NOI

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He Tian no decidió levantarse hasta que no sintió que podría morir de hambre.

Se sentó en su sofá viendo el desorden a su alrededor. Aún se sentía adormilado, con un leve dolor de cabeza y un sabor amargo en la garganta.

¿Por qué tomó tanto? Generalmente no se emborrachaba y mucho menos le daba resaca, sólo tomó tanto para molestar al cobrizo ¿Por qué le gustaba tanto hacer el imbécil alrededor de Mo Guan Shan?

Fácil, le gustaba su atención. Le gustaba cuando esos ojos desinteresados y desafiantes de color ámbar estaban sobre él.

Se frotó el rostro con la palma de las manos, tratando así de quitar la pesadez que traía encima.

Se sentía tan patético y no dudó en reírse de sí mismo.

En su vida se había arrastrado tanto por otra persona.

Se levantó del sofá pasando por encima del desorden de la ropa tirada por el piso, arrastrando los pies descalzos por el frío suelo hasta su baño. Dónde después de tener pensamientos que iban más allá de su comprensión mientras meaba tranquilamente, se metió a la ducha.

Sintió el agua tibia empaparlo por completo siendo un alivio para sus ojos adormilados y su dolor de cabeza, mientras las gotas de agua descendían por su cuerpo, las comparó entonces con las manos tibias y las yemas ásperas del bermejo. Su mente se desdibujó entre los recuerdos de lo que fue ayer y sobre sus desvaríos por la madrugada.

Tenía la imagen del cuerpo del pelirrojo impresa en su mente, lo hacía sentirse frustrado y caliente a partes iguales.

-Mierda -fue lo único que salió de sus labios mientras las escenas de ayer hacían eco en su sistema, vio su prematura erección con un mal ceño.

Media hora más tarde, ya fuera de su baño, se hallaba buscando prendas de ropas que se ajustaran a su gusto y el clima soleado que podía observar por sus ventanales, sostenía su móvil entre su mejilla y su hombro mientras escuchaba hablar sin parar a una tipa de la cual no recordaba mucho más que su nombre, a la cual le colgó luego de un "te veo allí".

Se enfundó en las prendas que eligió, se miró al espejo mientras abrochaba su Rolex a su muñeca, vio su colección de perfumes "Todos tus demás perfumes no huelen mejor que la mierda" la voz del pelirrojo le molestaba detrás de su oreja, no divagó en ello, por qué no estaba dispuesto a que Mo Guan Shan siguiera ocupando espacio en su cabeza y salió de su departamento.

Poniendo su reluciente Mercedes Benz por las calles de la ciudad, escuchando Soul Kitchen de The Doors y fumando su caro cigarro mientras tarareaba la canción, He Tian buscaba una chica que realmente no le importaba más a allá de solo para distraerse y pasar el tiempo. Sí, definitivamente otro día común en la vida de un chico con la vida resuelta y el suficiente dinero para tener a cualquiera comiendo de su mano.