★; what never left

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La primer semana transcurrió normalmente. El grupo de amigos había tenido pequeñas discuciones al principio por cuestiones de organización, orden y demás, cosas básicas en la convivencia, pero con el pasar de los dias fueron acostumbrándose y dejando esos malos hábitos atrás. Las tareas eran designadas con facilidad: a Agustín le encantaba cocinar, por lo que sin pensarlo se pusieron de acuerdo para que él sea el cocinero de la casa en los días restantes. Valentín era un amante de la limpieza, poseía una pasión innata por la higiene y la pulcritud en todos los aspectos de su vida, asegurándose de que cada rincón esté impecable, llegando a ser el foco principal de las peleas que se formaban en la casa, siendo la mayoría, por su parte. Matias era el que se encargaba de dejar todos los espacios ordenados, su perfeccionismo abundaba la casa llegando a parecer excesivo o riguroso. Alejo iba hacia la ciudad mas cercana para hacer las compras necesarias, pero siempre se quedaba corto y Julián tuvo que empezar a acompañarlo para hacerle acordar de las cosas, hasta con una lista se las olvidaba, era increíble. Gino lavaba la ropa y los platos que se dejaban al terminar de comer, no era la tarea que más le gustaba pero el que "toca, toca" dicen. Por último, Juan, optó por no tener un "oficio" fijo (siendo abucheado por todos) pero si se ofreció a ayudarlos como una segunda mano, algo que, muy raramente, pasaba, pero ya no le decían nada.

El sabado llegó, pasando exactamente una semana desde que estaban en la casa. La noche de invierno nublada era fría y silenciosa, con una oscuridad intensa que envuelve todo a su alrededor. El cielo estaba cubierto por densas nubes grises que ocultaban las estrellas y la luna, creando una sensación de misterio y melancolía. El aire estaba impregnado de un aroma fresco y húmedo, mientras que la neblina se deslizaba lentamente por las calles y los árboles desnudos parecían susurrar historias olvidadas, el mundo era como si estuviera en reposo, envuelto en una atmósfera tranquila y serena.

Los días anteriores habían sido, como Agustín llamaba, un "jodido infierno", el colorado y el ojiclaro demostraban su amor empalagoso en todos los rincones de la casa. El mundo estaba completamente en su contra, siendo el verdadero "¿Dios, que te hice para merecer esto?". Se los encontraba en momentos comprometedores, siempre que estaban solos mágicamente Giay aparecía cortando todo lo romántico, pero la verdad era que el no lo hacía apropósito, era el destino que quería verlo sufrir, definitivamente, eso era.

Al sexto día que llegaron a la casa, viernes para ser exactos, todos habían decidido salir a un bar, que quedaba entrando a la ciudad más cercana del pueblo. El ojiverde tomó la decisión de no ir, no se encontraba con el mayor de los ánimos por la semana que había tenido. Por lo que optó por quedarse en la casa mirando su serie de drama favorita: the walking dead.

En varias oportunidades, se los había encontrado en situaciones un poco íntimas, nada cruzando la línea, pero si al verlas lograban deshacer su corazón en pequeños pedazos, pensando en como le gustaría ser él en ese momento, siendo el hombre que lo bese, lo toque, lo acaricie...

if things had been different; gialenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora