Capítulo 4: ¿Por Qué Peleas?

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En medio esta gran batalla dentro de la torre, Arzek caminaba a paso lento hacia la pieza que se encontraba en suelo encima de unos escombros. Sin embargo, antes de que pudiera reclamar su premio, Jofiel actuó con valentía, y con un certero golpe en la mejilla, envió a Arzek volando lejos del lugar de la pieza. tras esto, Miguel tomó el liderazgo y reunió a los cinco arcángeles restantes para hacerle frente a Arzek. Todos estaban dispuestos a luchar con todas sus fuerzas para evitar que se apoderara de la pieza, comenzando así, una nueva batalla en medio de las ruinas. 

El arcángel Gabriel fue el primero en ir al ataque desatando una oleada de luz divina, en dirección a los ojos de Arzek para cegarlo, pero este la desvió con su hacha que irradiaba una gran energía oscura. Al instante, Zadquiel lanzó rayos y destellos brillantes a la espalda del enemigo, pero este se defendió repeliéndolos con su armadura que sufrió daños mínimos, Rafael y Uriel atacaron de manera frontal con una gran fuerza y velocidad, pero el ángel oscuro mostró una agilidad sorprendente al esquivar sus múltiples golpes.

Tras haber recibido todos esos ataques, Arzek decidió concentrar todo su poder para neutralizar a los arcángeles y su energía oscura comenzó a emerger por todo su cuerpo e inmediatamente, fue a atacar a Rafael, quien intentó frenar a el ataque con su espada, pero debido a la gran velocidad de su oponente, este apareció detrás del arcángel y lo golpeó con una patada fuerte en la espalda, inmovilizando a su oponente en el suelo. Zadquiel desencadenó rayos de luz gigantescos venidos desde el cielo y atacó a Arzek, quien inmediatamente se defendió dispersando los ataques con su hacha. Luego, se acercó hacia el ser misericordioso comenzando un enfrentamiento cuerpo a cuerpo, donde le dio un fuerte cabezazo y otro golpe con la parte trasera de su hacha en la espalda en la cara, que dejó al arcángel en el piso fuera de combate.

Sobre sus ojos, comenzó a ir atacar Jofiel, quien para defenderse comenzó a lanzar una serie de ráfagas de viento, que hicieron efecto y Arzek cayó al suelo, pero luego las contrarrestó con la energía que irradiaba, anulando los efectos. Se levantó y con velocidad descomunal, se acercó y derribó al arcángel con un poderoso golpe en el estómago, quitándole el aire al arcángel. Finalmente, Uriel intentó enfrentar a Arzek con su lanza sagrada, pero esquivó con facilidad sus golpes, para luego agarrar con una mano la cara de su oponente e inmediatamente levantarlo y estamparlo contra el suelo con un impacto demoledor.

Todo se veía perdido y el ambiente de la destrucción con cuatro de los mayores guardianes de Dios, generaba una gran incertidumbre en Miguel. Gabriel veía con terror y angustia a sus hermanos que estaban en el suelo, el arcángel líder notó el sentimiento de su compañero y decidió darle una orden.

—¡Gabriel, ve a un lugar seguro, es una orden! —instó reflejando la preocupación por la seguridad de su hermano.

—Está bien, Miguel. Pero por favor, ten cuidado —contestó Gabriel a regañadientes y con angustia.

Con lágrimas de impotencia en sus ojos, Gabriel  comenzó a huir del campo de batalla, buscando una ubicación alejada donde pudiera observar la pelea sin interponerse en el camino. Mantenía su vista fija en la lucha, listo para intervenir si las cosas no salían bien. Mientras tanto, en el campo de batalla el Arcángel Miguel se preparó con toda su fuerza y determinación para enfrentar a Arzek. Así se inició una batalla entre seres más allá de nuestra comprensión. Ambos se movían con gracia y agilidad, evitando los ataques del otro mientras lanzaban poderosos golpes y ráfagas de energía. Miguel sabía que debía hacer todo lo posible para proteger la pieza del Fruto Prohibido.

La lucha continúo con una ferocidad impresionante. Miguel sacó su espada de fuego divino y comenzó un choque de armas con Arzek. Poco a poco el arcángel comenzó a dar golpes certeros a su oponente, así obteniendo el dominio de la batalla a su favor. Su determinación y habilidades estratégicas le permitieron comenzar a anticipar los movimientos de su oponente y con un rápido giro, logró esquivar una poderosa ráfaga de Arzek, para luego contraatacar con una llamarada de fuego lanzada desde su espada que impactó en el brazo de su enemigo. Arzek retrocedió momentáneamente desorientado por el ataque y el arcángel aprovechó esta oportunidad para intensificar su ofensiva, desatando una serie de ataques poderosos que mantuvieron a su rival a la defensiva.

Los Héroes Del Edén: Punto De UniónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora