Introducción

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A todos aquellos que nunca se atrevieron a intentar averiguar lo que existía más allá del "nunca seremos algo" y guardaron en secreto lo que su corazón gritaba.

Canción: Right where you left me

—Entonces... ¿Él está saliendo con alguien?

—Él ya tiene novia.

Él ya tiene novia.

Jamás creí que una simple frase de tres palabras pudiera ser tan dolorosa tocando incluso las fibras más sensibles de mi persona, pero me había equivocado. Ahí estaba, después de haber jurado que nada de lo que fuesen a decir mis antiguos amigos del colegio iba a sorprenderme o molestarme, mi alma se sentía herida.

El chico que tanto me había gustado en secreto durante casi tres años, ese chico introvertido que nunca le decía a nadie más de dos palabras, que parecía huir del mundo entero, al fin tenía su primera pareja. Y claramente, esa no era yo.

Aunque debía admitirlo. Yo tampoco era nadie como para enfadarme o sentirme con el derecho de estar triste por dicha noticia.

Solo para aclararlo. ¿Alguna vez se han enamorado?

Y no me refiero a esa clase amor cliché en donde es correspondido y viven felices para siempre o, en el peor de los casos, ese tipo de amor donde uno rechaza al otro tras su confesión y después de unas semanas ambos olvidan el tema.

No, me refería a otra clase de amor.

Ese tipo de amor en el que fantaseas e idealizas tanto a una persona desde las sombras, en el que deseas con todas tus fuerzas que se dé cuenta de tus sentimientos pero no te atreves a hacer o decir nada, ese tipo de amor que te hace sonreír con solo pensar en su rostro pero al final del día no significa nada más que una tonta locura.

Porque siempre eres demasiado cobarde como para mostrar lo que realmente sientes.

El amor del puente colgante, al menos como a mí me gusta llamarlo. Porque prefieres quedarte colgando que obtener una respuesta, qué importa si te rechaza o tal vez te acepta, la incertidumbre es el precio que se paga cuando se tiene tanto miedo de intentar algo.

Él y yo literalmente ni siquiera llegamos a ser amigos. Nos juntábamos con el mismo tipo de personas, de vez en cuando cruzábamos el saludo y aunque estaba tan secretamente enamorada de él, nunca llegábamos a ser nada.

Absolutamente nada.

Y ahora él estaba saliendo con alguien. Solía tener la fama de ser la clase de chico que era difícil, que odiaba socializar y peor aún hablar con chicas, así que me preguntaba qué tipo de chica lo había hecho cambiar de opinión. Sin duda debía ser una muy especial.

Yo no era así de especial.

Y aunque pudiera ser exagerado, mi corazón dolió lo suficiente como para tomar mis cosas y salir casi huyendo de esa tonta cafetería. Habían pasado 3 meses desde la graduación, 3 meses desde que ya no había vuelto a saber nada más de él hasta ahora.

Tenía que dejarlo ir.

Ese tonto enamoramiento que nunca me había llevado a ningún lado. Jamás volveríamos a vernos, jamás le diría lo que sentía por él, jamás tendría la oportunidad de saber lo que él realmente pensaba de mí.

Esa debía ser mi señal para aceptar la realidad y dejar de fantasear acerca de todas las cosas que jamás sucederían. Porque la realidad era que hay personas que por mucho que te gusten, jamás estarán destinadas para estar contigo y hay historias que ni siquiera van a comenzar.

Así que es hora de soltar el pasado y con ello todo lo que nunca seremos.

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Hola, soy la escritora :)

Solo una pequeña advertencia. Esta historia está catalogada con contenido maduro dado que se mencionan temas relacionados a la violencia y algunos trastornos, por favor, si en algún momento estos temas resultan en un detonante para ti, te pido dejes de leerla.

Lo que nunca seremos✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora