Valentin no puede pasar de página su ex relación, vive en la nostalgia que ésta le causa y solo piensa en que hubiera pasado si las cosas fueran diferentes.
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El frio del invierno inundaba la habitación de Valentin, dejando en segundo plano la estufa que estaba prendida. Abrió los ojos con pesadez sintiendo un escalofrío pesando por todo su cuerpo, estaba congelado. Buscó su celular entre las sabanas y se levantó de un golpe al ver la hora, nuevamente se estaba preparando tarde. El punto de encuentro era la casa de Alejo, todos se deberían encontrar allí para poder emprender camino hacia el pueblo.
Se dio una ducha rápida y se vistió con su ropa más cómoda. Estaba emocionado, era la primera vez que viajaba por las vacaciones con sus amigos a otro lugar, a pesar de que no le gustaba el frío y siempre preferia quedarse en su casa calentito, no podia evitar sonreir al recordar lo que iba a suceder. Quería utilizar este tiempo al máximo para poder avanzar con lo que fuera que tenía con el ojiclaro ya que ahora tendrían más tiempo para ellos, sin ningún trabajo o escuela de por medio, solo ellos relajandose con la posibilidad de conocerse mas a fondo por dos semanas completas.
Luego, se dirigió a la cocina y preparó un desayuno simple para entrar en calor. Mientras tanto, se aseguró de tener todo lo necesario: dinero en efectivo, ropa abrigada, sus cosas de aseo y un par de pastillas para combatir enfermedades.
Una vez listo, pidió un uber y salió de su casa saludando a sus padres quienes no tenían idea de a donde se iba su hijo, pero que mucho no les importaba. El auto después de unos minutos llegó y emprendió camino hacia la casa del morocho, donde por lo que habia visto en su grupo de amigos, todos ya se encontraban ahí esperándolo entre puteadas por su impuntualidad, claramente.
Llegó y todos se encontraban fuera de ésta con sus respectivos bolsos para pasar las semanas restantes. Sabía que faltaba una persona, la dueña del otro auto, pero no le dió mucha importancia y se subió al vehículo de Alejo junto con Matias y Julián, quedando en el auto del desconocido Juan y Gino. Al parecer la persona que faltaba estaba terminando de preparar el mate, por lo que decidieron restarle importancia y comenzaron su camino hacia la casa de éste. Los chicos ya conocían el lugar, al parecer el muchacho los había invitado en un par de oportunidades para ir a pasar el rato en un dia tranquilo.
El viaje duraba 3 horas, el lugar no quedaba tan lejos de donde ellos vivían. En el medio Alejo les comenzó a contar las anécdotas que habían ocurrido en el lugar, recibiendo varias risas por parte de los presentes al imaginarse a sus amigos en esa situación.
-"Y al dueño del otro auto ¿como lo conocieron?, nunca lo vi con ustedes"- consultó el pelirrojo con un tono de confusión, el chico parecía ser muy cercano a ellos pero en todo su tiempo de amistad nunca había tenido la oportunidad de cruzarse con el, tampoco nunca lo presentaron ni nada por el estilo, era raro. Matías y Julián se quedaron helados sin saber como reaccionar a la pregunta de su amigo, sabían que obviamente en algún momento se deberian de cruzar ya que vivirían juntos por dos semanas, pero mientras menos temprano sea, mejor. Antes de que el colorado llegue al punto de encuentro habían tenido que cruzarse con el ojiverde, con un saludo realmente incómodo que por suerte, ninguno de los demás pudo notar. Alejo los había presentado como si no lo conocieran, llegando a darse un apretón de manos que rápidamente dejaron pasar.
