No puedo.

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Día 25: Misiones.

Continuación: Exilio.

—Adelante, quiero que lo hagas... Mátame. —Twilight tomó la muñeca de Yor, quien sostenía la daga, y la apuntó contra su garganta. Ella abrió los ojos ampliamente pero no se movió.

—No... Yo no puedo hacer esto. Yo no puedo —ella cerró los ojos y apartó la cara a un lado.

Twilight tomó la mejilla de ella con la otra mano y obligó a Yor a traer su rostro frente al suyo, acariciando la piel con cuidado y acercándola a él, apoyando su frente contra la de ella.

—¿Por qué no, Yor? Lo único que he hecho es usar a Anya y a ti... Tú y yo sabemos que el que merece vivir entre los dos no soy yo, eres tú —argumentó él.

—¡Deja ya eso! La autocompasión no te queda —gritó ella.

Twilight apretó más la daga contra su cuello.

—Si tú mueres, Anya volverá a un orfanato, yo no podré estar con ella y me sentiré horrible por haberte matado...

—¡¿Crees que yo no?! —gritó desesperada.

Antes de que él se fuera de Ostania, Thorn Princess confrontó a Twilight, llegando por la ventana y tumbándolo al piso. Ella lo sujetó, apuntando su daga a su pecho, descubriendo lo que Anya le había dicho y lo que eso significaba.

Cuando Yor volvió con Anya después de que Loid le dijera que ella se quedaría con la pequeña, el mundo se vino abajo. La niña le contó lo que él era, lo que ella era y cómo comenzó todo esto, lo que Loid planeaba hacer y todo lo importante. Yor supo que Yuri contribuyó a la separación que tuvieron después de que perdió sus recuerdos. Loid iba a dejar Ostania.

Simplemente ella no podía quedarse con la palabra de la pequeña, no creía que Anya estuviera mintiendo. Ella no podía creer todo lo que estaba diciendo, que la persona que amaba era un espía. Pero entonces, cuando sus ojos lo vieron, todo encajó en su lugar.

—Yor, hay cosas que no puedo decirte ahora, solo prométeme que cuidarás de Anya... que te mantendrás alejado de mí.

Ella deslizó lágrimas por sus mejillas. Últimamente, lo último que podía hacer era llorar, y estaba harta. Harta de perder todo lo que quería: Anya, Loid...

—¿Cómo pretendes que viva en un mundo donde la razón por la que no existes aquí es porque yo te mate? ¿Cómo quieres que mate a la persona que más amo después de Anya? ¡No puedo! —gritó.

Ella soltó la daga de su mano, apartó a Loid de ella como pudo y se sentó en el suelo, limpiándose el rostro. Twilight lanzó la daga de Yor al otro lado de la habitación y se sentó frente a su esposa. Ella lo miró de reojo, todo su rostro manchado de lágrimas, pestañas mojadas y ojos vidriosos.

Era la única expresión que veía últimamente en su rostro.

—Así que si tú puedes matarme... Quiero que lo hagas. De todos modos, yo ya debería estar muerta. Anya puede vivir contigo, sé que la cuidarás bien, a pesar de que crees que no eres un buen padre... Solo mátame —ella dijo volteando a ver la ventana.

Sollozó.

—Dijiste que me amabas a pesar de quién soy en mi trabajo... Yo también te amo a pesar de todo... Sé que Yuri te pidió alejarte de mí, Anya me lo dijo —ella soltó una risa—. ¿Puedes creer que Anya es telepata? Ella siempre supo quiénes éramos... Al principio creí que era una broma, pero me lo comprobó —ella sonrió con cariño.

Loid quedó atónito por las palabras de Yor. Sus ojos se abrieron de par en par, y una mezcla de sorpresa, incredulidad y emoción lo invadió.  Pero entonces entendió algunas cosas, el comportamiento de Anya, como parecía siempre entender por lo que el otro estaba pasando y especialmente la forma en la que juntos a Yor con él. Sonrió con cariño al recordar aquello.

—Yor, ¿en serio? —balbuceó Loid, con la voz entrecortada.

Yor levantó la vista hacia él, sus ojos enrojecidos por el llanto.

— Sé que cometí errores, Loid. Pero también sé que te amo y amo a Anya. No puedo soportar la idea de perderlos a ambos.

Apretó los labios y luego cerró los ojos, deslizando más lágrimas pero ahora no lo veía.

—Ahora mátame...  necesito que me...

Loid tomó el rostro de Yor con ambas manos y estrelló los labios de él contra los de ella, Yor se quejó por el brusco movimiento, puso las manos sobre las de Loid pero correspondió en cuanto sintió los labios de él.

El beso entre Yor y Loid fue lento y apasionado, como si estuvieran tratando de expresar con sus labios todo lo que las palabras no podían transmitir. Sus corazones latían con fuerza, y las lágrimas se mezclaban con el dulce sabor de ese momento.

Loid finalmente rompió el beso, con la respiración entrecortada y miró al rostro de Yor que aún no lo veía, con una mezcla de amor y tristeza.

—Tampoco puedo Yor. No puedo matarte, si te aleje fue para mantenerte a salvo, pero no creí nunca que recuperarás los recuerdos y si te mantuve alejada después de eso fue porque creí que de esta manera no llegaría a esto... Como puedes ver, nada me salió bien —explicó.

Ella todo el tiempo manteniendo los ojos cerrados, y los labios entreabiertos. Procesando todo lo que pasó entre ellos... Le creía. Era un mentiroso profesional, probablemente por eso le creía o realmente él estaba diciendo la verdad, pero le creía. Su corazón después de mucho tiempo, dejo de sentirse tan apretado en su pecho o que sus ojos nunca dejarían de llorar o que su garganta molestará con palabras no dichas.

Una sonrisa se formó en su rostro y Loid copió sus movimientos.

Sus ojos rubíes se encontraron con la mirada más sincera que en mucho tiempo no vio en sus ojos. Brillantes y con esperanza.

—¿Tus sentimientos por mí y por Anya son verdaderos? Si me mientes te creeré, pero por favor dime la verdad... —pidió.

Él asintió lentamente.

—Lo más real que he sentido en mucho tiempo, mi amor... Amarte me hizo sentirme humano de nuevo... No era humano antes de ustedes tres... Bond incluído...

Ella tomó la mejilla de Loid entre la palma de su mano y acercó su rostro al de ella, acarició la punta de su nariz con la de él.

—¿Qué vamos a hacer entonces? —preguntó ella.

Solo había una opción en la que ninguno de los dos moría, o se alejaban o se separaban.

—Irnos... Hasta que se olviden que alguna vez fui espía o que tú asesina... Vámonos.

Ella asintió desesperadamente.

—¿Vas en contra de una misión, Loid?
—No me interesa... No pienso volver a perderte.

Ella sonrió. Loid subió su rostro a su frente y dejó un delicado beso en el lugar.

—Aunque nos perdamos otra vez... Estoy seguro que encontrarás la manera de volver a mí, siempre encontramos el camino...
—Te amo Yor Briar.

...

Otra vez cambie los días lo siento. Gracias por leer y comentar 🥺

Twiyor Month.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora