Capitulo 7

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Caminaba cargando a Kendra en sus brazos en el subterráneo, donde no llegaba la luz del sol, en dirección al carro donde parado al lado de la puerta lo esperaba Frederick, también pudo escuchar las notas tristes del corazón de Kendra que palpitaban, demasiada tristeza para alguien como él.


—¿Dime alguien te lastimo, alguien te hizo daño?— Sentado en la parte de atrás del carro, lo había sentado en sus piernas, masajeando su espalda.

Kendra, no respondía, por cada pregunta que le hacía Ed, él solo negaba con su cabeza ocultándose en el pecho del vampiro, intentaba no llorar profundizando su respiración, pero era inútil, sus lágrimas rodaban por su rostro ¿Qué podría ser más doloroso que un llanto silencioso?

—Kendra— Trataba de secar sus lágrimas con sus grandes y frías manos— ¿Qué sucede?

—Es que no lo sé— limpiaba sus lágrimas, con la manga de su abrigo que escurrían por su barbilla.

No siguió preguntando, le preocupaba ver a su pequeño novio triste, solo lo acerco más a su cuerpo, para acariciar su cabello rojizo.

Tomo bastante tiempo que Kendra, dejara de sollozar, pero aún podía escuchar su corazón afligido.

Ed, saco la mano del Carro haciéndole una señal a Frederick, para que empezara a conducir el carro.

—Señor, ¿Adónde los llevo?— Pregunto haciendo sonar el motor.

—Algún sitio de comida rápida— Ordeno.

Había dejado de llorar, pero aún se aferraba al cuerpo de Ed. como si este gesto lo tranquilizara. Ya había oscurecido, cuando llegaron cerca del río y sus grandes estatuas que lo adornaban juntos a los árboles desnudos por el invierno.

—Ve por tres hamburguesas y tres malteadas, queremos porciones grandes— Pidió Edmon, que en todo momento se había mantenido su compostura fría, pero sin dejar de acariciar alguna parte del cuerpo de Kendra.

—¿Qué sucede? ¿Alguien te hizo daño?— Insistió preocupado.

—Es que ese es el problema, no sé qué me pasa— Respondió con un murmullo.

—¿Cómo no sabes lo que te sucedes?— Lo tomo de la barbilla, para que no baje la mirada.

—No, no lo sé, ya me había sentido así, pero hoy... Hoy el dolor fue más intenso— Lo miraba afligido, casi pidiéndole perdón con la mirada.

—Está bien, no tienes que darme explicaciones, solo estoy preocupado— Respondió masajeando la espalda de Kendra, mientras Frederick se aproximaba con las cosas para comer.

Trataba comer, pero tenía un nudo en la garganta que le impedía tragar.

—¿Es necesario, que hoy vuelvas con tus hermanos?— Tenía el deseo de quedarse con Kendra esa noche.

Pero el humano, de cabello rojizo, negó con su cabeza.

—Mande un mensaje, diciendo que tenía una emergencia en el trabajo— Bajo su mirada avergonzado.

— ¿Señor, los llevo hacia el palacio?— Pregunto Frederick.

—No quiero ir al palacio— Respondió rápidamente Kendra casi suplicando.

—Ya escuchaste a mi novio, no quiere ir al palacio— Contesto, solo para sentir como el cuerpo de Kendra lo empujaba avergonzado.

—¿Y como consiguió que el Joven Kendra lo aceptara?— Se burlaba de Edmon Korolev.

¿Soy...Un Omega?  La historia de amor de Kendra y EdmonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora