Desilusionado

23 16 0
                                    

-Muy bien, ¿qué está pasando? -Bryan dijo tan pronto como regresaron a
la casa de James.

James se quitó la camisa y se volvió hacia Bryan. No se molestó en fingir
ignorancia; sólo un idiota no se habría dado cuenta de lo callado que había
estado durante el viaje a casa, y Bryan no era idiota.

-Puedes decirme lo que sea, -dijo Bryan, sus ojos obscuros amables y
preocupados.

James miró su rostro intensamente atractivo. Entonces él agarró el brazo
de Bryan y lo jaló más cerca. Bryan hizo un ruido sorprendido que fue tragado por la boca de James. Él lo besó duro, tratando de sentir algo -cualquier cosa-. Bryan gimió y le devolvió el beso, deslizando sus manos bajo la camisa de James, y él sintió, -se sentía mal-. Se sentía mal, y sucio, como si él estuviera engañando a Nhoa, lo que era tan ridículo que hacía enojar a James.

Enojado con Nhoa, pero sobre todo
enfadado consigo mismo. ¿Por qué los besos que Nhoa había permitido
que él tomara se habían sentido mucho mejor que los apasionados besos de
Bryan? No tenía sentido. Le gustaba Bryan. Quería amarlo. Bryan era el
novio perfecto que cualquier hombre gay podría desear.

No era Nhoa...

James se sacudió el pensamiento. Había estado lo suficientemente contenido con Bryan hasta que Nhoa había aparecido. Podría contentarse con Bryan de nuevo. Sólo tenía que intentarlo en vez de
suspirar por algo que nunca podría realmente tener.

Bryan rió sin aliento cuando James lo empujó hacia la cama. Al menos
físicamente aún podría sentir lo que su mente y su corazón no podían. Se las
arregló para tener una erección, y se las arregló para mantenerse duro hasta
empujarse dentro de Bryan.

Entonces, todo salió mal: el pelo castaño claro y brillante de Bryan se
oscureció, su piel más pálida y más suave, su cuerpo más delgado, y luego era Nhoa mirando hacia arriba hacia él con confianza. Y algo se rompió
dentro de él, su polla hinchándose, su sangre quemando.

Después, James apenas podía recordar el sexo. Recordaba el deseo, el amor y la desgarradora ansiedad corriendo por su sangre. Recordaba el nombre que salió de sus labios cuando él se corrió. No fue el de Bryan.
Por un largo, tenso momento, no hubo ningún sonido en absoluto.
Entonces Bryan lo empujó antes de sentarse y alcanzar su ropa.

James se giró sobre su espalda, sintiéndose como el mayor idiota del
planeta.

-Deberías habérmelo dicho, -dijo Bryan secamente, parándose para
subirse los jeans.- Deberías haberme dicho que estabas jodidamente
enamorado de alguien más. Entonces yo no estaría tan... -Él se rió entre
dientes, sacudiendo la cabeza.- Deberías habérmelo dicho.

-Yo no creí que importara.

Bryan comenzó a abotonarse la camisa, sus movimientos rígidos, tiesos.-
Importa, -dijo.- Si yo hubiera sabido que era sólo un reemplazo para ti, no
habría sido tan estúpido como para... para...

James se deshizo del condón.- Lo siento.

-Correcto. Lo lamentas.

James se levantó de la cama y le puso una mano en el hombro a Bryan.- Realmente lo hago, -dijo en voz baja.- Sé mejor que nadie cuánto esto apesta. Él es heterosexual y nunca va a ser realmente mío.

Una risa sin humor dejó la garganta de Bryan.- Justo ahora no puedo
realmente sentir pena por ti. -Se dio la vuelta, sus labios torcidos en una
sonrisa que parecía más una mueca.- Pensé que eras el indicado para mí,
sabes.

El dolor desenmascarado en los ojos de Bryan trajo una nueva ola de culpa,
arrepentimiento y resentimiento por la injusticia de todo.

-Quería que esto funcione, -dijo James.- Eres el tipo de hombre que
siempre quise para un compañero: agradable, y desinteresado, y...

-Pero no soy él, -dijo Bryan.

James desvió la mirada.- Eres mejor persona que él.

-Pero no soy él.

James se quedó en silencio.
Con su mandíbula apretada, Bryan asintió y se volvió hacia la puerta.

-Traté de enamorarme de ti, -dijo James.- Pensé que tal vez si
pudiera hacerlo de alguien...

-No.

-... Serías tú. Si yo pudiera elegir..

-Pero no puedes, -dijo Bryan con fuerza.- Y tampoco puedo yo. -Le dio
un débil intento de sonrisa.- Pero al menos sé que no debo enamorarme de
un chico heterosexual. Buena suerte con eso. -Y se fue.

Bryan no azotó la puerta a su salida.
Nhoa lo habría hecho.

James se sentó en la cama deshecha y enterró su cara entre las manos.
Maldita sea, estaba cansado. Cansado de luchar contra esto. Cansado de obligarse a sentir lo que él no sentía. Cansado de suprimir las emociones que sí sentía. Lo había hecho por años. Él había tratado con encuentros de una sola noche, lo había intentado con una relación, había tratado de seguir adelante y vivir lejos sin Nhoa. Pero nada había funcionado, y en el fondo, sabía que nunca nada lo haría.

"Te amo". La voz suave y sincera de Nhoa, susurrando en su mente.

"No puedes decir que no lo sienta solo porque yo no te quiera de esa manera. Te amo de todas las formas que importan. "

James se mordió el interior de la mejilla hasta que sintió el sabor amargo
de su sangre.

Quizás algo enfermizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora