21. can i kiss you?

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📍Miami, Estados Unidos
🗓 3 de mayo de 2022

Unos golpes sonaban a un ritmo errático y tuve que darme unos segundos para recordar donde estaba y que esos golpes eran alguien llamando a la puerta. Me pasé la mano por la cabeza, no tenía una resaca de estas que te destrozan, pero si tenía un suave pinchazo que no se iba en la sien.

-Ya voy, un momento.- dije en un intento de que la persona al otro lado de la puerta dejará de golpear y lo conseguí.

Me levanté de golpe, produciendo que todo mi cuerpo se mareara al notar el cambio tan brusco de estar tumbada a estar de pie, me tuve que sentar un par de segundos en la cama y entonces, ahora sí, fui a abrir la puerta.

-Buenos días, linda, o mejor dicho, buenas tardes.- pestañee dos veces al ver a Max de pie enfrente mía.

¡Madre mía! Ahí estaba él, de pie enfrente mía, tan perfecto con su ropa de Red Bull y yo con mi pijama y recién levantada, seguro que tenía el pelo fatal y la cara hinchada a más no poder, qué vergüenza.

-¿Qué hora es?- pregunté confundida, seguía sin saber que hacia aquí.

-Las dos y media.- ¡Dios mío, sí que era tarde! He dormido más de nueve horas.- Vine antes, pero supuse que aún dormías al no abrirme la puerta y por tu cara veo que estaba en lo cierto.- pasé mi mano por mi mejilla, avergonzada por que me viera así.

-¿Qué haces aquí?- pregunté y él me seguía mirando con esa cara de diversión que tenía desde que le había abierto la puerta, como si él supiera algo que yo no y era así.

-Digamos que le tengo aprecio a mi dedo meñique.- en ese momento todo vino a mi mente de golpe, la promesa, yo cantándole y él diciéndome que no tenía novia.-¿Me dejas pasar o nos vamos a quedar aquí todo el día?- yo me hice a un lado, indicándole que podía pasar, aprovechando que estaba de espaldas me llevé la mano a la boca, ahora mismo no sabía si agradecer a la Becca borracha o odiarla.

-¿Qué llevas ahí?- pregunté al ver que llevaba una bolsa en la mano. La curiosidad mató al gato, Becca.

-Te he traído algo de comer.- sacó una bolsa marrón de papel de la bolsa de plástico y me la extendió.- Sé que te gusta el dulce así que he ido a una pastelería cerca de aquí.- sonreí al ver los pastelitos de dentro, tenían muy buena pinta y mi estómago gruñó al verlos.- También te he traído esto.- sacó un paquete de medicinas y una botella de agua y los dejó en el escritorio.- Por si te dolía la cabeza.- me venían bien para el pinchacito que no quería dejarme en paz.

-No me vendría mal una. Muchas gracias, Maxie.- le dediqué una sonrisa, siempre se preocupaba por mi y eso hacía que mi corazón fuera a mil y gritara su nombre en busca de una pizca de atención.- Antes de nada, si me permites voy a ir al baño.- él asintió.

Una vez en el baño, me lavé la cara con agua fría en un intento de que la hinchazón de mi cara bajara y dejara de estar roja y me lavé los dientes, me prometí hacerme la skincare más tarde y salí del baño después de hacer mis necesidades mañaneras.

Él estaba sentado en la cama, mirando su manos que descansaban en su regazo y yo me dirigí al escritorio para sacar una pastilla del paquete, me la tragué con un poco de agua. Miré al neerlandés y fruncí los labios sin saber muy bien qué decir.

-Lo siento.- dijimos los dos a la vez después de casi un minuto en un silencio estúpido, solté una risita nerviosa. Él se acarició la nuca también algo nervioso, ¿cómo me podía gustar tanto que hiciera ese simple gesto?

-Déjame hablar primero, por favor.- le pedí y él hizo un gesto con la cabeza accediendo a mi petición.- Tenías razón, fui una inmadura, te traté mal cuando solo querías arreglar el estropicio que yo misma había hecho sobrepensando y quería pedirte perdón por eso, por haberme portado como una niña y haberte tratado así cuando no te lo merecías.- jugué con mis manos sin poder mirarle.

Gorgeous | Max Verstappen [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora