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Sus oídos volvieron a saturarse de música y voces. Se había pegado como una garrapata al pelirrojo, se sentó a su lado en una mesa llena de gente que tenía las mismas pintas de punk que Mo.

Se unió a sus intensas rondas de bebidas y se quedaba al margen de cualquier conversación mientras el pelirrojo parecía querer ignorarlo por completo.

He Tian realmente no se estaba divirtiendo, se sentía más bien como un imbécil mientras veía a Mo conversar, cantar y reírse con otros sujetos.

Sintió algo de envidia ante ello, para él, Mo sólo mostraba un ceño fruncido y no lo culpaba, tal vez realmente lo molestaba demasiado intentando llamar su atención.

Y es que no encontraba otra forma, Mo Guan Shan y He Tian no tenían nada en común, ni de lo que hablar, ni que hacer. Si no se hubieran topado el semestre pasado en la misma clase y un trabajo grupal hubieran pasado perfectamente sus vidas sin saber siquiera el nombre del otro.

Y ciertamente eso no le agradaba. No le agradaba ser tan desechable en la vida del pelirrojo.

Lo miró otra vez, con el rostro completamente rojo por el alcohol y colgado del cuello de lo que supuso era un amigo del pelirrojo, la imágen frente a él realmente no le agradaba.

He Tian también siguió tomando, tratando de pasar el rato amargo en el que él mismo se había metido de cabeza.

—Oye.

El moreno enfocó la vista en la voz, que por la cercanía alcanzaba a escuchar por sobre la música, encontró a Mo con un rostro bastante relajado junto al suyo.

—¿Qué? —le preguntó al ver que el pelirrojo no hablaba.

—¿Por qué sigues aquí? —Mo se puso cómodo en el asiento incluso pasando el brazo por el espaldar de la silla del moreno, he Tian escuchaba como más palabras del pelirrojo se arrastraban por su garganta, realmente estaba ebrio—. ¿No te cansas de hacer el ridículo?

La sonrisa socarrona que le dió crispó a He Tian, se sintió incómodo al respecto pero sólo le devolvió el gesto para luego volver a tomar de su bebida, él mismo ya se encontraba más que un "poco" ebrio.

—El hecho de que sigas aquí me enferma, ve a buscar que chica llevarte a la cama hoy.

—Te estoy esperando a tí. Eres la chica de esta noche, felicidades.

Entonces la sonrisa de Mo se desvaneció.

—¿Estás esperando que me termine de emborrachar y llevarme a tu departamento a follar? Wow, que bajo de tu parte.

—Puede que te lleve a mi cama pero no a follar. No me cogo gente alcoholizada.

—¿Entonces por qué a tu cama?

—No sé, fuiste el que trajo mi cama a la conversación, tu dime.

—No me iría contigo jamááás.

He Tian se rió ante ello, la cercanía de Mo y el  olor a alcohol en sus labios le incitaban otra cosa.

—Te recordaré algo Mo, te ibas todo el tiempo conmigo a mi departamento.

—Y nos besábamos todo el maldito tiempo, sí, sí, dime algo que no sepa.

—¿Algo que no sepas? —repitió con una risilla en los labios, la mirada intensa de Mo lo estaba perforando—. ¿Algo cómo qué?

—En este momento... ¿Tienes novia?

—Hmm... No que yo recuerde.

—Eres una mierda —se río con ganas y siguió tomando su cerveza.

—¿Por qué la pregunta?

Mo lo miró sin una expresión en específico, simplemente bajo la vista a sus labios un segundo y luego la volvió a subir.

Todos los demás en la mesa preferían evitar el descarado coqueteo entre esos dos, se reían ajenos viendo como ambos se comportaban como completos borrachos.

—Realmente no follo con borrachos —sonrio He Tian captando esa indirecta.

—Y yo no me involucro con heteros pero aquí estamos.

—¿Eh?

—No quiero coger contigo, imbécil. Quiero saber si tus labios siguen sabiendo a mierda.

—Pues te gustará la mierda porque nunca te negaste.

—No... Le agarré gusto al sabor a cigarro.

He Tian entonces tensó la mandíbula. ¿Qué le quería decir con eso?

He Tian se crispó con ello, Mo lo miraba expectante. No lo pensó mucho, se acercó al rostro ajeno con cautela, viendo cualquier reacción en el rostro del bermejo, más cuando este cerró los ojos tomó la confianza de terminar la distancia entre ellos.

Fue rápido, un sólo roce de labios con sabor a alcohol y cigarro. Nada muy satisfactorio para ninguno de los dos, no tardaron en alejarse nuevamente.

—Olvídalo. Al diablo, me voy de acá —Mo tomó su chaqueta y se levantó de la mesa.

Caminó con afán y He Tian no tardó en irse detrás de él. Lo veía tambalear con cada paso. Una vez salieron del bar Mo se volteó a mirarlo molesto.

—¿Por qué me sigues?

—Es tan evidente que estás tan borracho que me preocupa que realmente te duermas en la basura.

—Imbecil.

—La residencia en la que vives está un poco lejos, ¿Quieres venir a mi departamento? Está más cerca.

Mo lo miró con reproche.

—No me acostaré contigo.

—No busco que lo hagas. Sólo no quiero ver qué te vayas en ese estado, solo. Me preocupa.

—Soy un hombre adulto, He Tian, puedo cuidar de mi mismo. No seas estúpido.

—Son casi las cinco de la madrugada, podemos seguir hablando estupideces en mi departamento luego.

—Eres un imbécil.

—Sí, sí, todo lo que tú quieras. Vamos, camina.

El pelirrojo aún con el ceño fruncido sólo rodó los ojos con marcada molestias y empezó a arrastrar los pies hacia el departamento del moreno, el cuál sólo se abstuvo a caminar en silencio a su lado.

☆☆

⚠️AVISO⚠️

Nuevamente me encuentro de luto, hoy, por el ser que más he amado en mi vida, Eros, mi precioso gatito.

Actualizo este capítulo corto que ya tenía escrito, por el momento y por tiempo indefinido no voy a actualizar más, no me encuentro en mis facultades mentales, me siento podrida por dentro. Espero estar mejor pronto.

Espero estén bien, hasta la próxima.

Atte. Astro.

NOIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora