Capítulo 21: Pasado

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El resto de las vacaciones las pasaron dentro de una burbuja. Apenas salieron de la suite. Bajaban a buscar provisiones a la cocina del castillo y volvían rápido a encerrarse en la habitación de Draco.

Sin embargo, no dormían juntos por las noches. Hermione no quería invadir el espacio del rubio. Sabía que abrirse con ella era complicado y no quería brindarle más presión por el hecho de compartir una cama.

Hoy era la víspera de año nuevo y Hermione tenía una sorpresa para Draco. Tenía la intención de usar el regalo que Ginny le envió por navidad. Un conjunto de lencería. Verde. No sabía si sólo fue casualidad o si de verdad creía que el chico misterioso con el que se acostaba era Theo Nott.

No importa. Estaba segura que al Slytherin le iba a encantar. Y Hermione quería hacerlo.

Estos días parecían un sueño y no quería despertar. Sabía que todo sería peor cuando las clases comenzaran de nuevo, no estaba preparada para eso. No estaba lista para fingir frente a sus amigos, enfocarse en sus clases y pensar en su futuro.

No.

Hermione se sentía libre así. Y le asustaba el poder que tenía él sobre ella. Era adicta a sus besos, a su cuerpo, a su voz. Se sentía viva con él, como en mucho tiempo no se sentía. Incluso desde antes de la guerra.

¿Estaba mal eso?

¿Qué dirían sus amigos? Luna ya lo sabía y parecía apoyarla, al igual que Theo. Por otro lado, Ginny creía que se acostaba con un Slytherin y no tenía tanto problema. Sin embargo, no sabía que ese Slytherin era Draco Malfoy. Ni hablar de Harry y de Ron. Serían los que peor lo tomarían. Eran enemigos... pero en un tipo de rivalidad infantil. Habían crecido, luchado en una guerra. No podían seguir pensando lo mismo, ¿cierto?

Ya no era el Draco Malfoy niñito de papá, caprichoso y engreído. No. Era un hombre, un mago que tuvo que pasar por cosas inimaginables que alguien de su edad no debería pasar. Sí, seguía siendo estirado y un poco arrogante.

No era malvado. No era cruel. No era un Mortífago.

Todavía podía escuchar sus gritos de esa noche que tuvo una pesadilla y ella lo despertó. Puede ver cómo observa la marca en su brazo, con absoluto asco. Cómo toca la cicatriz de Hermione con delicadeza. Cómo se culpa por todo lo que pasó, incluso si no fue de esa manera.

La guerra les afectó a ambos. Lo sigue haciendo. Aunque cuando está con él... ese vacío en su pecho se adormece.

De igual manera, su trato sigue en pie, por lo que lo mantendrán en secreto. Harry, Ginny y Ron no sabrán nada. Estaría bien.

¿Cuánto duraría esto? Tal vez hasta el final de las clases y cada uno seguiría su camino. Su... especie de relación quedaría en el olvido, como una anécdota que contar más adelante. Sacando a relucir las verdaderas caras de la chica dorada y el príncipe de Slytherin.

Seguirán adelante y ellos se perderán en la memoria.

Lo suyo estaba destinado a terminar en algún punto. Hermione Granger y Draco Malfoy. Mundos opuestos, sangres distintas, casas diferentes, bandos diferentes. No tenían nada en común, se odiaban. Sus amigos la rechazarían, se quedaría sola. No podía perder a nadie más.

Pero... tampoco quería perderlo a él.

Tal vez, cuando todo termine, podrían ser amigos.

Suspira.

Draco lo había dicho. No podían ser amigos.

Era ridículo.

Hermione estaba volviendo de la lechucería. Le escribió una carta a Ginny, deseando feliz año nuevo y preguntando cómo iban las cosas en la Madriguera. Molly había sido clara con ella. Por el momento, no era bienvenida. Le dolía. Era una madre para ella y ahora más que nunca necesitaba el amor de una madre.

Miel y Plata | DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora