Capítulo 25

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Hayun

Bien bien, ahora mismo estoy debajo de una mesa de cables de conexión del equipo de cámaras. Ahora que lo pienso no es el lugar más seguro para esconderme.

Salgo de allí con la sensación de estar haciendo el ridículo. Por suerte nadie presencia mi espectáculo.

Solo fue un beso, Hayun. Supéralo. No se acabará el mundo porque lo hayas besado.

Fue un inocente choque de piel. Los labios son como piel después de todo. La gente se da golpes o se choca accidentalmente todo el tiempo.

Salvo que lo de anoche no fue un accidente, fue un suave, delicioso y muy dulce impulso. Como cuando Hoon roba un caramelo de la nevera a media noche.

¿Debería sentirme arrepentida? Porque no lo consigo, no me arrepiento de nada por más que lo intento. Es más, hasta lo volvería a hacer si me ponen la oportunidad delante.

—Pero cómo lo miro ahora a la cara. ¡Ay, este cuerpo insensato! —me regaño a mi misma, terca de limpiar el lente de una cámara debido a mis nervios elevados.

Kim Namjoon pasa cerca del set apagado junto a su manager. Distingo su conversación a medias.

—Tres ya, tres de siete. Me quedan dos dedos en esta mano. ¡Dos dedos, Namjoon! ¿Sabes lo que son dos dedos? —inquiere sobresaltado y su tono me resulta gracioso aunque no sepa el contexto detrás de su preocupación.

—Ya ya ya. Lo sé. Pero no controlo todo —le dice Nam.

Sonrío, siempre es lindo ver a mis idols de cerca.

—¡Nos vamos calle abajo y sin frenos! Y luego con el tema de la señorita Kang...

Y se pierden por el pasillo.

—¡Seung Hayun!

—Aaaaaah —grito del susto.

Pego un brinco en mi lugar, casi rompiendo la cámara que agarro como puedo para salvarla, lo último que necesitamos es que me la descuenten del sueldo.

¡Por la virgen y todos los ángeles!

¿Noticia buena? No es Jimin aunque su voz se parece levemente. Es un trainee.

—¡Oh! ¿Noona, está usted bien? No quise asustarla. Weng Yu la estaba buscando, dijo algo sobre una tela de estampado de no recuerdo qué fecha.

Sonrío amablemente.

—Ah, claro. Yo quería saber si podía combinarlo en... —murmuro—. En fin, gracias por avisarme. Iré a verla de inmediato

Asiente y sigue su camino. Yo me dirijo hacia la ubicación en la que siempre está Weng Yu.

Pero a medio camino, Jimin me intercepta. Me doy la vuelta lo más rápido que puedo pero él toma mi mano y me lleva a un lugar apartado.

—Hayun —me abraza como un niño emocionado.

—¿Jimin? ¿Qué estás haciendo? —respiro profundamente—. ¡Dios! Me asustaste.

Sonríe y se disculpa.

—¿Puedes reunirte conmigo en la azotea de edificio B al atardecer? Necesito hablar contigo —declara firmemente.

¿Por qué siento que no puedo decir que no a esa mirada de cachorrito?

Miro mi reloj, eso será en dos horas, antes de irme a casa, justo cuando termino de trabajar. Creo que alguien se interesó demasiado en mi horario. Asiento con la cabeza sin poder controlar mi sonrisa.

Dos horas después voy a la azotea que señalamos. Me acerco a la baranda de cemento. La vista no es la mejor de la ciudad, solo hay algunos edificios alrededor. La brisa sin embargo, es agradable a esta hora.

—¿Te vas a tirar?

Me sobresalto y volteo hacia esa voz.

—¿Eh? —cuestiono tontamente.

Hay una chica aquí. ¿Cómo fue que no la ví cuando llegué?

—Pregunté si te vas a tirar —repite sin expresión.

Miro la baranda, abajo hay una calle poco transitada.

—Ammm. No, claro que no. ¡Nunca! Yo...

Suspiro. Pienso en Hoon. A él nunca podría dejarlo, independientemente de lo que esté atravesando nunca lo dejaría solo en este mundo.

Miro a esta extraña chica, lleva un pijama de invierno de alguna caricatura amarilla que no conozco con la capucha abajo.

Hay dolor en sus ojos fríos. Mi instinto maternal, que parece haberse desarrollado con Hoon, quiere abrazarla y asegurarse de que esté bien. Pero no la conozco de nada.

—¿Quién eres tú? —cuestiono tratando de ser amigable—. Nunca antes te había visto por aquí.

—Soy Chae.

—¿Chae?

—Chaemin.

Asiento con la cabeza, aún un poco confundida por todo. Ella se dirige a las escaleras para bajar dentro del edificio pero me mira una última vez.

—Por cierto si un día decides tirarte y necesitas ayuda. Yo estaría encantada de empujarte.

Me quedo boquiabierta mientras se va.

—¿Q-Qué? —murmuro para mí misma.

¿Está loca o algo?

Mientras lo analizo, Jimin se reúne conmigo en la azotea.

—¿De qué querías hablar?

—No he podido dejar de pensar en ti toda la noche. Yo pensaba en... nuestro beso.

Mis alarmas se disparan.

—E-Ese beso fue un error. ¡Me equivoqué!

El me mira un momento antes de atraerme por la cintura.

—No, no fue un error. Tú me quieres y yo te quiero a ti, eso está claro. Hasta mis manager se dan cuenta.

Mis mejillas se sonrojan violentamente. Ahora sus manager lo saben también. Me estoy volviendo un tomate.

—Tus managers están locos, entonces —declaro nerviosa.

—No te lo niego del todo, el exceso de trabajo no es saludable para nadie pero... Hayun... No sigas nadando en contra de la corriente.

Se acerca a mi rostro y estoy segura de que voy perdiendo esta batalla.

—Es que tú no lo entiendes. Yo no puedo.

—¿Por qué no puedes? ¿Qué es lo que me hace falta?

¡Nada! Es perfecto tal y como es... Pero...

—¿Y qué se supone que pasaría? —pregunto, un poco a la defensiva—. No puedo ser tu novia. Eres famoso y...

—Tienes razón. Soy famoso. ¿Eso es un impedimento para ti?

Me quedo en silencio.

—Hayun. Te quiero de verdad. Lo digo sinceramente.

Frota su nariz contra la mía y mi corazón grita.

—Me acabarás matando —murmuro con una pequeña risita—. Yo también te quiero —extraigo las palabras directamente desde el fondo de mi corazón.

El sonríe con ojos brillantes y es la expresión más hermosa que le he visto nunca.

—¿Pero esto es siquiera posible? ¿Crees que funcionaríamos tú y yo?

—Intentemos.

Asiento con la cabeza fervientemente. Quiero hacer esto.

Es el gesto que necesita para envolverme protector entre sus brazos y besarme. Esta vez nuestro beso dura más y él me enseña, dirige por completo nuestros labios.

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Fake Girl • PARK JIMIN [✅]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora