Encontré mi hogar.

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Día 29: Boda.

Continuación: Fue un infierno.

Yor se observó en su reflejo del espejo. No podía creer que después de tanto, al fin estuviera en ese vestido blanco, esperando a casarse con quién más amaba en este mundo. Habían pasado demasiadas cosas, casi no llegaron a casarse por la distancia que alguna vez los separó.

Su cabello negro se encontraba suelto, pero está vez tenía ondas en el cabello, además adornado por una tiara en su cabeza, con el velo blanco por encima, cubriendo su rostro. El vestido blanco ceñido a su cuerpo resaltando su figura y con una larga cola atrás.

—Mami —Anya corrió de la puerta a ella.
—Hola, pequeña —ella sonrió.

La niña se abrazó a una de sus piernas mientras que Yor acariciaba su cabello rosado con los dedos. Anya ahora de cuatro años ya llamaba a Yor de esta manera cuando se acostumbró a ella.

—¡Te ves hermosa! —exclamó la pequeña.
—Gracias, tú te ves muy linda —Yor dijo.

Anya también tenía un vestido blanco, ella era la encargada de lanzar las flores y Loid se había encargado de que su canasta tuviera pétalos de sobra para que ella hiciera aquello.

—¿Tú papá te mando para ver cómo estaba? —preguntó ella.

Anya asintió con entusiasmo, mientras sostenía la canasta de pétalos con firmeza.

—Sí, papi dijo que tenía que venir a asegurarse de que todo esté perfecto para ti. Está emocionado de verte vestida así.

Yor sintió un cálido amor al escuchar las palabras de Anya y se agachó para estar a la altura de la niña.

—Dile a tu papá que estoy muy emocionada de verte a ti y a él. Anda ve y vuelve conmigo cuando él esté esperándome en el altar —dijo empujando a Anya suavemente.
—Entendido.

Anya asintió con entusiasmo y corrió hacia la puerta, lista para cumplir su misión y llevar la buena noticia a su papá. Mientras Anya se alejaba, Yor respiró profundamente, y volvió a verse en el espejo.

Yuri entró sigilosamente a la habitación, encontrando a su hermana frente al espejo, perdida en sus pensamientos. Observó la imagen de Yor en su vestido de novia y esperó un momento antes de romper el silencio.

—¿Estás segura de casarte con Loid, Yor? —preguntó Yuri con una voz suave.

Yor giró lentamente hacia su hermano, su corazón se detuvo al verlo, él desde que se enteró que se iba a casar con Loid, no ha aceptado y no quería que se casará con él. Pero definitivamente, no iba a faltar a la boda de su hermana, lo cual sorprendió a Yor.

—Sí, Yuri, estoy segura. Después de todo lo que hemos pasado, no hay ninguna duda de que quiero pasar el resto de mi vida con él —Yor respondió.

Yuri asintió, comprendiendo la seriedad de la situación, pero aún con un dejo de inquietud en su rostro.

—Entiendo, Yor. Solo quería asegurarme de que estás haciendo esto por amor, no por ninguna otra razón.

Yor se acercó a su hermano y lo abrazó con cariño.

—Lo hago por amor, Yuri. Estoy segura de que es la decisión correcta.

Yuri sonrió y devolvió el abrazo. Aún no estaba convencido que él fuera la mejor opción para su hermana, pero no tenía otra opción, era eso o perder a su hermana.

—Mami —Anya volvió a la habitación y ahora con su canasta con pétalos.

Yor se separó de Yuri y se limpió las lágrimas.

—Papi ya te está esperando —ella señaló el pasillo.
—Entonces vamos. Pequeña.

Anya emocionada avanzó por el pasillo lanzando los pétalos de flores blancas, dejando un rastro de belleza a su paso. Yuri le ofreció su brazo para que ella se agarrara de él y caminará al altar, Yor sonrió de lado, enganchó su brazo con el de él, Yuri la llevó a la iglesia, Anya mientras tanto lanzaba las flores por el pasillo, cuando ella cruzó el umbral, todos sus invitados se pusieron de pie mientras la música sonaba de fondo, ella se sonrojó pero cuando vio a Loid esperando por ella en el altar.

Sus ojos se encontraron con los de ella y fue como si todo el mundo desapareciera.

Yuri condujo a Yor hasta el altar, donde Loid la esperaba con una sonrisa nerviosa en el rostro. Antes de que dejara a su hermana, Yuri miró fijamente a Loid y, en voz baja pero amenazante, le dijo.

—Escucha, Loid. Si alguna vez haces daño a mi hermana, te encontrarás conmigo. No importa lo que pase, su felicidad es lo primero, ¿entendido? —susurró.
—Yuri —ella golpeó a su hermano en el brazo suavemente.
—Está bien, no dejaré que nada malo le pasé... —aseguró Loid tomando la mano de Yor mirando fijamente a Yuri.
—Bien —Yuri dejó a su hermana y se fue a sentar.

Loid vió a Yor directamente a sus ojos, ella sonrió, sus mejillas sonrojadas, sus pupilas dilatadas, lo abrumó al punto de querer llorar frente a ella. Mientras que su cabeza no paraba de pensar que hace unos meses, creía que no se iba a casar con Yor.  El rubio descubrió el velo que cubría su rostro, tentado de besar su mejilla.

—Te ves hermosa —susurró.

Antes de que Yor pudiera contestar, empezó la ceremonia, pero Loid y Yor solo se sujetaron las manos y se miraron directo a los ojos. Hasta que llegó a la parte de los votos. Entonces Loid comenzó.

—No hay algo que no escucharás ya... Pero, eres mi hogar, ella y tú —por un momento vio a su hija quien los saludó—. Encontré amor justo en frente de mí, aún no puedo creer que estamos juntos, que nos estamos casando. Te amo y siempre serás a dónde vuelva, no importa que... Siempre volveré te amo —sentenció Loid.

Ella sonrió, sollozando para intentar controlar las lágrimas que se acumularon en sus ojos. Loid ahuecó su mejilla y limpio sus lágrimas cuando ella lloró un poco.

—Te amo, gracias por darme a Anya... Por volver conmigo, tu eres mi paz... No puedo explicar lo que me haces sentir, solo sé que te amo y quiero estar contigo el resto de mi vida —dijo con la voz cargada de emoción.

Anya levantó la almohada para que Loid y Yor pudieran tomar los anillos. Sus manos temblaban un poco por la emoción, pero finalmente, Loid y Yor tomaron los anillos de la almohada de Anya y se los entregaron mutuamente con ternura. Loid tomó la mano de Yor y deslizó el anillo de bodas en su dedo, mientras Yor hizo lo mismo con el anillo de Loid.

—Los declaro marido y mujer. Puedes besar a la novia.

Loid y Yor se miraron el uno al otro, una sonrisa de felicidad y amor en sus rostros. Lentamente, se inclinaron y sellaron su amor con un beso suave. Anya corrió hacia ellos y abrazó a sus padres por las piernas, ellos se separaron un poco para cargar a su hija y unirla al abrazo.

—Las amo —Loid besó su frente y luego la mejilla de ambas.
—Loid... Estoy embarazada... Vamos a tener otro hijo —anunció Yor con brillo en los ojos.

Anya abrió los ojos emocionada, Loid dejó un beso fugaz contra sus labios y Yor se sintió cómoda entre ellos. Por nada del mundo iba a separarse de ellos ahora que los encontró.

Twiyor Month.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora