Capítulo 15

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"𝙴𝚕 𝙰́𝚗𝚐𝚎𝚕 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝚖𝚞𝚎𝚛𝚝𝚎"

Con sus ojos posados en la fotografía en la pantalla, apretó sus labios con ira cuando lo vio lleno de heridas, no tenían permitido tocarlo, no era de ellos, era suyo, le perteneció en el momento en el que sus labios se tocaron

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Con sus ojos posados en la fotografía en la pantalla, apretó sus labios con ira cuando lo vio lleno de heridas, no tenían permitido tocarlo, no era de ellos, era suyo, le perteneció en el momento en el que sus labios se tocaron.

Apretó con ira la copa de vidrio hasta el punto de hacerla romper, el caro vino se derramó por todas las superficies cercanas, salpicando el rostro del ruso.

Fue fácil encontrarlo, fue fácil ver cómo era encerrado como un animal, fue difícil ver cómo lo golpeaban, fue aún más difícil ver cómo su rostro relucía de tristeza en su propia cena de  compromiso.

Vio la sangre en su mano siendo combinada con el frío líquido de uva fermentado. Limpió con su mano sana el líquido de su rostro.

—Pronto Galleta, pronto, tu y yo nos sumiremos en pasión muy lejos de tu família.— Susurro con una tranquilidad aterradora—.

Sus ojos brillaban con ferocidad, la oscuridad de la noche solo lo hacía ver más temible. Su puerta fue tocada unas cuantas veces, soltó un suspiro cansado.

—Entre.— al escuchar su voz, la persona tras la puerta entró con un sobre en manos, caminando seguro hacia el rubio—.

—Boss lo hemos encontrado.

—Habla.

—Los responsables del ataque terrorismo contra el edificio en la zona baja de Seúl.— Entró el sobre amarillo de sus manos. Artem lo miro aburrido, pero es cierto que su obsesión por la galleta lo llevaba hacer mucho más trabajo del que ya tenía—. Un grupo menor de la mafia italiana.

—¿Quienes?

—L̷a̷ ̷S̷a̷c̷r̷a̷ ̷C̷o̷r̷o̷n̷a̷ ̷U̷n̷i̷t̷a̷

—Esos идиоты (Idioty) ¿Acaso creen que haciendo esto llamaran mi intención? Patéticos.

—Boss se corre el rumor que lo vieron a usted con el hijo mayor de los Jeon ese sábado en la noche, ahora está en boca de todo el bajo el mundo que usted se ha obsesionado con el chico.

—No es del todo mentira, pero es demasiado estúpido ir a matar sin tener información específica, solo son rumores.

—Que también son verdades, Boss ¿que hará con todo esto?

—Dimitry, creo que nos colaremos a una boda.

Jungkook bajo su cabeza, jugaba con sus manos mientras sentía la intensa mirada del padre de su prometida

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Jungkook bajo su cabeza, jugaba con sus manos mientras sentía la intensa mirada del padre de su prometida. El silencio era tan incómodo que fácilmente podría cortarse con un cuchillo.

Le dolía mucho respirar, esperaba terminar e irse tranquilamente a su cuarto para poder dejar de aparentar que estaba bien.

—Jeon Jungkook ¿Sabes lo mucho que nos sentimos indignados cuando huiste de la boda con mi hija?

—Si señor.—Murmuro apenado—.

—Jeon, levanta tu cabeza y enfrentame como un hombre.— Ordenó duramente—.

Jungkook levanto su cabeza lentamente, lo que le recibió; fue una mirada empática, todo lo contrario a lo  que creyó que sería.

—No es del gusto de nadie casarse sin amor, muchacho, yo también hui de mi propia boda.

El joven abrió sus labios sorprendido ¿él? Pensar que esta persona delante de él haya hecho lo mismo en su juventud era un poco difícil de creer.

—¿Pero entiendes lo que significa este matrimonio para ambas familias, verdad?

—Si señor.— Mordió su labio cabizbajo—.

—Ya no eres un niño Jeon, levanta tu cabeza y enfrenta tus problemas como debe ser, el primogénito de una gran familia, un hombre, un Jeon.— Ordenó duramente—.

Jungkook lo miro aterrorizado, su mirada hizo que el hombre de edad se relajara. El cuerpo de Jungkook se encorvo, era difícil estar derecho cuando tus costillas aún no había sanado.

—Cuando mi familia pidió la mano de mi esposa a tu edad, me negué, suplique fuertemente que no me obligarán a casarme con ella, aún así fui ignorado.— Recosto su espalda en la silla con aire de melancolía—. En ese tiempo, yo estaba enamorado, enamorado de una preciosa chica de mi universidad, la veía como tonto de lejos, suspiraba por ella todas la noches, pero tuve que olvidarla.

—Pero yo no estoy enamorado de nadie señor.

—Eso lo se, pero lo que te estoy contando ahora es para que sepas que tu y yo, Jeon Jungkook; no somos del todo diferentes, es por ello que confío en ti para cuidar a mi hija, porque aunque no la ames, tu harás todo lo posible para que se sienta cómoda.

El joven suspiro, asintió con si cabeza dandole la razón al hombre, este complacido levanto su mano y la acerco al rostro de Jungkook, pasando su dedo por la capa densa de maquillaje, dejando al descubierto el único moretón que aún no se había curado del todo.

—Supe que algo andaba mal cuando respirabas pesadamente en la cena, tu postura tensa y lo mal que cogias los palillos, ¿quien te hizo esto?

Jeon se sobresalto cuando se vio descubierto, horrorizado apartó su rostro intentando cubrir el moretón los más posible, a pesar de que el hombre frente a él ya lo hubiera visto.

—¿Que es lo que esperas Jungkook? Escapaste de tu matrimonio para entrar en la miseria, por lo menos eras un poco más libre que ahora, pero en este momento ya no tienes escapatoria. Es vivir siendo golpeado por tu madre o casarte con mi hija y salir de este lugar, yo veo la segunda opción como lo mejor.

—Señor, esto no...

—No necesito que me des explicaciones de nada, como te dije Jeon, yo también fui joven, tu y yo nos parecemos más de lo que crees, mis padres también me golpeaban de forma brutal si no obedecía sus órdenes ¿tu quieres seguir viviendo en esto?

—No, yo ya no quiero ser encadenado.— Negó asustado, el hombre frente a él quedo sin palabras ante lo que había escuchado. ¿Encadenado? ¿Este niño era tratado como un animal? —.

Suspiro con agobio por la revelación, poso su mano encima del cabello arreglado del muchacho, acariciando suavemente intentando darle confort, supo rápidamente por lo tenso que se había puesto al tocarle la cabeza que algo más que simples golpes habían sucedido dentro de ese cuarto.

Lo estaban matando, y no de manera física, esa mujer estaba matando la salud mental de su hijo para conseguir lo que quisiera, ¿Acaso no podía ser más cruel?

—Ya no te quedan opción chico, esto es lo mejor que te puedo ofrecer para obtener tu tan aclamada libertad.

El silencio se postró, ninguno de los dos dijo nada más y Jungkook lo agradeció. Él tenía razón, sus opciones se acabaron, no abría una oportunidad para escapar, ya no.

Se acabó, Jungkook ya no tenía más fuerzas para luchar.

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𝙿𝙰𝚂𝙸𝙾𝙽 | 𝙹𝙴𝙾𝙽 𝙹𝚄𝙽𝙶𝙺𝙾𝙾𝙺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora