Valentin no puede pasar de página su ex relación, vive en la nostalgia que ésta le causa y solo piensa en que hubiera pasado si las cosas fueran diferentes.
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Después del after en la casa de Alejo, los seis chicos habían formado un hermoso grupo, se juntaban en diferentes lugares a pasar el rato, tomando mate, jugando al fútbol o simplemente disfrutando de sus compañías.
Valentín poco a poco había logrado desafiar la nostalgia de su ex relación y el ojiclaro ya no rondaba en su cabeza con frecuencia. Comenzó a dedicar tiempo a actividades que le apasionaban, como el fútbol. Encontró consuelo en expresar sus sentimientos a través del deporte. Logró despejar su mente, se juntaba mucho más con sus amigos que antes, comenzó a salir aún más de su casa, conoció gente en diferentes ámbitos que se volvió cercana y estaba más feliz que nunca.
Superar una relación es un proceso largo y difícil debido a la conexión emocional profunda que se establece, los recuerdos compartidos, la sensación de pérdida y la necesidad de reconstruir la vida sin esa persona. Sentimientos de tristeza, dolor, ira y confusión requieren tiempo y autocuidado para sanar. Nada se olvida de un día para el otro, y menos una persona que fue tan importante como Agustín.
Lo estaba haciendo muy bien, si bien había estado destrozado por mucho tiempo, llegando a odiarlo en el día y pidiéndole a las estrellas que vuelva por la noche, comenzó a entender la razón por la cual le terminó. Cuando uno deja de amar a una persona, lo mejor es decírselo en el momento y dejarlo, sin dejar que el otro siga teniendo falsas ilusiones. Ya no lo odiaba, pudo dejar atras el rencor y el dolor que éste le causó. Prefirió recordar los buenos momentos que su ex novio le dió y agradecerle por haber estado en su vida, aunque ya era una página por cerrar.
<< Sabían que la conexión que ellos tenían no era la misma que con sus otros amigos. Sabían que no se miraban de la misma manera que si lo hacían con otras personas. Ambos estaban conscientes de sus sentimientos, ninguno lo había declarado en voz alta, pero estaba más que claro lo que sentían por el otro.
La luz de las estrellas brillaba intensamente, creando un ambiente mágico. Agustín había invitado al colorado a una cita, en un bar un poco alejado de la ciudad.
El lugar era elegante pero acogedor. Al entrar, los recibieron las suaves luces tenues que creaban una atmósfera íntima y cálida. Las paredes estaban decoradas con paneles de madera oscura y elegantes cuadros que reflejaban la historia del lugar. El mobiliario estaba cuidadosamente seleccionado, con cómodos sofás de terciopelo en tonos suaves y mesas de madera pulida. Grandes ventanales ofrecían vistas a un jardín iluminado, creando una sensación de conexión con la naturaleza incluso en el interior. La música de fondo era suave y melódica, complementando perfectamente el ambiente relajado. Los murmullos de conversaciones animadas llenan el aire, mientras los comensales disfrutan de deliciosos platos pequeños que combinan sabores exquisitos.
Era perfecto, conocía el lugar desde antes y pensó que sería perfecto para llevarlo como primera cita. Compartieron de una exquisita comida con risas nerviosas de por medio y pequeñas charlas.
Al terminar, Agustín le ofreció ir a caminar por las orillas del rio. Al ser de noche, lo único que los iluminaba era la luz de la brillante luna llena que adornaba el cielo y las pequeñas estrellas que la adornaban a su alrededor. Agustín logró llamar la atención del pelirrojo, deteniendo sus movimientos y obligandolo a que deje de caminar. Sin palabras, sus manos se entrelazaron tímidamente. Un suave rubor coloreó las mejillas de los chicos mientras se acercaban lentamente el uno al otro. El ojiverde posó una de sus manos por la mejilla del contrario, dándole leves caricias mientras su mirada bajaba a los labios del chico.
—"Puedo?"—. Susurró, recibiendo un tímido asentimiento por parte del pelirrojo. El mundo parecía detenerse mientras sus labios se encontraban en un dulce y tierno beso, Agustín movio sus manos hacia la pequeña cintura del colorado mientras que éste lo tomaba por su nuca, intensificando la situación. Tiró levemente del cabello castaño, dejando que sus bocas se abrieran suavemente, permitiendo que sus lenguas se encontrarán en un baile sensual.
En ese momento, todas las dudas y temores desaparecieron. Se dieron cuenta de que lo que sentían era real y auténtico. El primer beso marcó el comienzo de una hermosa historia de amor entre dos almas valientes que se atrevieron a seguir su corazón. >>
