Capítulo 18

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"𝙱𝚘𝚍𝚊 𝚙𝚎𝚛𝚏𝚎𝚌𝚝𝚊"

Quizás Jungkook estaba delirando, quizás tan sólo estaba soñando, esto no era la clásica historia de su principe azul salvandolo de la malvada bruja, esta era la realidad

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Quizás Jungkook estaba delirando, quizás tan sólo estaba soñando, esto no era la clásica historia de su principe azul salvandolo de la malvada bruja, esta era la realidad.

Pero cuando vio a ese exquisito rubio parado enfrente de las puertas rotas de aquel salón, no pudo evitar que su corazón latiese lleno de admiración.

Salió de su ensoñación cuando los ojos de ese hombre chocaron contra los suyos, entonces fue ahí cuando lo supo, había venido por él.

—¡¿Que estas haciendo aquí?! — Grito su padre con la voz cargada de furia—.

Jungkook vio atentamente a su padre pararse del suelo con la ira a flor de piel, mientras la señora Jeon se mantenía con un rostro irritado y al mismo tiempo lleno de preocupación.

—Oh! Pues como nadie me invitó, yo solito envié una invitación a mi casa.—Río levemente, aunque su porte parecía divertido, realmente Jungkook supo que estaba de igual forma, molesto—.

—No te invite por una muy buena razón, y aquí estas confirmando que hice bien en no hacerlo.

El hombre apretó su mandíbula, soltó un chasqueo de lengua apretando el arma en su hombro.

—Te he ayudado mucho, es demasiado descortés que no me pagues como debe ser.

—¡¿De que estas hablando?!

—Hay una cosa, una minúscula cosita que se volvió mio en una noche en particular, estoy aquí para reclamarlo.— Dirigió una leve mirada a donde se encontraba aún en el suelo el primogénito de los Jeon—. A menos que quieras negarme ese derecho.

—Vete al diablo.

Casi instantáneamente, la bala de un arma fue impactada en el hombro del señor Jeon, quien cayó inmediatamente al suelo jadeando de dolor, su esposa grito levemente con horror, mientras se arrodillaba al lado de su pareja para detener el sangrado.

Un momento de silencio apareció, los sollozos de las personas asustadas eran tan encantadoras para Artem, específicamente ver a la novia temblando de miedo.

El hecho de ver cómo el brazo de la galleta se posaba sobre los hombros de la mujer no era para nada agradable, como alguien que había crecido teniendo lo que quería dicha escena era jodidamente molesta.

—Escuche señor Jeon, no hay ninguna negociación, solo debe darme lo que es mio y me iré tranquilamente de aquí sin herir a nadie, espere... Creo que se me pasó la mano, usted esta sangrando, déjeme rectificarme, sin herir a nadie mas.— Se burló ante el sufrimiento del hombre, era maravillosamente divertido ver a un empresario quejándose del dolor, seguro que nunca lo había experimentado antes—.

𝙿𝙰𝚂𝙸𝙾𝙽 | 𝙹𝙴𝙾𝙽 𝙹𝚄𝙽𝙶𝙺𝙾𝙾𝙺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora