Los Héroes Del Edén: Punto De Unión

Capítulo 19: Batalla Final

Arzek se levantó lentamente, tambaleándose mientras su mandíbula rota colgaba grotescamente. Con el poder del Fruto, curó su herida rápidamente y también comenzó a adquirir el poder de este mismo para resistir la embestida que se le vendría. Después miró a su alrededor, viendo cómo sus ángeles corruptos comenzaban a ser derrotados por Nahlia y Aiden, que se habían reincorporado nuevamente a la batalla.

Con un rugido de desesperación, golpeó el suelo con su puño, creando una pequeña onda de choque que hizo temblar los escombros a su alrededor. Su ira era palpable, como una tormenta que amenazaba con desatarse en cualquier momento. Sabía que tenía la batalla casi perdida, pero no estaba dispuesto a rendirse tan fácilmente.

—¡Malditos sean todos ustedes! —gritó Arzek—. No permitiré que me arrebaten mi redención.

Con su su mirada llena de determinación, Adam se acercó lentamente al enemigo. Sabía que este era el momento crucial, la oportunidad de poner fin a la amenaza de Arzek de una vez por todas. Sin vacilar, voló rápidamente y lanzó un puño directo al estómago, haciendo que se doblara de dolor. Luego, lo golpeó nuevamente, esta vez con un zurdazo en la nariz. Arzek retrocedió y su vista se nubló de dolor, el impacto había resonado como un trueno, haciendo eco en el campo de batalla.

Con una velocidad y fuerza impresionantes, Adam siguió atacando, cada golpe lleno de la furia acumulada, como si fuera algo personal. Su oponente trató de contraatacar, pero sus movimientos eran torpes y lentos en comparación con la precisión y agilidad del héroe. El héroe celestial lo agarró por el cuello y lo levantó del suelo, mirándolo a los ojos con una intensidad abrasadora.

—Este es el final de tu reinado de terror y también una advertencia para tu maldito pueblo.

Sintiendo la desesperación crecer dentro de él, Arzek intentó zafarse, pero Adam lo arrojó al suelo, generando un gran estruendo y creando un cráter en los escombros. Sabiendo que la batalla física estaba perdida, Arzek decidió intentar una última estratagema. Con dificultad, levantó la cabeza y habló con voz ronca.

—Adam, escúchame... Puedo ofrecerte algo que nadie más puede.

El héroe detuvo su embestida y quiso escuchar lo que su contrincante tenía que decir.

—Puedo revivir a todos los celestianos. Puedo devolver a tu gente a la vida.

Sorprendido por la oferta, Adam se detuvo por un momento. Su mente se llenó a un recuerdo, que fue cuando su madre lo dejó dentro de una nave para huir de su planeta. La tentación era palpable, pero una parte de él sabía que no podía confiar en Arzek.

—Piensa en ello, Adam. Todos los que has perdido, tus padres y tú hermano que asesinaste hace dos años atrás, pueden volver. Solo debes unirte a nuestro lado y gobernarás junto a mi hermano el universo.

Adam lo miró fijamente, buscando cualquier indicio de verdad en sus palabras. Pero en el fondo, sabía que era una trampa. La oscuridad en los ojos de Arzek no podía ocultar la mentira.

—Eres un mentiroso. Mis padres me dijeron que tú fuiste quien destruyó a mi raza.

Arzek se enfureció al ver que su estratagema no funcionó y con un rugido de frustración, intentó levantarse, pero Adam lo golpeó con una patada en le pecho, manteniéndolo en el suelo.

—También supe por mi hermano, que por tu culpa la nave de él desvío su curso y cayó en un lugar inhóspito en donde estalló en ira. También sé que provocaste la guerra que extinguió a mi raza. ¿Creías que me ibas a convencer para unirme a ti?

En ese momento, Aiden y Nahlia, que habían acabado con todos los ángeles corruptos que estaban a los alrededores, llegaron al campo de batalla, viendo cómo la batalla había sido ganada por Adam, pero en ese instante, comenzó a sentir que su poder bajaba, haciendo que su enemigo logrará escabullirse a un rincón, para estar de pie nuevamente ante los tres héroes.