La propuesta

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Se sintió como si la cena duró por siempre.
James estaba medio-tentado a irse temprano, pero no quería que
pareciera como que huía de Nhoa -que era cómo iba a ser interpretado
por su primo y Jeremy-. Por no hablar de que despertaría las sospechas de
Bryan. Ya era bastante malo que Bryan estuviera desconcertado por la
presencia de Nhoa y no parara de hablar de él: Bryan era un poco como un fan. Habría sido gracioso si no fuera Nhoa.

Nhoa....

James miró al otro extremo de la mesa. Nhoa estaba mirando su plato con una expresión profundamente contemplativa en su rostro. ¿Qué
estaba haciendo?

Al darse cuenta de que lo estaba mirando fijo, James se obligó a alejar la
mirada.

Encontró a Jared estudiándolo con atención, un pequeño ceño entre sus
cejas. Jeremy le susurró algo al oído y el ceño fruncido de Jared desapareció.
Jared sonrió irónicamente a su novio y negó con la cabeza, tocando el cuello
de Jeremy con sus dedos.

James apartó la mirada. A veces ver a Jared y a su novio era más que un
poco incómodo. Estaba feliz por su primo -él era quien le había dicho a Jared que fuera a por ello- y sin embargo...

La mirada de James cayó sobre otra pareja, sentada frente a él: un
hombre caracúlico de pelo oscuro y una chica rubia asombrosamente guapa. No los conocía demasiado bien, sólo sus nombres....

—No seas tan aguafiestas, —Thalía le dijo al hombre, rodando sus
ojos.—No te haría daño usar una sonrisa de vez en cuando. —Sonrió
ampliamente a su compañero de rostro severo.—¿Ves? No es tan difícil.

David le dio a la rubia una mirada poco impresionada, pero la forma en que
sus oscuros ojos se quedaron en la cara sonriente de ella lo traicionaba. La
pareja parecía extraña y sin nada en común, pero al mismo tiempo, perfectos
el uno para el otro -Simplemente correcto-.

Contra su voluntad, los ojos de James se sintieron atraídos a Nhoa de
nuevo.

Esta vez se encontró con Nhoa mirándolo.

Nhoa le dirigió una mirada significativa e inclinó la cabeza hacia la puerta.
Apretando los labios, James negó con la cabeza. Él ya había dicho todo lo
que había que decir. No había nada más que hablar. Y si James era
completamente honesto, no confiaba en sí mismo para estar a solas con Nhoa y seguir diciendo no. Su resolución no existía cuando Nhoa lo miraba con sus grandes ojos cafés y susurraba su nombre. James había pensado -deseado- que la entrada de Bryan en su vida lo hubiera cambiado, pero se había equivocado. En el momento en que había visto a Nhoa en la cocina, el primer impulso de James había sido empujar a Bryan lejos, como si hubiera sido atrapado haciendo trampa, lo que era ridículo.

Nhoa no era nada para él, nunca lo había sido y nunca lo sería. James
tenía un novio ahora, y el nombre de su novio no era Nhoa. El nombre de
su novio era Bryan.

James miró al joven que estaba sentado junto a él. Bryan sonrió.
James logró una sonrisa en respuesta. Cuando había conocido a Bryan
hace dos meses, suponía que sería sólo una aventura de una noche, una de
muchas.

James hizo una mueca ante el pensamiento. En ese momento, él había
estado dispuesto a follarse a cada chico guapo que viniera a él. Había querido
demostrarse a sí mismo que aún podía hacerlo. Había querido demostrarse a
sí mismo que podía seguir adelante. Había querido probarse que él no era el
hombre de ojos apagados que veía en el espejo.

Pero una noche se había convertido en dos, luego tres, luego una semana, y
así sucesivamente, y James descubrió que le gustaba Bryan. Era guapo,
pero también era agradable y con los pies en la tierra. Comparado con el
temperamento y la actitud exigente de Nhoa, Bryan era un santo.

Quizás algo enfermizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora