Maratón 3/3
Eres el reflejo de quien menos te lo esperas✧
Miré la puerta frente a mí con el ceño fruncido. ¿Estaba en la dirección correcta? Eso de usar el google maps se me daba fatal. Supuse que lo estaba cuando la cabeza de Marlen apareció por la puerta del edificio principal y me sonrió muy gustosa. Poco después escuché sus pasos y quedó frente a la reja de metal para abrirme. Era un barrio sencillo, condominios apilados entre sí y una larga fila de bolsas de basura por ambos lados de la calle. Estaba claro que vivía ahí porque la renta debía no ser muy alta.
—Perdona que los haya hecho venir hasta aquí, es que mi hermano se ha enfermado y hoy no ha ido a clases. Solo podía cuidarlo yo.
Le dije que no se preocupara y asentí con una sonrisa cuando me invitó a pasar. El tiempo pasaba tan rápido que muy pronto sería la segunda evaluación del concurso y nosotros no habíamos avanzado mucho. Así que por eso la reunión había terminado siendo en casa de Marlen.
Miré las paredes llenas de suciedad mientras subíamos las escaleras hasta el cuarto piso, había muchos grafitis en los ladrillos y tras dos pisos llegué a la conclusión de que mi condición física era fatal. Sin duda necesitaba hacer más ejercicio.
—¿Mi madre te ha dicho ya lo del posible trabajo de modelaje?
Ella asintió emociona y creí que se soltaría a llorar, pero no lo hizo.
—No sabes lo agradecida que estoy contigo por ayudarme. En cuando me dijeron cuánto me pagarían solo por ese anuncio no lo podía creer. La verdad es que mi padre fue alcohólico durante una temporada, lo fue cuando falleció mi mamá y gastó tanto dinero que casi terminanos en la calle.
Asentí, no muy segura de qué debía decir. Tan solo viendo el lugar en el que vivía, supuse que las deudas debían ser muy grandes aún.
—Si necesitas mi ayuda para algo más, ahí estaré.
Entramos a su casa y apenas puse un pie en esta sentí que el corazón se me agitaba de mala manera cuando vi a Marco. Estaba sentado en el suelo, jugando cartas con un niño descalzo que supuse era el hermano de Marlen. Sus ojos cayeron sobre mí y su facciones se endurecieron durante una milésima de segundo.
Las manos me temblaban cuando Marlen me ofreció algo de beber y un tanto desorientada le acepté un vaso con agua de limón. No habíamos hablado desde esa tarde en la universidad, cuando le había dicho todas esas cosas. Mordí mi labio inferior con indecisión y me dejé caer sobre el sofá como me lo sugirió Marlen. Su casa era tan angostada que apenas y cabían los muebles, no tenía un comedor y solo había sillas de plástico, pero el lugar tenía cierta sensación de un hogar que al menos en mi casa no existía.
—¿Y tú quién eres? —El niño de rizos me miró de arriba abajo, tenía las mejillas rosadas—. Eres bonita.
—Mayo... —Marlen lo miró mal—. No la molestes, eh.
Pero el niño me puso su mejor sonrisa mientras dejaba sus cartas sobre el piso y levantaba la cabeza hacia mí.
—¿No te gustaría tener un novio? Uno como yo, por ejemplo.
Arqueé una ceja, mirándolo con cierta curiosidad. El parecido con su hermana era notorio especialemente en la nariz rendonda y chata que ambos tenían. Su piel era morena pero su cabello ligeramente rubio como la miel a diferencia del de Marlen, que era más café oscuro.
—¿No eres demasiado joven para tener novia?
El niño se acomodó su camiseta de gravity falls como si de un elegante traje se tratara y me miró por el rabillo del ojo.
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Lo que nunca seremos✔️
RomanceSabía que me evitaba porque quizás nunca le había agradado. Sabía que no le molestaba ser indiferente con la vida. Sabía que al graduarnos cada quien tomaría su camino y él nunca se enteraría de lo mucho que me gustaba. Pero poco de lo que sabía...