Las crónicas de Tanya la Führer

Capitulo 126: Metal Pesado

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Capitulo 126: Metal Pesado

[Germania – Berun – Bundesrat]

"Todos... ¿Se ha ido? Bruning la miró fijamente, su cerebro incapaz de procesar la información.

Ella asintió con una expresión tranquila. —Efectivamente. No queda ni una onza".

"¡Embajador!"

—¿Sí, presidente interino? Se mantuvo firme, aparentemente inmune a la influencia o a las amenazas.

Tropezó mentalmente al reconocer la naturaleza temporal de su posición. —¿Te das cuenta de que es totalmente ilegal que los ciudadanos alemanes posean oro?

"Por supuesto. Me gusta estar al tanto de cualquier legislación que pueda afectarme a mí o a mi negocio". Sacudió la cabeza con tristeza. "Es problemático, honestamente. Podría emplear mejor mi tiempo".

Él la miró sombríamente, "¿Y ahora estás admitiendo abiertamente que violaste la ley?"

Tanya pareció sorprendida. "¿Qué admitiría yo si no es del todo cierto?"

Uno de los miembros dijo suavemente: "Sus declaraciones podrían interpretarse como una especie de confesión".

"¡Oh, mis disculpas! Tal vez no hablé con suficiente claridad. La compañía poseía el oro y, en caso de que haya alguna confusión, solo estaba fuera de Germania propiamente dicha. Es una triste verdad que la marca no es aceptada por ninguna empresa o gobierno en ninguna parte del mundo... que no sea este. Teníamos que usar algo que fuera aceptado en cualquier lugar. Es por eso que se incluyó por separado en nuestros libros como una mercancía en lugar de como efectivo". Ella se rió entre dientes, "¡No es como si hubiera una gran pila de oro en algún lugar para que pudiera revolcarme en ella!"

Bruning escuchó su respuesta y tuvo la sensación de que tenía razón. Sus fondos internacionales son aún más extensos de lo que pensaba. Si el oro fuera, como ella dijo, solo moneda propiedad de su empresa, quedaría fuera de la ley de propiedad privada. ¿Por qué mis abogados no se dieron cuenta de esto?

Con gran esfuerzo, hablaba sin rechinar los dientes. "Todo eso está muy bien, pero ¿qué quieres decir con que todo el oro se ha ido?"

"Técnicamente, no se ha ido... Al fin y al cabo, el oro sigue existiendo. Simplemente ya no está en nuestros libros".

"¿Dónde esta el oro?

—Oh, no soy la persona adecuada para preguntar, Herr Bruning. Después de todo, se lo entregué al gobierno alemán hace varios días".

—¿Qué? Su exclamación fue ahogada por los gritos de los hombres que la rodeaban.

Después de absorber eso, una sonrisa lenta apareció en el rostro de Bruning, aunque hizo todo lo posible para que no pareciera depredadora. Así que es una victoria parcial. Esta vez no seremos capaces de atrapar a este advenedizo Schlampe, pero incluso con solo el oro en estos libros, podemos pagar los bonos A por completo y tener suficiente dinero para gastar como queramos. Más que suficiente para asegurar mi reelección. Aun así, tenía una pregunta. "La nación les agradece su contribución a nuestras arcas, pero no he oído hablar de esta afluencia. Ciertamente, un pago de impuestos tan grande habría sido notado y reportado incluso por el erario más lento".

—¿He vuelto a ser poco claro? Ella le dedicó una sonrisa inocente y, por alguna razón, sintió un escalofrío en la espalda. "¡Dios mío, todo ese tiempo en el extranjero hablando en inglés y mis habilidades en alemán se han atrofiado!" Golpeó el suelo con su bastón, pero obviamente no se apoyaba en él en absoluto. "Lo presenté todo como pago anticipado al departamento de impuestos. De hecho, nos aseguramos de que hubiera suficiente para pagar la totalidad de los bonos A y B".