Fake Girl • PARK JIMIN [✅]

Capítulo 12

Hayun

Al despertar miro alrededor, asustada de encontrarme con alguien. Tengo un ligero recuerdo de lo que pasó anoche pero siento que me he olvidado muchas cosas también. Por suerte él no está aquí, me encuentro sola.

Lo primero que hago es salir de la cama y buscar un espejo como una loca. Encuentro uno frente a la cama, junto al armario. Mi maquillaje sigue en su sitio. Mi técnica infalible salvándome la vida una vez más.

Suspiro, pero no logro relajarme. Observo la habitación con cuidado. Los colores neutros abundan tanto en las paredes como en los muebles.

De acuerdo, dormí en la cama de Park Jimin de BTS. Es normal, completamente normal. No hay nada por lo que alterarse. Esto es algo que le pasa a muchas fans todo el tiempo.

¡Oh, por dios! No me vuelvo a bañar en mi mida.

Salto a la cama y chillo tomando las sábanas. Las aprieto contra mi pecho y un agradable olor a rosas y durazno me cautiva. También diría que es un poco parecido a la vainilla o ¿Talco de bebé?

Grito alejándome con un salto de la cama al ver a un Jimin parado en la puerta con un plato en las manos. ¿Él vio eso? Que la tierra se abra y me trague, por favor.

—¡Oh! Ya estás despierta —se sorprende, sonríe haciendo que sus ojos se cierren.

Entra en la habitación, su habitación, y coloca el plato en la mesita que está frente a los pies de la cama. Se sienta en el suelo.

Por mi parte me dedico observarlo en silencio. En el plato hay waffles y un frasco de mermelada.

—Es el desayuno —me explica Jimin untando un poco de mermelada sobre una waffle—. Yo lo preparé.

—¿Hizo eso para mí?

—También para mí mismo. Yo también desayunaré ¿sabes?

Me sonrojo. Creí que lo había pensado solamente.

—Ven a sentarte —me invita.

Lo pienso un poco. Comida gratis es comida gratis. Eso es suficiente para hacer que me siente frente a él.

Comemos en un silencio demasiado cómodo. No se siente extraño, ni tampoco es tenso.

—¿Te sientes bien? —pregunta.

—Sí —le respondo tomando otro bocado—. Casi nunca me da resaca después de beber.

Parece sorprenderse.

—¡Fuiste bendecida por los dioses! —exclama.

Eso me hace reír exageradamente. Lo dijo de una forma muy chistosa. Él me devuelve la sonrisa.

Ambos nos miramos en silencio durante un rato. Jimin desvía la mirada primero, viendo hacia el plato. Aún quedan unos cuantos waffles.

—Creo que hice demasiados.

Ríe con nerviosismo.

Dudo un poco antes de abrir la boca.

—¿Puedo llevármelos? —cuestiono tímida—. Es que... tengo a alguien que los va necesitar. Le gustan los waffles.

Juego inquietamente con mis manos en espera de una respuesta de su parte.

—Claro. Ven.

Toma mi mano y en la otra lleva el plato con los últimos waffles. Me lleva a la cocina. Una vez allí saca una vasija de plástico con tapa de una de las alacenas. Empaca toda la comida en cuestión de segundos y me tiende el resultado envuelto en una de esas bolsas de súper.

—Todo tuyo. Espero que esa persona los disfrute —

Me quedo sin palabras. Mis ojos lo observan brillosos. Esto es muy significativo para mí. Definitivamente, admiro a la persona correcta.

Lo recibo, rozando mis manos levemente contra las suyas.

—Gracias —susurro sinceramente—. Por todo —agrego.

—De nada —se alza de hombros.

—Debo irme ahora.

Asiente con la cabeza.

—Claro. Te acompaño a la puerta.

(...)

Cuando llego a casa encuentro a mi hermano menor limpiando con un trapo un desastre de vino derramado sobre el piso de nuestra sala. Mamá volvió a beber ¡Qué sorprendente!

Bufo. ¿Pero de dónde saca el dinero para comprar bebidas?

—Deja eso, Hoon. Ven acá —lo llamo a la cocina.

Viene enseguida. Le muestro lo que he traído a casa para él.

—¡Wao! —exclama sorprendido. Sus ojos brillan y puedo apostar que la boca se le ha hecho agua por tan buena pinta—. ¿Esos son waffles con mermelada de fresa?

—Lo son —afirmo.

—¿Cómo los has conseguido? No tenemos dinero para postres.

Sonrió.

—Es un secreto —me llevo el dedo índice frente a los labios—. Cómetelos antes de que me los coma yo.

Toma el empaque y toma un trozo con el tenedor. Lo detiene a pocos metros de su boca. Me mira nuevamente.

—Los podemos compartir.

Se me rompe el corazón. ¡Oh, mi dulce hermanito!

—Era una broma, Hoon —sonrío—. Ya he comido bastantes.

—En ese caso —une las palmas de sus manos—. ¡Gracias por la comida!

Acaba en menos de treinta minutos. Estando satisfecho, se tira en el suelo de nuestra sala. Le he reñido por eso en varias ocasiones. Mamá siempre deja vidrios y botellas rotas por aquí, por lo que temo pueda lastimarse.

—Es un sábado precioso —menciono mirando por la ventana—. ¿Vamos al parque?

Parece gustarle la idea. Sube las escaleras y baja con su balón de fútbol. Ese fue mi regalo por su quinto cumpleaños.

Nos dirigimos al parque más cercano. No tiene mucho más que unas simples áreas verdes y un par de vendedores de comida.

Hoon juega junto a otros niños mientras yo lo observo desde una banca.

Un hombre empuja un carrito de helados por el sendero empedrado hacia una zona con mesas de picnics dónde hay personas sentadas. Observo a la gente en silencio.

Me gusta mucho inspirarme en los estilos de ropa que las personas suelen usar. Me fijo en algo en particular. Un hombre parece muy concentrado en un periódico.

Esperen, yo conozco esas manitas de bebé.

—¿Park Jimin? —murmuro para mí misma.

¿Qué se supone que está haciendo él por esta zona?

—¡Hermana mayor! —me grita Hoon, llegando al trote hasta mi.

Me sobresalto. Miro a Jimin una última vez. Espero que no lo haya escuchado desde la distancia.

—Tengo sed —dice agitado, quitándome la botella de agua de entre las manos.

Vuelve a salir corriendo enseguida. ¡Qué energía tienen los niños!

Vuelvo a mirar el lugar donde estaba sentado Jimin. Pero ha desaparecido, ya no está.

No lo aluciné ¿cierto?

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N\A:
¿Sabían que en Wattpad se puede comentar cuando lees sin internet? Los comentarios salen cuando te conectas. Yo no lo sabía.

En otras noticias... Yo tenía pensado terminar este fic antes del 15 de diciembre próximo. ¿Será posible eso? Lo averiguaremos 🧐