Valentin no puede pasar de página su ex relación, vive en la nostalgia que ésta le causa y solo piensa en que hubiera pasado si las cosas fueran diferentes.
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Levantó la mirada del suelo, logrando divisar los ojos de la persona que lo había chocado y su corazón se detuvo.
Se quedaron unos segundos en silencio, sin saber que decirse ni que hacer aún parados en la puerta del baño. —"Me dejas pasar?"— exclamó el ojiverde al ver como el chico frente a el no pensaba en moverse. Matias puso los pies en la tierra y se removió de su lugar, viendo como Agustín se adentraba en este.
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Reaccionó y rápidamente fue hacia el lugar donde se encontraban sus dos mejores amigos acostados. Primero despertó a Julian susurrandole un "Mira el mensaje que te mande, me voy a despedir de los chicos, vos desperta a Valentin y no dejes que vea lo que te envié". Julian, un poco asustado por la actitud de su amigo sin entender lo que estaba pasando abrió el chat con Matías.
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Ellos sabían por lo que había pasado el colorado al terminar esa relación. La misma noche que el ojiverde rompió con el, un Valentin devastado había marcado el número del castaño en su celular ansioso porque le contestara. Seguía en el mismo lugar donde Agustín lo había dejado, su mente estaba en blanco, no tenía idea de lo que estaba pasando.
Al escuchar la voz amigable de Matias al otro lado de la línea, Valentin no pudo contenerse y comenzó a sollozar. Le contó todo lo que había sucedido. —"Me dejó Matias, dijo que no me amaba más y se fue, así como si nada, como si el tiempo que estuvimos juntos hubiera sido en vano, como si las hermosas palabras que me decía eran sólo comentarios de relleno que su corazón no sentía, logré expresarme con el como nunca lo hice con nadie y ahora solo me siento como un estúpido ilusionado"—. El castaño escuchó atentamente cada palabra, sin interrumpirlo ni juzgarlo. Tomó la palabra y le recordó lo valioso que era como persona. Le dijo que merecía ser amado y respetado por alguien que realmente valorara su compañía.
