¿Amelia?

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Marcos se encuentra sentado en su oficina, pese a seguir manteniendo su orden natural, se pueden encontrar detalles atípicos tales como la bata sucia y descuidada, el cabello alborotado y el escritorio lleno de cosas

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Marcos se encuentra sentado en su oficina, pese a seguir manteniendo su orden natural, se pueden encontrar detalles atípicos tales como la bata sucia y descuidada, el cabello alborotado y el escritorio lleno de cosas.

El hombre revisa uno de los expedientes en su escritorio, sin embargo no consigue avanzar en lo que leé, su mente no se concentra en su trabajo; hace casi tres días que Irina, Gyan y su hijo han desaparecido, la policía empezó su trabajo de búsqueda antes debido a la influencia de Marcos, Irán, Gyan y Xitlali, sin embargo, no han encontrado nada aún.

—Doctor Oliveira —llama su secretaría por el intercomunicador sacando a Marcos de su sopor —Una mujer está aquí diciendo que necesita verlo

—Déjala pasar —exclama Marcos con desinterés.

—De acuerdo —murmura confundida la mujer.

Marcos usualmente no deja pasar a nadie a su oficina si no tiene cita o es personal del hospital, lo último aplica principalmente para sus residentes, Irán y Gyan; la única persona que rompe esa regla es Karim, al punto en que él ni siquiera debe dar aviso de llegada, solo tocar la puerta directamente.

Marcos está perdido en sus pensamientos, así que no presta atención a cuando la puerta se abre ni al par de zapatos negros que de pronto entran en su campo visual, sigue intentando concentrarse en los expedientes así que solo murmura un saludo desganado que puede interpretarse como un "buenas tardes".

—Hola Marcos —escucha frente a sí haciendo que abra los ojos.

Se queda quieto por un momento, pese a los años, podría reconocer esa voz en cualquier lado. Mantiene la vista un momento en el borde de su escritorio antes de dirigirla al suelo para ver el par de botines negros y empezar a levantarla para ver el traje sastre de color vino y detenerse en el rostro redondo, surcado por algunas líneas de expresión, cabello de largo medio atado en una coleta alta y lentes cuadrados.

—¿Amelia? —murmura Marcos en estado de shock.

—Cuanto tiempo sin verte —comenta ella con una sonrisa fingida.

—¿Qué haces aquí? —pregunta él, congelado en su lugar.

—Vine por mi hija —responde ella mirándolo con molestia.

—¿Tu hija? —cuestiona Marcos antes de caer en la cuenta —Irina, ¿es tu hija?

—¿De quién si no?

Marcos se queda petrificado, no solo su conjetura había sido cierta, si no que ahora tenía a la dueña de sus sueños y terrores frente a frente… y no tenía la menor idea de lo que debía hacer.

—¿Qué estás haciendo aquí? —se aventuró a cuestionar.

—Vine a ver a mi hija y me encuentro con que está desaparecida —reclama ella con fuego en los ojos —¡La dejé venir porque confiaba en ti Marcos! ¡Solo tenías un trabajo!

—¡Por si no lo sabías, mi hijo también desapareció! —contraataca Marcos azotando las manos contra el escritorio.

—Y así como a ti, que solo te dignaste a poner en alerta ámbar a él, a mí me importa un bledo, ¡quiero a mi hija de vuelta! —la mujer se acerca a él con furia, sus palabras tuvieron el efecto esperado pues Marcos se sentía inmensamente culpable.

—Lo lamento…

—Quiero a mi hija Marcos Oliveira, y tú vas a devolvermela

—¿Qué esperas que haga?

—¡No me importa! —grita ella —¡No me importa qué hagas! Pero si en 48 horas no tengo a mi hija de vuelta tú y el resto de los payasos que están aquí me la van a pagar muy caro, y sabes muy bien que yo no bromeo con eso

Marcos abre los ojos sorprendido, la mujer se aleja un poco y él frunce el ceño un momento.

—Tú no eras así —murmura haciendo que ella vuelva a verlo —¿Qué te pasó?

—Mi hija —escupe con aversión.

—No —exhala Marcos —Tú no eres Amelia

—¿Quieres que te lo pruebe? —reclama la mujer antes de acercarse a él, tomarlo por la nuca y atraerlo en un beso.

Afuera, la secretaría de Marcos revisa cosas en su computadora hasta que escucha un sonido de un golpe piel contra piel; voltea hacia la oficina y espera, a los pocos segundos, la mujer a la que dejó pasar sale con una mueca seria.

—Permiso, buenas tardes —despide con un asentamiento firme antes de detenerse en la puerta del vestíbulo —Por cierto, tal vez deberías atender a tu jefe

La mujer sale de la sala dejando a una secretaría muy confundida tras ella, por lo menos hasta que escucha dentro de la oficina un golpe sordo que la hace reaccionar y acercarse; al abrir la puerta, ve a Marcos tirado en el suelo tras su escritorio.

—¿Doctor Oliveira? —cuestiona acercándose para notar que el hombre está inconsciente —¡Ayuda!

María sale corriendo y busca a su alrededor, la mujer no está por ningún lado, y tres enfermeras se acercan así que corre hacia ellas.

—Ayuda por favor, el doctor Oliveira está inconsciente

Las enfermeras intercambian una mirada preocupada, dos corren a la oficina y una se queda con María.

—¿Qué pasó? —cuestiona la enfermera.

—¡No lo sé! —responde preocupada María —Pero hay que llamar a seguridad, y al doctor Castro

—Yo iré por él —afirma la enfermera y se aleja, la secretaria va a buscar al personal de seguridad.

Curiosa y extrañamente, el personal de cámaras jamás vió salir a la mujer de la oficina, ni la vió en ninguna zona del hospital… casi como si no existiera.

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Tan, tan, taaan... ¿Qué pasó?

¿Qué les pareció el capítulo?
¿Qué creen que pase ahora?
¿Esa mujer es o no es Amelia?
¿Teorías?

Pd. Ésta temporada se narrará un capítulo con narrador y uno desde la perspectiva de Karim.

Espero les guste.
Atte: Ale Bautista

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