Una gran decepción

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Eran las nueve de la mañana cuando el teléfono de la oficina de Fran y Dylan comenzó a sonar de forma insistente. Dylan ocupaba el lugar de trabajo de Fran desde el que se controlaba aquel dichoso programa técnico de diseño que le había quitado el sueño durante los últimos días. Simular el solapamiento de los colores, el grado de transparencia que había que aplicar de unos tonos sobre otros, calcular el encogimiento del tejido en función del grado de humedad que provocaba el aporte de tinta de cada color, pulir las curvas que trazaban los degradados de los efectos de acuarela... Ciertamente aquél software permitía al diseñador controlar todos los elementos que entraban en función en el proceso de estampación textil. Una vez que Dylan pudo salvar los progresos del diseño en que estaba trabajando, descolgó el teléfono con cierto fastidio. –New Fashion Enterprise, buenos días- contestó con tono seco. –Buenos días Dylan, soy Luis. ¿Podrías decirle a Fran que suba a mi oficina, por favor?-. Al parecer Luís ya había regresado de su viaje a París y René debía haberle informado de que Fran habría comunicado su marcha de la empresa, pensó. –Claro, ahora le aviso- contestó para acto seguido trasladar el mensaje a su compañero.
Fran cogió aire antes de abrir la puerta que daba acceso a las escaleras de mármol que llevaban hasta a la oficina de Luis. Era consciente que su jefe era imprevisible y necesitaba mentalizarse de que cualquier escenario era posible.

-Buenos días Luís, ¿me ha llamado?- preguntó dejándose entrever tras la puerta entornada del gerente. –Si Fran, pasa- contestó Luís mientras daba la vuelta a unas facturas que se encontraba contabilizando en su escritorio. –Me ha informado René de tu intención de marcharte de la empresa y me ha sorprendido. Me gustaría saber los motivos y si existe la posibilidad de que reconsideres tu decisión aunque para ello hiciera falta estudiar un posible incremento de tu salario-. A Fran le sorprendió el tono conciliador de Luís, pero a pesar de eso la decisión estaba tomada y su marcha era definitiva. -Luís, le agradezco el ofrecimiento pero mi decisión es firme y esta semana es mi última semana en New Fashion Enterprise. Si le soy sincero es una decisión que ya tenía tomada desde el momento en que terminamos la colección de New Cloths. Imagino que Dylan ya le informó que Levy nos ha comunicado que ha sido la mejor colección de los últimos años y así lo ha acreditado el gran número de pedidos que ha conseguido firmar en París.- Fran no desaprovechó la oportunidad para desquitarse así del momento tan desagradable que le hizo pasar el gerente cuando le presentó la colección que había preparado con tanto esfuerzo. Luís recibió aquellas palabras como un puñetazo a la altura del hígado. Con la mirada fija en un bolígrafo que sujetaba con ambas manos captó el mensaje de inmediato. Cualquier intento de que Fran reconsiderara su postura iba a ser en vano.
–Pues bien, viendo que ya tienes la decisión tomada dime, ¿cómo ves la idea de poner a Dylan al frente de la sección?.- A Fran le pareció una propuesta sensata y la respaldó sin titubeos.
–Sinceramente, me parece que sería una decisión acertada, Dylan ha estado muy concentrado estos últimos días en aprender el funcionamiento del programa técnico de diseño, que es el único que le quedaba por conocer y siendo sincero, me ha sorprendido la facilidad con que lo maneja en tan poco espacio de tiempo. Es evidente que su formación en diseño ha jugado a su favor en este caso podría asegurarle que le va a costar mucho menos tiempo manejar el programa de lo que me costó a mí cuando me inicié-. A Luís le pareció tranquilizador lo que estaba escuchando por lo que decidió zanjar la conversación con un apretón de manos que daría por concluida la relación laboral que habían mantenido hasta la fecha. –Por favor Fran dile a Dylan que suba a hablar conmigo. ¡Ah! y se me olvidaba, si no es mucho pedir te rogaría que no le informes de tus condiciones económicas en la empresa.-
Aquella última petición no le causó buena sensación a Fran. ¿Sería capaz Luís de poner en riesgo el buen funcionamiento de una de las secciones más rentables de la empresa?. Fran llegó a la oficina de diseño contrariado. -¿Qué tal, ha ido todo bien?- preguntó Dylan preocupado por cómo podría haber sido el tono de la reunión, a lo que Fran asintió algo confundido mientras tomaba asiento en el que había sido su lugar de trabajo durante tantas horas. –Pues la verdad que la conversación se ha desarrollado de forma bastante amable. Me ha comentado que tiene la intención de ponerte a cargo de la sección... que era un poco lo que preveíamos.- Fran hizo una breve pausa para descifrar el gesto que se había dibujado en el rostro de Dylan. Aquello sería una buena noticia para cualquier diseñador y así la recibió Dylan, quien dejaba notar cierto grado de inquietud, consciente de la responsabilidad que tendría que afrontar desde ese momento. –Me ha comentado que subas a hablar con él, imagino que para comunicártelo él mismo... pero Dylan, quería decirte algo antes.- Dylan, quien ya se dirigía hacia la puerta de la oficina, retrocedió varios pasos para escuchar a su compañero.- Luís me ha ofrecido un aumento de la nómina para que no me marche y la sensación que me da es que te va a proponer que lleves tú sólo la sección-. Dylan mantuvo la atención consciente que en aquella reflexión había un importante contenido de fondo y que al parecer, a Fran le estaba siendo complicado de comunicar.

Cuando volvamos a nacer  -parte I-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora