Las crónicas de Tanya la Führer

Capítulo 91: ¿Capiche?

Capítulo 91: ¿Capiche?

Los días siguientes demostraron que su optimismo no estaba fuera de lugar. ¡TanyaLand fue un éxito rotundo! Gente de todo Chicago e incluso del Medio Oeste acudía allí para ver los lugares de interés, comer la comida y, naturalmente, beber las bebidas.

Las tres sirvientas de François habían acordado que su día libre coincidiera para poder visitar TanyaLand mientras había visitantes alrededor. Si bien había sido divertido tocar allí antes de que se inaugurara oficialmente, era mucho más animado ahora que los verdaderos visitantes estaban cerca.

Isabelle tarareaba mientras recordaba los pasteles que acababan de disfrutar. "¡Tan sabroso! ¡Tan bueno como Paree, diría yo!

"Mejor, definitivamente mejor. No hay un olor que interfiera con las golosinas. Debo decir que nunca frecuento los cafés de la acera en casa por esa razón". Felite agitó una mano frente a su rostro en su memoria.

Isabelle pareció sorprendida. "¿Es por eso? ¡Pensé que solo estabas ahorrando dinero para ropa!"

"¡Mentiras!" Hizo una pausa y murmuró: "Ropa y zapatos".

Lucie se rió, "Bueno, no te preocupes por eso mes amis, me acaban de pagar y este es mi regalo".

Felite ladeó la cabeza hacia un lado con ternura. "¿Cómo es eso? ¿El día de pago no es hasta fin de mes?"

"¡Ah, ya ves, he recibido un bono especial!"

"¡¿Qué?!" "¡¿Cómo?!"

"Fue simple. Hay un buzón de sugerencias con una recompensa si les gusta la idea que envías. Las reservas para el restaurante Top of the Tower son imposibles de conseguir porque los restaurantes inferiores cierran demasiado pronto, por lo que los horarios son limitados. Así que dije que deberían tener reservas limitadas "fuera de horario" que son muy caras, pero que usan magos como camareros para llevar comida desde los restaurantes de abajo. Será mágico para los clientes y lo hará muy especial para ellos". Luego mencionó cuánto ganó por la idea.

Las otras chicas miraron a Lucie con sorpresa y dijeron juntas: "¡¿Dónde está esa caja?!"

* * *

El Sr. Rudolf estaba encantado con la vida. Después de llegar a Chicago, pudo poner en práctica su experiencia en ingeniería todos los días. Era como un niño con un juego de Erector Set (NT: Erector Set fue una marca de juegos de construcción de juguetes metálicos, entre 1920 aproximadamente hasta los 2000) , pero uno que se puede usar para construir hoteles, tiendas, la Torre Eiffel, etc. ¡Incluso ciudades enteras! Había un nuevo desafío a la vuelta de cada esquina y él estaba supervisando al menos una docena de proyectos en cualquier momento.

Ahora, sin embargo, la mayoría de esos proyectos a gran escala estaban terminados o casi terminados y los suministros para su verdadero papel finalmente habían llegado. Sus hombres (y una mujer) estaban reunidos en un almacén reservado para ellos con algunas cajas grandes y muy pesadas.

"¡Está bien, finalmente es hora de ponerse a trabajar! Ahora tengan en cuenta que ustedes, magos de metal, seguirán teniendo tareas similares a las que han estado haciendo hasta ahora, y ni siquiera hemos empezado el proyecto ferroviario en serio." Sonrió ampliamente. "¡Bueno, se acabaron las vacaciones! ¡Alégrate!" Golpeó una gran pila de libros de tapa blanda, cada uno sellado para que fuera obvio si habían sido abiertos. "Tenemos los manuales, pero todavía se necesitará mucha práctica para asimilar todo aquí".

Un mago habló: "¿Por qué no enviaron a un instructor, jefe?"

"Tenemos uno en camino, pero se ha retrasado. Además, no queríamos que la entrega y el instructor llegaran al mismo tiempo. Los otros operadores están trabajando en el equipo de segunda generación y están demasiado ocupados para venir a cuidar niños".