Capítulo 5

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De posibilidades que, de vez en cuando, se vuelven realidades.

Llevaba más de dos horas sentada en una de las mesas de la cafetería con Marlen. Al parecer, ambas habíamos logrado congeniar muy bien desde el fin de semana, cuando fuimos al cine. Marlen era una chica interesante y extrovertida. Además de su carrera, trabajaba en un estudio de tatuajes donde estaba aprendiendo mucho y le interesaba el modelaje.

—Entonces... ¿Tu madre es Helen Covre?

Marlen abrió muchos los ojos y tuve la sensación de que en cualquier momento me sacudiría por ambos hombros. Asentí con la cabeza.

—¿La famosísima y exitosa diseñadora de modas Helen Covre?

Para mi mala suerte, había mencionado sin querer el nombre de mi madre cuando Marlen me contó de su gusto por el modelaje.

—Vaya... Nunca había conocido al familiar de alguien famoso.

Arqueé una ceja.

—¿Significa que comenzarás a adularme solo por eso?

—Eso depende... ¿Moverías tus contactos para conseguirme un buen lugar en el modelaje?

—Podría pensármelo.

Me miró como un angelito inocente.

—Entonces seamos amigas. —Se encogió de hombros—. Tengo que admitir que me agradas. Y lo digo en serio.

Sonreí. Era lindo saber que yo le caía bien a alguien para variar. La mayoría me encasillaba en el papel de "la chica con mal genio" y de ahí no me sacaban nunca. Aunque puede que yo tampoco ayudara mucho con mi cara de pocos amigos.

—Mi madre era pediatra, pero nunca le gustaron los niños. Irónico, ¿no?

Asentí.

Mi madre odiaba ser madre y, sin embargo, había tenido 2 hijos. ¿Irónico?

—Aless... ¿Puedo preguntar algo?

Asentí, dándole un sorbo a mi batido. Aunque su mirada traviesa me adelantó que sería una pregunta incómoda.

—Tú y el otro chico de lentes, Marco. ¿Se traen algo entre ambos?

Tragué grueso y negué con la cabeza, tal vez más rápido de lo debido como para aparentar tranquilidad. Marlen se cruzó de brazos, mostrando todos los tatuajes que recubrían sus brazos; Mariposas, flores, letras y una serpiente. Resistí el impulso de preguntarle si tenían algún significado.

—¿Por qué me lo preguntas?

—Porque definitivamente parece que ambos están en medio de una comedia romántica o algo así.

Solté un bufido y aparté mi malteada.

—Si me montara una película con él, te aseguro que sería de cualquier cosa menos de amor.

—Que va, es claro que babean el uno por el otro.

Se inclinó hacia adelante como si fuese a contarme un secreto muy privado.

—¿O es que solo quieres dártelo y ya? ¿Es eso?

Me atranganté con mi propia saliva. Marco tenía un físico... Vale, ahora que lo volvía a ver puede que habría que reconocer que estaba pues... ejem, bueno. ¡Pero ese no era el punto!

—Terminé con mi novio hace menos de un mes, ¿no te lo mencioné?

Intenté cambiar el rumbo de esa conversación, pero no pareció funcionar. Marlén frunció los labios.

Lo que nunca seremos✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora