Algunas reglas

16 1 20
                                    

Gyan se dejó caer en los escalones con la cabeza entre las manos y los codos sobre las rodillas, la frustración y el cansancio eran bastante evidentes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Gyan se dejó caer en los escalones con la cabeza entre las manos y los codos sobre las rodillas, la frustración y el cansancio eran bastante evidentes.

—Tiene que haber una salida —murmuro dando media vuelta pasando mi mano por la pared.

—Estamos en un sótano Karim —sentencia Gyan —La única salida es la puerta, y me parece que no abrirá pronto

Apoyo frustrado mi cabeza en la pared, empiezo a darme algunos pequeños golpes intentando pensar.

—Ojalá hubiera alguna forma de enviarles una señal —exclamo sin detenerme.

—Creeme, si supiera que tenemos alguna, ya la habría ocupado —afirma mi tío haciendo que me detenga y lo mire.

—¿Por lo menos puedo saber dónde estamos? —cuestiono apoyándome en la pared.

—¿Cómo esperas que lo sepa?

—Vivieron solos diez años aquí —apunto —Debieron haber investigado o explorado por aquí

—Tal vez Elías lo haya hecho, pero no —asegura mi tío —¿Quién haría eso?

—Yo lo hice el tiempo que estuve en el orfanato

—No te creo

—Lo hice, puedes preguntar —garantizo haciendo que mi tío frunza el ceño —Así me enteré de un par de cosas que seguramente no debió saber un niño de 9 años

—¿Cómo qué cosas?

—Encontré a una de mis cuidadoras metiéndose coca —escupo haciendo que mi tío abra los ojos con sorpresa y levante los brazos confundido —No preguntes, era demasiado incómodo para comentarlo

—Sí, entiendo —murmura asintiendo lentamente —¿Algo más?

Hago una mueca incómoda mientras recuerdo, tallo un par de veces mi oreja con mi hombro antes de responder.

—Teníamos un salón de música escondido, me gustaba estar ahí porque siempre me gustó la música —cuento y mi tío me mira atento —Algún par de veces me tocó ver a alguien acercarse, me escondía y terminaba viendo y escuchando cosas, bueno… de otro tipo

—¿Cuántas veces viste eso?

—En ese salón… unas nueve

—¿En ese salón?

—Entendí que no debía de estar ahí, así que seguía explorando —detallo incómodo —Pero solía meterme a zonas que no conocía y muchas veces estaban vacías… o deberían haberlo estado

—¿Puedo preguntar quiénes participaban?

—Otros huérfanos nada más —respondo tranquilo —¿Por qué crees que hay tantos bebés en ese orfanato aún cuando las estadísticas dicen que no debería?

INMORALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora