Valentin no puede pasar de página su ex relación, vive en la nostalgia que ésta le causa y solo piensa en que hubiera pasado si las cosas fueran diferentes.
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Ambos estaban nerviosos, mostrando señales de inquietud como manos temblorosas y sus lenguajes corporales llegaban a ser tensos con voces entrecortadas. Se levantaron de sus asientos y Agustin con su cuerpo lo guió hacía el pasillo, donde había una escalera rústica y encantadora, hecha de madera sólida y desgastada por el tiempo. Los barandales de hierro forjado añadían un toque nostálgico, mientras que la luz natural que se filtraba por las ventanas iluminaba suavemente el camino hacia arriba. Podía ser una casa vieja pero con sus retoques de modernidad casi que ni se notaba. Las subieron en un silencio incómodo, los dos se debatian internamente entre decir algo, o directamente no hacerlo.
Llegaron a la última puerta, alejada de todas las habitaciones, las cuales se llegaban a ver acogedoras y llenas de encanto. Los techos altos con vigas de madera expuestas daban una sensación de amplitud, mientras que las paredes se lograban ver elegantes. Las ventanas grandes permitían que la luz natural se filtrara, iluminando suavemente el espacio. El ambiente estaba impregnado del suave aroma a madera y flores frescas, creando un refugio tranquilo y cálido en medio del campo, con un poco de polvo claramente, debido al tiempo en el que no se había habitado.
Agustín abrió la puerta y se adentró para encontrar el interruptor de la luz y encenderlo, moviendo su cuerpo hacia el costado para dejar pasar al colorado y volver con sus amigos. Dio media vuelta amagando cuando sintió como una muñeca se colocaba al rededor de su brazo, adentrandolo con él.
El baño era grande, con azulejos blancos y brillantes en las paredes que reflejaban luz. El suelo estaba cubierto con baldosas de cerámica en tonos suaves y terrosos. Un lavabo de porcelana blanca se encontraba sobre una encimera de madera, decorado con pequeños detalles naturales como plantas o flores. La bañera era espaciosa, perfecta para sumergirse y disfrutar de un relajante baño. La iluminación suave y cálida creaba un ambiente acogedor, invitando a tomar un momento para cuidarse y relajarse.
Ambos se adentraron en este cerrando la puerta detrás del castaño. Valentin reflejaba una expresión neutra, con sus ojos profundos mirándolo fijamente tratando de intimidarlo, fallando en el intento. Agustín se encontraba de la misma manera, creando una pelea de miradas íntimas que ninguno quería perder, con sus ojos mas oscuros de lo normal y una expresión arrogante. El silencio un tanto incómodo se prolongó entre ellos, hasta que uno decidió darle fin.
-"¿Que carajo haces acá?"- preguntó el colorado, en un tono de furia pero dejando salir su voz entrecortada, dejando notar su nerviosismo.
El mayor rió, pensando en que era la pregunta mas estúpida que le podría haber hecho. -"Bue para, es mi casa"- dijo incrédulo, frunciendo levemente el ceño.
-"Te hablo en serio Agustín, ¿hace cuanto sabes que soy amigo de ellos?"- sin relajar su expresión cruzó sus brazos por encima de su pecho, esperando ansioso una respuesta concreta que pueda sacarle la duda.
