La carrera de la rata

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—¿Vamos a entrar a qué? —cuestiono totalmente confundido mientras veo a mi tío sentado en el suelo rodeado de espejos rotos y trozos de cartón

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—¿Vamos a entrar a qué? —cuestiono totalmente confundido mientras veo a mi tío sentado en el suelo rodeado de espejos rotos y trozos de cartón.

—A la carrera de la rata —repite mientras revisa los objetos a su alrededor.

—¿Qué no "la carrera de la rata" era una práctica económica del milenio pasado? —pregunto sin entender.

—Era una analogía usada por un economista del milenio pasado para explicar su teoría económica, sí —afirma mi tío mirándome —También era un experimento psicológico para probar el aprendizaje por retribución... del milenio pasado

Hago una mueca de obviedad ante su comentario ante la cuál él suelta una pequeña risa.

—Pero lo importante es que es un juego de cuando yo iba en la secundaria —aclara y yo abro la boca comprendiendo.

—Ah claro —exclamo —¿Y cuál es el punto?

—Bueno, el juego era de cuatro participantes y se jugaba en un campo abierto similar a un laberinto —explica y yo asiento siguiendo la idea —Dos jugadores eran los gatos, uno era la rata y otro... mis amigos lo conocían como "el camaleón" pero se suponía que solo se llamaba presa; el trabajo de los gatos era cazar a los otros dos, si cazaban a la rata se acababa el juego, pero si cazaban al otro, lo volvían uno de ellos. Por otro lado, la rata debía encontrar a la presa, una vez que la encontraba, debía encontrar la base de los gatos y la presa debía llegar a la base de la rata para ganar el juego

—Okey... me confundí pero creo que sigo la idea —murmuro aún haciendo el mapa del juego en mi cabeza —¿Cuál es el punto?

—En este momento, nosotros estamos intentando cazar a esta mujer, que tomará el papel de la rata —detalla mi tío —Tenemos que encontrar a la presa antes de que ella lo haga

—Eso si no es que ya lo hizo —apunto con una mueca.

—Sí, exacto —concede mi tío volviendo a lo que hacía.

—Bueno, y, exactamente, ¿qué estás haciendo? —pregunto mientras lo veo unir con cuidado los trozos de cartón en una especie de marco muy grande.

—¿Alguna vez en la escuela te mostraron experimentos para niños que aparecían en revistas o cosas así?

—Sí

—Pues estoy intentando hacer un telescopio como los que venían en esas revistas —responde —Con este intentaré ver por la ventana de la pared

—¿Osea que estás replicando juegos de antaño esperando que nos saquen milagrosamente de aquí?

Mi tío suelta una carcajada ante mi comentario y niega con su cabeza varias veces antes de jalar aire profundamente y mirarme con una sonrisa risueña.

—No son juegos de antaño, es tecnología para niños —refuta y yo me encojo de hombros.

—¿Te parece que funcionará?

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