Aquel día le costó conciliar el sueño a Dylan, impactado todavía por la decisión que había tomado Fran de abandonar New Fashion Enterprise tras varios años siendo uno de los pilares a nivel estratégico.
Los principales competidores del sector también tenían su departamento propio de diseño, pero lo que había hecho despuntar a New Fashion Enterprise es que había conseguido crear un departamento de diseño con nociones técnicas, cuando lo habitual en la competencia era que los contratiempos que se daban en el área de producción condicionaran el resultado final del producto hasta el punto de desvirtuar el trabajo creativo inicial. En New Fashion Enterprise no era así ya que los problemas con los que se encontraba Kike en la planta de producción eran asistidos directamente por los dos diseñadores, quienes tras analizar las dificultades surgidas siempre conseguían encontrar una solución que respetara completamente los diseños originales.
Los dos muchachos quedaron esa mañana un poco antes de lo normal, eran las siete de la mañana y empezaron a prenderse las luces del laboratorio y de la oficina donde pasaban la práctica totalidad de su tiempo. El siguiente paso, poner en marcha el hilo musical con la misma emisora de cada día, la cual hacía un resumen de los éxitos de los ochenta y noventa. Fran adoptó el papel de coach y empezó a desvelar a Dylan todos los entresijos del funcionamiento diario de la sección con el fin que se adaptara lo antes posible a su nuevo rol. -Lo primero que tienes que aprender es a cuidar tu propia salud mental. Necesitas encontrar tus fórmulas para desconectar de vez en cuando, lo que hará que no te satures y que tu creatividad fluya de forma natural. Tienes que encontrar herramientas para sobrevivir a los momentos de ausencia de ideas, porque ten claro que esos momentos se dan con mucha frecuencia-. Dylan tomaba nota mentalmente de cada una de las palabras. –Crea un espacio relajado y en el que te sientas a gusto, la música es importantísima, pero ten en cuenta que éste es un espacio con tránsito de clientes, directivos, agentes...- Fran siguió dando un repaso por cada elemento de aquel despacho. –Mira- le indicó señalando las revistas de moda sobre las que la empresa tenía suscripción. –Yo elegí estas revistas porque son las que conozco, pero ni Pilar ni René te pondrán ninguna pega si decides suscribirte a más revistas o cambiar alguna de ellas.-
Pilar y René eran quienes controlaban cada euro que salía de la caja de New Fashion Enterprise. Pilar como secretaria de gerencia era quien extendía los cheques tras la conformidad de Luís o en ausencia de éste, era René quien se encargaba de validar las operaciones con su firma. Tanto uno como otro repasaban minuciosamente cada uno de los gastos de las distintas secciones de la empresa, pero en el caso concreto de la sección de diseño, existía una cierta laxitud debido a la responsabilidad y el buen criterio con que tanto Fran como Dylan utilizaban el dinero de la empresa. Junto con los miembros del departamento comercial, los dos diseñadores tenían vía libre para acceder al dinero que les hiciera falta, ya fuera para cubrir los gastos ordinarios de la sección, así como para salir de viaje de trabajo. En aquellos viajes en los que los chicos asistían a ferias internacionales en Bruselas, Frankfurt o París, se permitían la licencia de disfrutar de forma más relajada de los placeres gastronómicos de cada uno de los lugares que visitaban, algo que nunca había sido recriminado por el departamento contable. Con frecuencia, los chicos recordaban las anécdotas que se producían en aquellos viajes, lo mal que sentaban a Dylan las ostras que solían degustar en los Campos Elíseos, la cantidad de mojitos que llegaban a tomar uno y el otro en una famosa ronerie ubicada en el casco histórico de Bruselas... aquellas anécdotas habían conseguido consolidar la relación de amistad que tanto Fran como Dylan habían llegado a hacer más allá de lo estrictamente profesional.
Fran siguió explicando cada una de las particularidades de la sección de diseño y un gigantesco armario archivador fue lo siguiente. Ahí se guardaban los diseños que el departamento adquiría a estudios profesionales externos cuando los tiempos apremiaban. Cada uno de los bocetos que se compraban eran digitalizados mediante un escáner formato A/1. Cada reunión que se mantenía con los agentes de estos estudios de diseño contaba con la presencia de Luís. La voz cantante era siempre la del gerente y había que actuar con mucha diplomacia para convencerle de la necesidad de ajustarse a los requisitos del departamento y no al gusto personal del propio Luís, que era el criterio que se trataba de imponer en esas deliberaciones. La mañana avanzaba y Fran seguía explicando cada detalle a pesar que muchas cosas de las que enumeraba Dylan ya las conocía por los años que llevaba trabajando allí.
Fran se dirigió a su Mac y empezó a mostrarle los programas con los que trabajaba. Dylan había trabajado con todos menos con uno de ellos especializado en diseño de estampados y de nombre Ramsete. Lo conoció el tiempo que estuvo terminando sus estudios en el I.S.I.S. Paolo Carcano de la ciudad italiana de Como gracias a una beca por méritos académicos que recibió el último año de Universidad. Fue allí donde se especializó en diseño de estampados aplicados a la moda y donde desarrolló su proyecto de fin de carrera.
-Ese programa lo conozco muy poco- dijo Dylan entornando los ojos y mirando fijamente aquella pirámide naranja que tenía como acceso directo. Fran asintió con la cabeza, conocedor que era un programa muy poco extendido en España por su complejidad técnica.
ESTÁS LEYENDO
Cuando volvamos a nacer -parte I-
RomanceExiste una leyenda oriental sobre un hilo rojo que nos conecta en su otro extremo con aquella persona con la que estamos destinados a encontrarnos. Según esta antiquísima historia, cada vez que nace un bebé, un anciano baja desde el cielo para atar...