Pistas que rastrear

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Marcos está dando vueltas detrás de su escritorio tirando de su cabello con desesperación y apretando sus ojos

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Marcos está dando vueltas detrás de su escritorio tirando de su cabello con desesperación y apretando sus ojos. De pronto, se escucha como alguien abre la puerta y del susto, lanza lo primero que toma entre sus manos que resulta ser su placa de médico.

La puerta se cierra de golpe y se vuelve a abrir lentamente dejando ver la cabellera pelirroja rizada de Irán junto con su cara asustada que aumenta bastante al ver a su esposo.

-Soy yo -informa entrando a la oficina con las manos levantadas.

-Lo siento, estoy un poco estresado -exclama Marcos apoyando sus manos en el escritorio.

-Marcos, ¿no has dormido? -pregunta Irán preocupado.

-¡¿Parece que he dormido algo?! -responde Marcos molesto mirándolo con sus ojos irritados.

-Marcos, no puedes darte el lujo de perder la cabeza, literalmente dependemos de ti -suplica Irán acercándose a él.

-¡Lo sé! ¡Lo sé, Irán! ¡Lo sé! -reclama empujando el escritorio y alejándose de él -Pero no puedo estar tranquilo, ¡no ahora!

-Tienes que estarlo, ¡no vamos a encontrar a Gyan, Irina y nuestro hijo así!

-¡NO LOS HEMOS ENCONTRADO IGUALMENTE! -protesta Marcos -¿Y ahora por qué te importa tanto encontrar a Irina?

-Porque ahora mi cuello corre riesgo si no la encontramos -apunta Irán -Falta un día para que el fin de semana acabe, sí Amelia no recibe noticias de su hija, que no va a recibir, vendrá aquí. Y primero va a matarnos por perderla, luego por no encontrarla y para rematar por no haberla llamado desde el principio; no sé tú, pero yo valoro mi vida

-¿Te parece que estaría estresado si no valorara mi vida? -señala Marcos.

-No puedes darte el lujo de volverte loco, sin Amelia aquí, tú eres la cabeza del grupo

-Puede tomarla Amelie, para eso la llamaste

-Hablamos de una mujer histriónica, el único motivo por el cual sigue cargando a su hija y no a una muñeca es porque su esposo se hacía cargo de la niña -apunta Irán antes de acercarse a su esposo y tomarlo por la barbilla -Te necesitamos a ti, de hecho creo recordar que hace treinta y un años, tu plan fue el único que salió bien

-Decir "bien" es ser demasiado optimista -refuta Marcos -Pero sí, fue el que mejor salió

-Ahí está, no está en ti ser un líder nato, pero eres lo mejor que tenemos -consuela Irán haciendo que Marcos sonría un poco antes de abrazarlo -Y tienes que dormir

-No puedo dormir, no pidas milagros tampoco

-¿Insomnio?

-No me gusta estar en la misma casa en la que debería estar mi hijo y no está por culpa mía, no puedo dormir aquí y ahora resulta que debo darle prioridad a una chica que conozco hace menos de seis meses porque literalmente, nuestra vida depende de eso -enumera Marcos con una ceja arqueada -Creo que mi insomnio y mis pesadillas pasan completamente a segundo plano en este momento

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