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Solo Dios sabrá el pecado que tu piel me hace cometer, la 𝚙𝚊𝚜𝚒ó𝚗 que tu cuerpo me hace sentir, la excitación que tu propio ser me inunda.
Estoy tan malditamente jodido, deseo con todo mi ser adorar cada centímet...
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Creer que podría sentirse peor no era de extrañar, pues a pesar de sus múltiples quejas silenciosas por el dolor en su cuerpo, se le fue puesto un traje formal negro. A penas su rostro se curo lo suficiente como para que las marcas de sus heridas no fueran visibles, sus padres programaron una reunión con la padres de Jihye y la nombrada.
Su pierna y brazo aún seguían envueltos en yeso, dolía cada vez que tenía que apoyar su pierna rota en el piso, tragaba sus quejidos mientras hacían todo lo posible para que no se notará sus fracturas.
Su hermana lo miraba en silencio del otro lado de la habitación, se veía tan hermosa en ese vestido verde esmeralda, pero su expresión era de absoluta tristeza.
Jungkook le dio una leve sonrisa intentando reconfortarla, pero la brusquedad de una de las empleadas de servicio a su brazo le hizo soltar un pequeño grito de dolor.
Young Soo frunció su ceño completamente molesta por tales acciones tan bruscas con su hermano mayor, ella se acercó con furia hacia la mujer que pareció no haberle dado importancia a lo brusca que fue. La chica tomó con fuerza el antebrazo de la mujer quien soltó un gemido de dolor por lo bajo.
--¿Quien te crees que eres para tomarlo de esa forma?- La Jeon cuestiono con brusquedad a la mujer, quien temblaba de miedo por tal mirada que la chica le daba-.
--L-lo siento mi maestra, y-yo no crei que aún estuviera tan lastimado.- Balbuceo en un intento de salvar su pellejo de la furia de la más joven de la familia-.
-Por supuesto que no, eres tan estúpida como para no darte cuenta del yeso de tu joven maestro.- Exclamó con frialdad, la furia que sentía Young Soo era grande, sobre todo si se trataba de su hermano-.
Jungkook desvío su mirada en cuanto la mujer le miro pidiéndole ayuda, por su puesto que él no estaba dispuesto a darsela, no era egoísta, era orgullo, el trato de ella hacia su brazo fue demasiado doloroso, así que no, no haría de buen samaritano.
El sonido de una bofetada resonó por el cuarto, y los jadeos de sorpresa de las otras mujeres le hizo entender que había sucedido, Young Soo había golpeado en la mejilla a quien había tenido el descaro de pedirle ayuda.
-No te atrevas a mirarlo descarada, lárgate de aquí antes de que tu cara termine peor.- Jungkook las volvió a mirar, la mujer yacía en el suelo temblando de miedo, mientras cubría sus mejilla afectada con su mano-. ¡¿Que esta esperando?! ¿¡Una invitación?! ¡Largate de una vez, todas, fuera de aquí!
La mujeres salieron corriendo llenas de miedo, levantaron a su amiga y se la llevaron a rastras, Jungkook tan sólo se mantuvo estático, con una expresión de tristeza y miedo.
-Uff estas sirvientes, ya no saben cual es su lugar.- Young Soo miro a su hermano, mientras sus facciones se relajaban-. Dejame ayudarte hermano mayor¹.
