Valentin no puede pasar de página su ex relación, vive en la nostalgia que ésta le causa y solo piensa en que hubiera pasado si las cosas fueran diferentes.
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Los rayos de sol iluminaban suavemente el paisaje. Sintió un fresco aire en su rostro al despertarse, encontrandose con que estaba solo en la cama matrimonial.
En la noche anterior le resultó imposible conciliar el sueño. Sus pensamientos vagueaban por su mente experimentando una mezcla de emociones y sensaciones. Lo ocurrido fue suficiente para que su cabeza lo deje en medio de reflexiones profundas y pensamientos sumamente confusos.
No se confundan, él realmente sentía alivio y felicidad al tener la oportunidad de reconectar con alguien que fue muy importante en su vida. La sensación de nostalgia y añoranza por los buenos momentos que compartieron juntos parecía esfurmarse ante la enorme posibilidad de crear nuevos. Los sentimientos de esperanza y optimismo al creer que su relación podría tener una nueva oportunidad crecían en su interior, rogando para que todo salga bien.
Sin embargo, también habían sentimientos de incertidumbre y miedo. La preocupación por repetir los errores del pasado o por enfrentar los mismos problemas que llevaron a la ruptura inicial abundaban su cabeza, llegando a tener cierta cautela y desconfianza, esperando que sea posible reconstruir la confianza mutua que habían logrado armar en un pasado.
El temor a que no lo ame por quien era ahora también se hacía presente. Si bien su forma de ser no había cambiado en lo absoluto, siendo la misma persona que hace meses, no podía evitar que ese sentimiento presentara ciertas inseguridades o incertidumbres.
Sabía que sus palabras habían sido ciertas. En su tiempo de relación, siempre logró descifrar la linea entre la verdad y la mentira con solo ver sus ojos. Esta vez, su mirada parecía ser intensa y sincera, sus ojos reflejaban una mezcla de vulnerabilidad y determinación, transmitiendo una sensación de transparencia y honestidad. Pudieron mantener un contacto visual constante sin desviar la mirada, demostrando así su compromiso y sinceridad en sus palabras. La mirada llegó a ser cálida y llena de ternura, mostrando el amor y la conexión profunda que sentía por él, pudo notarlo.
Sus pensamientos se detuvieron en otro punto importante, Gino, el chico con el que había dormido abrazado anoche. No lo malinterpreten, al llegar a la habitación y acostarse en la cama, rápidamente lo rodearon unos brazos por su cintura. No tenía la menor idea en como iba a explicarle la situación, pero sabía que debía hacerlo lo más antes posible.
Lo único que sentía era culpa, remordimiento y tristeza por el daño potencial que podría causarle. Pero al mismo tiempo sabía que era lo mejor, sin sonar egocéntrico, detener las falsas ilusiones que creía haber causado en su cabeza, era lo mejor. A pesar de esto, se generaba un conflicto interno y una gran carga emocional, consciente del futuro impacto negativo.
Abrió sus ojos encontrandose en un estado de transición entre el sueño y la vigilia. Su cuerpo comenzó a despertar lentamente, estirándose y desperezándose para salir de la relajación. Sus ojos parpadeaban mientras se ajustaban a la iluminación del sol que traspasaba la ventana. Una sensación de somnolencia residual se hizo presente, intentando recordar el raro sueño que tuvo durante la noche con una de las personas que daba vueltas por su cabeza.
