Dos de tres... ¿Pero quién es el tres?

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Estoy sentado en el suelo mientras miro a mi tío apoyado en la pared mirando hacia arriba

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Estoy sentado en el suelo mientras miro a mi tío apoyado en la pared mirando hacia arriba.

—Esa cosa, sea lo que sea, no va a estallar solo porque te la quedes viendo —exclamo llamando la atención de mi tío.

—Intento determinar si es una ventana o solo un ducto de ventilación —explica mi tío

En la pared donde se encuentra la puerta, justo a la mitad, en la parte más alta, golpeando con el techo hay un cristal semitransparente rectangular de tal vez 20 x 50cm.

—Independientemente de lo que sea, no saldremos por ahí

—Creo recordar que el trabajo de ser pesimista aquí, era mío

Hago una mueca ante su comentario y mi tío me responde imitándome, estoy a punto de darle una respuesta sarcástica cuando se escucha la puerta empezar a abrirse.

—Ven acá —llama mi tío incorporándose y acercándose a las escaleras, yo me levanto y me paro detrás de él.

Se escucha soltarse el seguro y pasan un par de segundos hasta que la puerta finalmente se abre y la impostora entra con una actitud despreocupada y seria, mi tío inclina la cabeza confundido.

—¿Qué diablos acaba de pasar en tu diabólica existencia para que estés aquí ahora? —cuestiona mi tío y la mujer voltea a verlo como si acabara de interrumpir un momento sagrado.

—Creo recordar que es mi casa, puedo entrar y salir a dónde quiera —responde mordaz la mujer.

—Sí, pero la única vez que has entrado aquí en casi 48 horas para algo que fuera no darnos de comer fue para avisar que le habías causado a Marcos un infarto —contraataca mi tío.

—¿Cómo está, por cierto? —intervengo.

—Tranquilo niño, está vivo y bien —asegura la mujer —Y bueno, tal vez tienes razón

—Entonces, ¿qué ocurrió ahora? —insiste mi tío —¿De qué vienes a regodearte esta vez?

—La primera fase ha comenzado —anuncia recargándose en la pared alzando la mirada al techo —Y parece ser que tu hijo no recibió bien la advertencia

—Xander —murmuro preocupado al escuchar eso.

—No —exhala mi tío —¡¿Qué le hiciste a mi hijo?! ¿Qué le has hecho a Xander?

El dolor, la irá y la angustia son evidentes en la voz de mi tío, lo cual solo causa que la perversa mujer suelte una risa demente.

—Creía recordar que el chico se llamaba Alejandro —exclama, dando a entender que sabe del pasado de mi primo.

—Tiempo pasado —responde Gyan.

—Bueno, sea como sea, su nombre es irrelevante —afirma encogiéndose de hombros —Xander, Alejandro... Carrie, eventualmente será mío

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