Pareja: Imperio Ruso x Imperio Alemán
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No debía estar ahí, no quería estar ahí. Fueron bastante cínicos el querer invitarlo a la boda, aunque bueno, él también fue lo suficientemente imbécil para ir. Se dejó llevar por las opiniones de los demás, no lo bajaban de inmaduro y rencoroso ¿pero como lo podían culpar? Su ex prometida se estaba casando con su "mejor amigo"
Fue lo suficientemente ciego para no darse cuenta lo que ocurría en esos 4 años, fue simplemente casualidad que un día halla llegado temprano a casa y los viera sin ropa sobre la mesa.
No había motivo para celebrar, es más, sentía que eso era una humillación directa y especialmente para él. Procuro estar lo más alejado de la multitud, en las mesas del rincón las cuales tenían muy poca luz; había agarrado una botella de whisky, bebía de su contenido como si de agua se tratase, no había nadie a su lado así que se podía permitir refunfuñar.
—¿Mala noche amigo?
Frente a él se encontraba un hombre bastante alto con un traje que no está de más decir que se veía costoso, su negro cabello peinado para atrás, se veía hasta musculoso; aquel desconocido sonrió, mostrando sus curiosos dientes asemejados a los de una piraña.
— "Mala" queda bastante corta a decir verdad. ¿gusta sentarse?
— Claro
Aquel hombre tomó asiento junto a él, la colonia que usaba era bastante fuerte pero no era molesta, olía bastante bien de hecho.
— Soy Second Reich – se presenta aquel hombre, extendiendo su mano al contrario
— Mucho gusto, Soy Zarista... su nombre me parece conocido – habla el eslavo entrecerrando un poco los ojos mientras estrecha la mano de aquel hombre
— Soy el jefe del hombre que se acaba de casar
— Wow, espere ¿usted es el Señor Reich? ¿Dueño de la fábrica de armas más grandes de Alemania?
El alemán soltó una risa al ver la sorpresa del eslavo, asintió con la cabeza suavemente mostrándose humilde.
— ¿Usted no es el mejor amigo de Chile?
Frunció el ceño al escuchar aquel nombre, el desgraciado no merecía tal título, no desde que decidió acostarse con su ex prometida en su propia casa.
— Al juzgar por su expresión supongo que el tipo le hizo algo
— ¿Ve a la mujer junto a él? Era mi prometida, el idiota se acostaba con ella mientras yo me iba a trabajar
No le gustaba mucho hablar mal de la gente, pero necesitaba sacarlo de su pecho; no comprendió muy bien la expresión sorprendida de aquel hombre, solo vio con desinterés como este sacaba su teléfono.
— México no tiene caso ¿no?
El alemán mostraba el chat junto a la mujer, el no respondía los mensajes pero tenía cientos y cientos de mensajes y llamadas de la mexicana pidiéndole hacerle "favores" para conseguir aumentos. Esto puso peor el ánimo del eslavo quien se sirvió otro vaso con whisky, bebiéndolo casi al instante.
— Bah, ¿sabes que? El idiota me hizo un favor – habla el eslavo luego de beberse el contenido — Ya puedo ir a coger con quien se me de la gana
— Tampoco hay que excederse pero si. ¿Qué te parece hacerlo aquí en esta espantosa boda? – sugiere el alemán bebiendo de su propio vaso — a ellos no les importara si te diviertes un rato
— La idea no es mala, pero la gente que esta aquí no me baja de "inmaduro y rencoroso" así que esta complicado
— Yo no pienso así