Desnudo

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Cuando James se arrastró fuera de la cama y bajó las escaleras, ya era bastante tarde por la mañana, pero no se sentía particularmente descansado.

Nhoa no estaba a la vista. Nancy estaba en la cocina, tomando el desayuno. Cuando lo vio, una emoción cruzó su rostro, tal vez resentimiento o frustración, o incluso algo parecido a la desesperación.

—Buenos días. —dijo ella con neutralidad.

—Buenos días, —respondió James, del mismo modo neutral.

El silencio cayó sobre la habitación mientras se miraban uno al otro, y pasó
un tiempo antes de que se rompiera.

—Toma asiento, —Nancy dijo con una sonrisa forzada.—Nhoa se fue hace un par de horas por alguna sesión de fotos.

James se sentó y aceptó una taza de café de ella. Bebió el café en silencio y trató de ordenar sus pensamientos.
Sus ojos se encontraron por un breve momento. Ambos desviaron sus miradas con rapidez.

—¿Está el bebé durmiendo? —James preguntó finalmente, sólo para decir algo. Cualquier cosa.

—Sí, —dijo Nancy.

—Él parece ser un pequeño saludable.

—Sí. Es muy parecido a su padre. Se parece mucho a Nhoa , ¿no es así?

James pegó una sonrisa a su cara.— Sí, lo hace.

Otro largo silencio, que pareció una eternidad, siguió.

De repente, Nancy dejó la taza sobre la mesa y se puso de pie.— Muy bien, no puedo hacerlo. —Ella lo miró.—¿Sabes qué? Realmente intenté ser amable y comprensiva, pero incluso yo tengo mis límites. Y cuando el padre de mi hijo se pasa toda la noche contigo, ¡No puedo no decir nada y pretender que todo está bien! —Ella negó con la cabeza.—¿No tienes vergüenza? Pensaba que no eras así. ¡Él tiene una familia, por el amor de Dios!

—No estoy tratando de hacer que ustedes dos se separen, — James dijo con voz cortante.— Si lo quisiera, lo habría hecho años atrás.

Una sonrisa amarga curvó sus labios.- Oh sí. ¿Se supone que debo estar agradecida de que me permitieras ser su novia? Es agradable por fin verte revelar tu verdadera cara. Sabes muy bien cuán totalmente dependiente es él de ti, ¿no? Nhoa podrá estar emocionalmente atrofiado y ser incapaz de notar lo enfermizos que son sus sentimientos por ti, pero tú lo sabes. No es amor. —Ella lo miró a los ojos.— Admítelo: en el fondo, tú sabes que él no te ama. Tú sabes que lo que siente por ti es sólo una retorcida dependencia enfermiza y un equivocado sentido de gratitud.

James apretó la mandíbula, tratando de no dejar que sus palabras le afectaran. Nhoa lo amaba. Lo hacía. Quizás no de esa forma, pero lo hacía.

Y sin embargo, un pequeño rastrojo de duda se arrastró en él.

Como si lo percibiera, ella siguió adelante.— Tú lo sabes. Puedo verlo en tus ojos. Sabes que nunca podría amarte del modo en que me ama. Nunca serías suficiente para él. Entonces, ¿cuál es el punto? ¡Deja de arruinar nuestra relación! Él tenía dieciséis años cuando ustedes se conocieron. Era un impresionable, vulnerable, chico paralizado y tú te aprovechaste de él... tú debes haber alentado su rara fijación contigo. Y ahora él quiere hacerte feliz —Ella se echó a reír.—¿No ves que lo estás coaccionando para hacer algo que él no quiere? Me enfermas. No tengo nada contra la gente gay, pero ¿por qué no puedes permanecer lejos del resto de nosotros y limitarte a los de tu tipo? No hay nada más patético que un hombre gay suspirando por un hombre heterosexual y en pareja. Tú eres... —Nancy se detuvo a mitad de la frase y palideció.

Quizás algo enfermizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora