Al día siguiente ambos actúan como si nada hubiera pasado. Hermione toma su café mañanero mientras Malfoy da pequeños sorbos a su té. Cruzan miradas pero parece un acuerdo tácito de no hablar lo que sucedió anoche.
La semana pasa de manera similar. Tienen su segunda reunión para trabajar en el proyecto de Runas Antiguas. Misteriosamente Theo no hace ningún comentario hacia Hermione. Lo que le hace pensar a la castaña qué tal vez el Slytherin sabe algo.
El fin de semana llega. Y ya no puede seguir evitando a Harry y Ron, teniendo en cuenta que toman la mayoría de las clases separadas y ella ya no duerme en la sala común de Gryffindor.
—Casi no te vemos, Mione —comenta Ron mientras come un panecillo de calabaza.
—He estado ocupada, Ronald —se abraza a sí misma y se acomoda mejor en el sillón metiendo los pies debajo de ella—. Tengo mis obligaciones de Premio Anual y demasiados ensayos que entregar.
—Vamos, Hermione —inquiere Harry—. Todos sabemos que probablemente hayas hecho la tarea que te pedirán en un mes aproximadamente.
Hermione se muerde la lengua. No quiere contestar, porque hacerlo implica tener que explicar un montón de cosas y no tiene ganas de eso.
—Hablando de tareas —el pelirrojo toma otro panecillo—. ¿Me podrías ayudar con un ensayo de Encantamientos, Mione?
—Estoy ocupada, Ronald.
—Por favor, Mione. Solo el inicio, solías ayudarme antes.
—Antes —repite—. Tiempo pasado.
—Hermione, ¿estás bien? —Harry pregunta confundido.
—Perfectamente —miente—. Pero estoy con mucho trabajo. Lo lamento, Ron. No puedo.
—Oh... —esa respuesta lo descoloca—. No hay problema.
Agacha la cabeza y toma un tercer panecillo. Su pecho se contrae. No debería sentirse mal por no ayudar a Ron a realizar un ensayo que ya tendría que saberlo en este punto.
No.
Siguen pensando que ella es la misma Hermione de antes. No se dan cuenta que poco a poco, un pedacito de ella se va rompiendo. Hace meses que se siente vacía. Y le duele que sus amigos no se den cuenta de esto. Tal vez la culpa sea de ella por no contarles cómo se siente.
Sin embargo, ella estuvo ahí para Harry cuando suspiraba a escondidas por Ginny, estuvo ahí cuando Voldemort lo perseguía en sus sueños. Estuvo con él todos esos meses en una carpa, en una excursión suicida de horrocruxes, peleando una guerra que no le correspondía y maldiciendo a Dumbledore por la poca información que les había brindado a unos niños de diecisiete años.
Y estuvo para Ron. Fue su hombro para llorar la muerte de Fred, lo consoló cuando en las noches se despertaba murmurando su nombre. Incluso, durante el poco tiempo que fueron pareja, ella lo apoyó.
¿Y ellos? Hace meses que está así. Prácticamente Theo Nott pudo darse cuenta que estaba borracha con solo sentarse a su lado en clases. Y Malfoy. ¡Malfoy! El primer intercambio que tuvieron después de meses y notó que algo había mal con ella. La consoló cuando tuvo un ataque de pánico y limpió su sangre. ¡Sangre sucia como solía llamarla!
—¿Hermione? —La voz de Ginny la trae a la realidad.
—¿Decías?
—Vamos a Hogsmeade, ¿vienes?
Los ojos verdes de Harry la perturban. Están fijos en ella, esperando una respuesta que probablemente no le gustará. Ron también no aparta su mirada. Pero ella no siempre tiene que darles las soluciones. A veces quiere que las descubran por ellos mismos.
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Miel y Plata | Dramione
FanficHermione Granger y Draco Malfoy están de vuelta para terminar su último año en Hogwarts. La única diferencia es que la castaña está rota luego de los sucesos de la guerra y resulta que Draco también. Siendo los únicos que notan el estado de ánimo de...