Nancy II

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Nancy puso a su hijo en la cuna con tanto cuidado como pudo antes de
enderezarse y limpiarse la frente.
Miró su reloj y se sorprendió un poco al descubrir que solo era medianoche.

Se sentía como si Liam hubiera estado llorando por horas hasta que finalmente se agotó y se durmió hace unos minutos.
Bostezando, se puso una camiseta limpia y fue al baño. Dios, estaba exhausta. Sus brazos le dolían, la espalda le dolía, y solo pensar en un colchón suave hacía a sus entrañas cosquillear. Quizás debería haber escuchado a sus amigos y contratar una niñera a tiempo completo.

Para cuando regresó al cuarto, Nhoa también había vuelto. Estaba sentado en la cama, con una sonrisa aturdida en el rostro.
Nancy llegó a una repentina conclusión. No podía recordar la última vez que
lo había visto sonreír tan ampliamente.

-¿Buenas noticias? -dijo ella en voz calma, mirando el teléfono que él tenía
agarrado en la mano.

Nhoa la miró y sonrió. Y por un momento, Nancy se olvidó de su
agotamiento, de las noches de insomnio, del dolor en la espalda, y sintió una
sacudida de atracción. La emoción parecía extraña ahora. ¿Cuánto tiempo
había pasado desde que ella había sentido algo que no fuera irritación, resentimiento e ira? Últimamente todo lo que ellos parecían hacer era pelear
y discutir.

-Sí, -dijo, mirando nuevamente su teléfono.- James acaba de llamar.

Su corazón le dio un vuelco.- ¿James?

-Sí. -Nhoa sonrió de nuevo, su cara llena de emoción y alegría.- Él va
a regresar.

-Oh.

Nhoa saltó de la cama y comenzó a caminar por la habitación.-Obviamente necesitará un par de semanas para hacerse cargo de las cosas y necesitará un... -Él frunció el ceño.- La Dra. Lhea tiene el trabajo de James ahora, sin embargo. Pero James es mucho mejor que ella, seguramente la junta lo verá ¿y le devolverá el trabajo? Tal vez si hablo con del dueño del club...

Nancy negó con la cabeza con una sonrisa.- No puedes estar hablando en
serio. Fue elección de James irse. La Dra. Lhea es la médica principal del club ahora. No puedes hacer que la pobre mujer sea despedida sólo porque
quieres que James consiga su trabajo de nuevo.

Nhoa parpadeó un par de veces, como si ni siquiera se le hubiera ocurrido que lo que estaba contemplando pudiera ser algo malo.

-Correcto, -dijo.- Tendré que pensar en algo más.

-No tienes que pensar en nada, -Nancy dijo, cruzando los brazos sobre el
pecho.- James es un adulto, es un profesional muy respetado, y estoy
segura de que es plenamente capaz de encontrar un buen trabajo sin tu
ayuda.

-Ya sé eso, -Nhoa murmuró, frotándose la mano detrás de su cuello.- Obviamente. Sólo quería que él consiga su antiguo trabajo y estuviera con... -Él se calló de golpe.

-¿Y estuviera contigo todo el tiempo? -Nancy terminó en voz baja.

Nhoa pasó de un pie al otro, viéndose incómodo y con algo de vergüenza.

Pero no lo negó.

Nancy se sentó en la cama y se quedó mirando la cuna de Liam sin
comprender. Dios, ya no estaba siquiera sorprendida. Y estaba demasiado
cansada como para sentir ira o celos. La verdad sea dicha, una parte de ella
se sentía aliviada. Se había alegrado cuando James se había ido, pero no
había tenido ni idea cuánto esto afectaría su relación con Nhoa, y no en
un buen sentido. Había pasado un mes más o menos, desde antes del
nacimiento del bebé, cuando Nhoa había hecho un esfuerzo por esconder de ella él que todavía se sentía como la mierda -no es que hubiera tenido demasiado éxito- pero después del nacimiento de Liam, las cosas sólo se habían puesto peor. El comportamiento desinteresado y malhumorado de Nhoa la volvía loca y ella a menudo terminaba deseando que James estuviera allí para lidiar con él -porque ella no sabía cómo hacerlo y en ocasiones le resultaba difícil que le importe-. Era bastante irónico que ella hubiera deseado que James se fuera, pero ahora que tenía a Nhoa para ella sola, se sentía harta de todo y estaba bastante segura de que él sentía lo mismo.

Quizás algo enfermizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora