Valentin no puede pasar de página su ex relación, vive en la nostalgia que ésta le causa y solo piensa en que hubiera pasado si las cosas fueran diferentes.
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El frío del aire se podía sentia en el ambiente. El último timbre daba fin a la jornada de clases, dando inicio a las tan esperadas vacaciones de invierno.
En el último tiempo, el colegio lo había agotado más de lo normal. Teniendo que obligatoriamente renunciar a su trabajo por la abrumacion que cargaba, sabía que en algún momento podía llegar a sentirse así, pero no tan pronto. Solamente duró un mes trabajando en la cafetería, lo cual era esperado.
Valentín por fin se sentia feliz, la tristeza por su reencuentro con su ex pareja había sido suficiente para poder soltarlo, si bien estuvo triste un par de dias, logró recuperarse como venía haciendo desde hace meses. Había comenzado a entablar un tipo de relación con Gino, el chico se veía tan interesado en él que se preguntó a sí mismo ¿por qué no darle una oportunidad?. Exactamente unos dias despues de lo sucedido el ojiclaro le habló con la excusa de "donde compró ciertas remeras" o "donde quedaba tal lado", el colorado notaba eso, pero no le importó demasiado y decidió seguir con esas charlas, llegando al punto que pasaba de largo por hablar con el chico.
Gino era persona increíblemente buena, poseía muchas virtudes admirables, como la humildad, la honestidad, la generosidad y la compasión. Era una persona noble noble, siempre preocupandose por los demás, dispuesto a ayudar de cualquier manera posible. A Valentin de verdad le gustaba, su personalidad era increible al igual que su fisico. Sus ojos claros, su cabello castaño y su gran sonrisa eran cosas que al colorado lo volvían loco, si bien aveces podía llegar a ser un poco egocéntrico, no quitaba la bondad que poseía.
Habían salido un par de veces, el ojiclaro iba a hacerle compañía al trabajo mientras este atendia a los clientes que cada dia llegaban con mas frecuencia. Lo buscaba en el colegio y lo acompañaba a su casa, llegando a quedarse bastantes veces en ésta. Si bien todavía no había primer beso, con sus compañías era mas que suficiente.
Agustín por otro lado estaba desvastado. Escuchaba como su amigo llegaba a la casa con una sonrisa enorme y les empezaba a contar todo lo que hacía con el pelirrojo. Debería estar feliz, era su amigo al final de todo y lo amaba, pero el amor que sintió en un momento de su vida por el colorado no se comparaba con ningun otro. Él era su luz, su pilar, la razón de su felicidad por las mañanas sabiendo que por el dia lo iba a ver, explotaba de amor por el chico y era completamente correspondido. El reencuentro lo metió en un pozo depresivo del cual nunca logró salir, recordaba todo el tiempo el momento exacto cuando lo vio despues de mucho tiempo hasta como se fundieron en uno solo, despertando al otro dia sabiendo que habia sido lo incorrecto, pero que se había sentido tan bien.
Con el pasar de los dias Agustín empezó a pensar en como acercarse nuevamente al chico, inventando un plan en su cabeza. El día que estaba por concretarlo, caminó hacia el comedor y encontró a sus amigos hablando animadamente de como se le había dado por fin a Gino con el colorado. El corazon del ojiverde se rompió en mil pedazos, sabía que eso en algún momento podía pasar y se arrepentía todos los días por no haber actuado mas rápido. Volvió q su habitación y se hundió en un mar de recuerdos de esa noche, estaba triste, demasiado, y nunca se pudo recomponer.
