones, Soobin levantó su espada de nuevo, dispuesto a atravesarlo sobre la duela, pero esta vez Mingi fue más rápido y alcanzó a girar; pero eso no detuvo a Soobin quien trato de alcanzarlo, hasta que atesto un golpe y el capitán lo detuvo con su daga.
—¡Ataquen maldita sea! —El grito del capitán fue la mecha que encendió la batalla. Kang Taehyun fue el primero que brincó a la cubierta del Avalon, seguido por sus guardias, quienes comenzaron una pelea encarnizada.
San, arrastró a Kai de regreso al calabozo, quien no dejaba de gritar el nombre de Soobin.
—¡Kai! —Soobin quitó la atención de Mingi y corrió hacia donde San se lo había llevado.
Soobin bajo las escaleras que dirigían a los dormitorios y al calabozo del barco, sin bajar la guardia de su espada.
—¡No te saldrás con la tuya Soobin! —San había puesto la daga sobre el cuello de Kai, usándolo como escudo. Pero Soobin no estaba dispuesto a dejarse intimidar, no cuando la vida de Kai estaba en juego. Corrió sin darle tiempo a San de reaccionar siquiera y le hizo un corte profundo en el brazo que tenía sobre el cuello de Kai y profiriendo un grito de dolor soltó al rubio y cayó de rodillas al suelo chorreando sangre.
—Kai, mi amor, ¿estás bien? —Soobin le ayudó a levantarse y le abrazó a modo de protección entre sus brazos.
—¡Soobin! —Kai lloraba formando pucheros con sus labios, se sentía como un bebé perdido.
No tuvieron más tiempo para hablar, porque San se había levantado y encolerizado, caminó rumbo a ambos hombres —¡Te voy a matar maldito príncipe! —Soobin apartó a Kai y lo puso a su espalda y sin detenerse a pensar en nada, arremetió su espada contra el pirata, quien no tenía la fuerza suficiente para pelear, su brazo derecho no dejaba de sangrar. Soobin continuó dando golpes con su espada, hasta que San cayó al suelo dentro de una celda y Soobin la cerró con uno de los candados que había sobre la pared. San lo miraba con odio, su respiración era entrecortada, el sudor caía por su frente y se tocaba el brazo en señal de que sentía mucho dolor. No se atrevió a decir nada, pues sabía que había sido derrotado.
Soobin tomó una de las llaves y abrió las esposas de Kai, quien no perdió un momento y se abrazó al cuello de Soobin.
—¡Oh mi amor, estaba tan asustado por tí! —Soobin le abrazaba con una mano y en la otra mantenía el agarre de su espada.
—¡Qué linda escena! , viniendo de alguien que roba vilmente y después se las da de santurrón —Mingi les apuntaba a ambos con su mosquete —.Eres un hipócrita Soobin, ¡Dime dónde está! —gritó a modo de orden.
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Rencor©
Fanfiction"CRÓNICAS Y LEYENDAS DE CROWN CITY" 1a edición 1952 Después de escapar de la guardia de Valleir, el príncipe Soobin de Ecláire, se une a la tripulación del Avalon, un barco pirata comanda...