11 de junio.
—Señor, ¿Es necesario que sierre este trato?, se ve más irritado de lo normal— Frederick arreglaba la corbata en el cuello de la camisa de Edmon.
—¿Por qué preguntas?— Le indicaba en abrigo para que se lo trajera.
—Si me lo permite, es una observación que tengo, trabaja desde que tuvo edad para hacerlo, no tiene grandes gasto, sus cuentas bancarias tiene más que unos pares de millones en monedas de oros, tiene varios negocios... solo vaya a haberlo y deje de huir, en los años que llevo cuidándolo, es la primera vez que se irrita por no ver a alguien... Solo valla por él... Usted es millonario, es hora de que descanse— Se quedó quieto esperando que le pidiera su renuncia o que se enfadara y empezara a regañarlo, pero solo obtuvo la salida silenciosa de Edmon de la habitación.
Estacionado a algunas calles lejos del palacio, veía como los diferentes seres se retiraban a sus hogares ¿Cuál era el problema si no conseguía cerrar este contrato que ni siquiera empezaba a forjar? No necesitaba dinero.
Mensaje de Mi Lindo Novio: Salgamos, es una cita.
Esperaba atento, unas de las posibilidades era que se negara, era la que lógicamente esperaba recibir.
Mensaje de Mi Lindo Novio Kendra: Hoy trabajo.
Ed podía cambiar esa respuesta si lo deseaba.
Mensaje de Mi Lindo Novio: No, no trabajas, el Edmon Korolev no se encontrará por unos días en el palacio... ¿Vienes a una cita conmigo?... Deseo verte Kendra.
¿Cuánto se podía tardar en contestar un mensaje, para volver a respirar?
Mensaje de Mi Lindo Novio Kendra: ¿Adónde nos tenemos que encontrar?Estoy a unas calles del castillo.
Mensaje de Mi lindo novio: Detentes donde estés, iré por ti.
Kendra caminaba de un lugar a otro ansioso, esperaba no arrepentirse de esta decisión, trataba de calamar el frío que se apoderaba de su cuerpo y el cosquilleo de su vientre frotando con sus palmas su estómago.
—¡Sube antes que te congeles!— Ed le hablo desde la ventanilla abriendo la puerta para que entrara rápido.
—Entonces es una cita— Hablo inquieto cuando se sentó junto a Ed.
—La primera cita, es un poco aburrida, pero la primera— Dijo empezando a conducir, mirando hacia el frente para ocultar su sonrisa.
Llevarlo a su club nocturno era una pésima idea, para una primera cita, pero conocía bastantes sitios donde podía estar solo con él sin que lo molestaran.
—Vamos a mi otro trabajo, sé que no es nada romántico, pero haré que valga la pena— Le tomo la mano impaciente.
Kendra solo asintió con su cabeza, mordiendo un costado de su labio, no era lo que esperaba, pero ya había dicho que sí.
Ed tenía una entrada hacia el interior del club solo para su disposición, largas escaleras hacia abajo del edificio, llegaban a la parte más exclusiva por donde caminaban ambos de forma apresurada compartiendo tímidas miradas.
—No quiero ser molestado— Dijo a unos guardias que se le acercaban— Tan poco quiero que nadie llegue hasta este pasillo— Ordeno con voz firme entrando a su oficina, para cerrar la puerta de golpe.
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¿Soy...Un Omega? La historia de amor de Kendra y Edmon
Diversossegundo libro de ¿Soy...Un omega?