Capitulo 33

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Había llegado el celo del Alpha , aquel celo dónde tomaría a su compañera de una forma muy diferente a las veces anteriores. Por sus venas ya no sentía sangre correr sino fuego, su cuerpo estaba tan caliente que sentía como aquella excitación le recorría el cuerpo y se instalaba en la cabeza de su polla erecta, hinchada y a punto de explotar dentro de aquellos pantalones.

Shadai sabía lo que estaba pasando, su cuerpo había estado sintiendo aquel calor excitante durante días, con solo sentir el aroma de su compañero ella se mojaba. Sabía que lo que pasaría en aquella habitación no iba a ser el mismo sexo que había experimentado hacia semanas atrás.

Las puertas de aquella habitación fue abierta de una patada por Ethan, camino hasta la enorme cama que se encontraba en el centro de aquella lujosa habitación y arrojo con brutalidad a Shadai sobre la cama. Shadai junto con fuerza sus piernas al sentir como su centro palpitaba, lo vio ir hasta la puerta, para luego escuchar el sonido del seguro. Lo vio caminar hasta ella, mientras él se quitaba su camiseta de color negro y comenzaba a desprender el cierre de sus pantalones. Por inercia ella comenzó a desnudarse, ante los atentos ojos de su lobo.

Ethan se desnudo por completo, dejando su enorme y venosa polla al aire, mientras miraba con deseo aquella pequeña mujer, ver su piel bañada en pecas, sus pezones endurecidos y sentir el olor de su excitación, solo provoca que su pene se hinchará más y que su lado animal lo poseyera.

El celo del lobo y más de un Alpha era fuerte, su lado animal era quien tomaba el control al tomar a su compañera y lo hacia de una forma salvaje.

Se subió sobre el diminuto cuerpo de la pelirroja, subió sus piernas a sus hombros mientras acariciaba las torneadas piernas de mujer, llegando al centro mojado de Shadai. Paso sus dedos largos y grandes sobre aquellos pliegues empapados de los fluidos de su loba, escuchando los gemidos de placer. Su polla se intensificó, se hizo más grande, más dura, sus venas marcadas se extendían por todo aquel falo. Los ojos de Ethan se pusieron rojos, sus manos se transformaron en garras y de un solo movimiento se hundió en aquel coño sediento de su polla.

Los gritos de Shadai y los gemidos roncos de Ethan invadía aquella habitación. En un movimiento la coloco sobre sus rodillas, elevando su culo y se volvió a hundir en aquel interior que desprendía un calor agobiante, provocando que su pene se hinchará, enterró sus garras en las caderas de la mujer, sacándole un quejido sintiendo ella dolor y placer a la misma vez.

Las duras embestidas de Ethan, haciendo que su coño ardiera, sus pechos subían y bajaban ante la fuerza con la que estaba siendo penetrada, sintió como su rostro era elevando cuando el lobo la sujeto del cabello, Ethan saco su lengua y la paso en la espalda y cuello de Shadai, justo donde ella tenía su marca. Provocando en ella una corriente que sacudió su cuerpo con intensidad. El sonido de la pelvis del lobo al chocar contra el culo de Shadai, los gemidos y el cuerpo enrojecido de la mujer hicieron que la polla del lobo se agrandada y dejara salir todo su semen en el interior de Shadai.

Un pequeño grito salió de los labios de la mujer, al sentir como su interior se apretaba y el pene del lobo se agrandaba sin dejar espacio alguno para el sacar su enorme polla.

—¡Respira, dolerá un poco. Estamos en celo!— dijo con dificultad el Alpha, mientras sujetaba de la cintura a su mujer impidiendo que ella se dañará. Estarían así por unos minutos. El celo había llegado y no la había preparado para soportar aquel dolor.

(****)

La semana del celo había pasado, todo marchaba bien. Los tratados habían sido firmados, la paz reinaba entre ellos. Pero en dos de las manadas habían inconvenientes y por más que quisieran dejar de lado aquellos problemas no podían.

Shadai Donde viven las historias. Descúbrelo ahora