Capitulo 20

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✨...Una guerra de luz y tinieblas.   


  

Cicer caminaba por el oscuro bosque con dificultad, se encontraba herida y estaba segura que el rugido que había escuchado a lo lejos era el aviso de la guerra. Sabia que fue descubierta.

Llegó al refugio oculto que tenía en un túnel de aquellas tierras, debía curarse y desaparecer de aquellas tierras.

Tomo unas vendas, pomadas y un aceite curativo para sus heridas. Una vez que curo aquellas heridas que fueron provocadas por Sam, en un bolso guardo todo lo que contenía ahí. Camino con precaución a la salida y sigilosa emprendió su camino.

Al llegar al límite de aquellas tierras, se encontró con gente de Brandon, quienes siempre rondaban por aquellas tierras. Cuando los hombres vieron de quien se trataba y en el estado en el que se encontraba, la subieron a un auto y la llevarla hasta la manada Blackmoon.


***

N̳a̳r̳r̳a̳ ̳B̳r̳a̳n̳d̳o̳n̳:̳

Las cosas no están saliendo como lo había planeado. Desde que aquella bruja de Cicer se fue y ya no regreso las cosas no me pintan bien. Algo andaba mal, lo sabia, mi instinto me dice que existe algo mas allá de la guerra, muchas veces siento que mi razón se nublarse y actuó contra mi voluntad.

Cuando secuestre a Shadai de aquellas tierras, lo hice con tres objetivos. Deseo, venganza y poder. Desde que mis antepasados comenzaron está guerra nunca habían logrado capturar al ser sobrenatural que les daría todo lo que deseabas, quien sería una pieza importante en tu manada.

Shadai irradia poder, seguridad y un aura que jamás había percibido. Ella ha ido desarrollando sus poderes, cada daño que le hago, son con el fin de sacar a la luz que tanto poder ella tiene. Solo cuando intento escapar hace unos días atrás, fue que disfrute dañarla, Sentí mi alma arder ante la irá. Soy esto una bestia y no se si alguna vez dejare de serlo. Si no la mato es porque quiero su poder, se que mi madre tiene razón estoy cegado por el odio.

—Alpha— habla unos de mis hombres, lo miro esperando que siga hablando —La bruja Cicer viene en camino — frunzo el entrecejo. Que ella venga solo significa una cosa.

—¿Informó a qué viene?—

—No informó el motivo de su visita, pero los hombres dicen que venía herida— esto no es nada bueno, estoy preparado para la guerra. Yo fui quien la comenzó, al robarme a la loba.

—Que todos los hombres estén atentos, refuerza las entradas y todos los puntos por dónde puedan ingresar a la manada — ordeno, mientras me pongo de pie y camino hasta el gran ventanal del comedor, viendo por el camino de acceso a la mansión como un auto negro iba ingresando.

Camino hasta la entrada y la veo salir con dificultad. Noto como el vendaje que se había colocado en su vientre, esta manchado de sangre, camina con dificultad, sosteniendo su parte baja del vientre.

***

—¡Cicer! — caminó hasta ella. —¿Qué sucedió?— la bruja sabía que aquel lobo tatuado también podría matarla, el estaba tan ciego como los otros Alphas, la única ventaja que tenía con aquel lobo, era que su mente y alma estaban cegadas ante aquella brujería y su propio sed de venganza. Venganza que estaba en la dirección equivocada.

—Llévame dentro y sabrás —

Cuando estuvieron en el interior de la mansión, en el despacho, Brandon la dejo sobre un sillón de una pieza y se quedó parado frente a ella esperando una explicación a todo aquello.

—Fue el Alpha Sam... Me daño el vientre con sus garras y sospecho que ya saben que todo esto fue planeado por mi y por ti— se acomodo mejor en aquel sillón y lo miró fijamente —¡La guerra comienza y el mayor daño que obtendrán es la perdida de aquella loba que tienes encerrada!— aquello no le terminaba de cerrar, pero decidió guardar su opinión.

Si él no era de fiar, sabía que Cicer igual o peor que él.

Detrás de la puerta del despacho se encontraba Úrsula, escuchando atentamente lo que aquella sucia mujer le decía a su hijo. Camino apresurada fuera de la mansión y fue en busca de aquella mujer de cabello rubio como el sol. Debían darle luz a su hijo, está guerra sin fin debía terminar, así fuese lo último que hiciera ella se iba arriesgar, por su hijo y su manada.



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