Exactamente a las seis de la tarde un grupo de tres personas llegó a la mansión, no son las mismas personas que nos arreglaron a Rafaella y a mí para la fiesta, pero tienen el mismo trabajo; elegir que peinado y maquillaje usaré.
El vestido ya estaba listo, lo cual agradezco infinitamente.
Por cierto, ahora mi habitación está en el segundo piso, una habitación de invitados a solo una puerta de la habitación de Jayden, quedando Rafaella en medio de su hermano y yo.
Kimberly sugirió que sería mejor el que me cambiara a esta habitación ya que la anterior era pequeña y no había mucho espacio para que los estilistas hicieran su trabajo arreglándome. Por lo que ordenó que subieran todas mis cosas aquí.
Digamos que esta nueva habitación no es tan grande como la habitación de Rafaella, pero si es más grande que la habitación de abajo. Lo que más me gusta de esto, además de tener a Jayden un poco más cerca es que esta habitación tiene baño propio, antes tenía que bañarme en un baño compartido con las demás empleadas y algunas no eran tan higiénicas que digamos.
Jayden también está en su habitación, supongo que arreglándose.
Sonya, mi estilista, termina de echarme perfume, me arregla el cabello y me dice que ya estoy lista. Habla con alguien por su teléfono y otra joven me pasa un bolso blanco con solo mi celular dentro, no es como que pudiera alcanzar algo más aquí.
Sonya abre la puerta de mi nueva habitación y cuando doy dos pasos afuera logro ver a Jayden esperando en la escalera.
Lleva una camisa blanca, la cual está arremangada un par de centímetros en ambos brazos dejando ver un reloj en su muñeca derecha. Tiene un botón de la camisa desabrochada y lleva una cadena de plata alrededor de su cuello. Además, también lleva un saco de color negro descansando en su brazo derecho.
Está viendo algo en su celular, pero al escuchar el sonido de mis tacones levanta de inmediato la mirada para fijar sus ojos en mí.
Se queda mirando algunos segundos de más haciendo que mis mejillas se tornen aún más rosadas por todo el rubor que llevo. Obligo a mis piernas a moverse y caminar hasta su lado en las escaleras.
- Te ves hermosa, Madelaine – dice sin poder quitar sus ojos de los míos.
Me sorprende que en vez de mirar mi cuerpo cuando habla, él... él habla mirándome a los ojos.
Hago todo mi esfuerzo por no apartar la mirada y recuerdo que tengo que decir algo.
- Gracias – esta vez no tengo que fingir una sonrisa, porque después de todo, es agradable recibir un cumplido de parte de Jayden Edwards – Tu también te ves muy bien.
Esto último lo hace sonreír un poco más.
- Ven, te ayudo – me ofrece su mano derecha y yo la recibo con gusto, lo último que quiero es caerme de estás escaleras interminables.
Me sostengo del barandal y bajo las escaleras con ayuda de Jayden.
Cuando llegamos al primer piso suelto su mano delicadamente y tomo un poco aire antes de que Kimberly aparezca con Tara a su lado.
- Cuando Rafaella se fue a su sesión de fotos dijo que afuera habian paparazzis y algunos de la prensa. Nos fijamos por las cámaras y ellos siguen ahí, entonces... necesito que la primera imagen que ellos tengan es de ustedes tomándose de la mano, ¿ok? – ambos asentimos – No hablen con nadie. Les van a hacer preguntas, pero ustedes no respondan a ninguna. Responderán a las preguntas en la entrevista y en la pequeña rueda de prensa que habrá en ocho días.
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Todo por Amor
Teen FictionVenganza. Eso es lo único que piensa Madison Rinaldi todos los días después de que le quitaran lo que ella más amaba en el mundo. Y los integrantes de la familia Edwards Ricci son los responsables de ello. Para lograr su cometido, Madison tendrá qu...