1.5 ¿¡Qué sucede allá afuera!?

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-Hombre, deja que se refresque-dijo Amanda con su voz serena-¿Quieres un poco de agua, hija?

-No-respondió en seco-¿Quieren saber qué sucede afuera? ¡La destrucción!

-Mónica, por favor-dije-, no nos digas supersticiosamente lo que sucede, sólo te preguntamos, ¿Qué hay afuera? ¿Por qué hay muertos caminando?

-¿Son demonios? -preguntó Jessica

-¿¡Qué voy a saber yo!? Sé algo, que me dijo el Señor García

-¿Y qué fue? Niña, no hagas más suspenso-dijo Emilio

-Sólo que los muertos están resucitando

-Eso sólo puede hacerlo nuestro Padre Dios-dijo Amanda con solemnidad

-¡Pues parece que los muertos se cansaron de esa estupidez!

-¡Mónica! - me exalté, y los demás también, a su manera

-¿Qué? Es simple, si te muerden, mueres. Si te mueres, "resucitas"

-¿Cómo sabes todo eso? -preguntó Jessica

-Me lo dijo el Señor García, no sé cómo él sabe todo. Sólo sé que mordieron a su hija, huía de ellos y justo cuando pasó la entrada del vecindario, el camión de gas se volcó

-¿Por qué estaba muerta la Señora García?

-¿¡Qué!? -exclamó sorprendida la madre de Jessica-¿¡Muerta!?

Mónica afirmó, Amanda se echó a llorar. Emilio la retiró y la subió a su cuarto. Jessica y yo nos quedamos y continuamos con las preguntas. Supimos que la única manera de matar a esas cosas era en la cabeza y que el descubrimiento de esto había sido resultado de un experimento horrible, y forzoso. Nos contó lo que sucedió en el interior de la casa de los García, desde que yo me desmayé en la acera por un puñetazo cortesía Emilio Magallanes...

<<Vi cómo el padre de Jessica te golpeaba, y tú caíste al suelo... ¡Rebotando de una manera tan violenta! Yo corrí de inmediato a tu auxilio... Pero la señora García me detuvo, me dijo que debía correr por mi vida. Prácticamente me arrastró hasta su hogar, yo sólo deseaba que estuvieras bien Arturo. ¡Temía por lo peor! Una vez dentro de la casa, la señora García me estaba consolando, ¡Me abrazaba tan fuerte! Como si buscara la imagen de hija que acababa de perder, era frustración de madre, tú lo has dicho Arturo, pierdes a tu padre y eres huérfano, pero no hay palabra ni consuelo para definir la pérdida de un hijo... El señor García bajó las escaleras (todas las casas de este fraccionamiento tienen la misma construcción), dijo que su hija había muerto, el señor enloqueció de inmediato, traía en su mano su arco y un carcaj lleno de flechas. Comenzaron a discutir y yo sólo estaba viendo, pensando en la manera de escaparme del hogar, sabía que no iba a salir fácil... La disputa entre ellos se hizo cada vez peor, violenta verbalmente. La señora García salió del hogar, su esposo la siguió hasta afuera, dejando la puerta abierta. Ella llevaba las llaves de su coche, de hecho quitó los seguros, iba a marcharse y yo con ella, o al menos eso planeaba. El señor García la llamó: "Hey..." seguido de una grosería que llenó de irritación a la señora quien se volteó con la intención de responder a la palabra altisonante, con otra de la misma índole. Pero sus ojos se sobresaltaron al recibir el flechazo por parte de su esposo, directo al corazón. Cayó, y yo me quedé pasmada ante lo que acababa de presenciar. ¡Fue horrible! El hombre loco, se acercó a su esposa, o exesposa debería decir, la pateó fuertemente hasta casi meterla bajo el vehículo. Después le disparó un par de veces más, volteó hacía mí y apuntó. Yo grité todo lo que pude, y corrí. Subí las escaleras, sentía sus pasos tras los míos. Ingresé a una habitación que estaba abierta, pero que en la chapa tenía un candado enorme desbloqueado, y ahí estaba el cadáver de su hija... Desnuda y sobre una cama, frente a una cámara fotográfica puesta sobre un trípode, honestamente no quiero imaginar lo peor (todos ahí sabíamos que el Señor García abusaba de su hija, ¿¡Pero bajo esas circunstancias!? Mónica había descubierto evidencia de sobra, evidencia inútil), me escondí en un armario casi vacío, sólo había fotografías y cajas. El Señor García entró, como un animal desbocado, buscándome. Y debido a que no había muchos lugares para esconderse, abrió el armario. Me apuntó con el arco y yo me preparaba para sentir el flechazo, pero un grito desgarrador me hizo abrir los ojos, su hija estaba mordiéndole el cuello. Le arrancó un gran pedazo y la sangre salpicó por casi todo el cuarto. La fuerza de aquella mujer era increíble, a mí me dolió con tan sólo apreciar la escena, el señor se zafó de ella propiciándole un codazo, la "muerta" cayó al suelo, el señor tomó su trípode con todo y cámara ¡Y golpeó con fuerza a la mujer! La golpeaba por todo el cuerpo, pero ella seguía intentando morderlo, hasta que cedió, "murió" por completo justo cuando el señor García le destrozó el cráneo. Yo no podía seguir ahí, pero tampoco me podía mover. En cualquier momento, aquél insano se voltearía hacia mí, me golpearía y me desnudaría para fotografiarme (es algo dramático e ilógico lo que dijo Mónica, puesto que acababa de destrozar la cámara) ¡Y fue entonces cuando te escuché entrar! Grité tu nombre y salí, él seguía viendo a su hija. Pero pronto comenzó a dar tirones, a convulsionarse de pie y sangrar de la boca... Cerré la puerta con cuidado y puse el candado. Te vi tirado en las escaleras...>>

PurificaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora