Capítulo 11: Orígenes

444 76 12
                                    

Al mirar a través del vidrio los esmeraldas observaban ensimismados las gotas gruesas cayendo del cielo, estampándose contra el cristal que impedía que su rostro se mojara. Su vista se movió de las calles inundadas para dirigirse hacia su compañía, algo avergonzada.

—Lo siento, te pedí que nos quedemos un rato más y luego se largó la lluvia... ahora te mojarás por mi culpa.

Él masculino dejó su celular para mirarla con curiosidad.

—Tranquila, en seguida soluciono el problema y veo como llevarte a casa —explicó con una sonrisa, intentando reconfortarla.

Pero aunque quisiera ocultarlo, la realidad era que el Uchiha estaba en sumo nervioso. Como era de esperarse para él, ni su padre ni su hermano contestaban el teléfono, por otro lado su madre no disponía de un vehículo propio para pasarlos a buscar. Su auto se había parado en medio del camino y se sentía demasiado avergonzado y cohibido por estar pasando aquella situación con la chica.

Su casa quedaba a tan solo unas cuadras que fácilmente podían hacer caminando, pero no pondría a Sakura a caminar hasta ese lugar. Además, la idea de meterla a su casa le causaba demasiado desagrado, no quería hacerla encontrarse con su familia.

Tragó grueso al ver nuevamente la llamada rechazada, dándose cuenta que comenzaba a quedarse sin alternativas. Miró hacia su al rededor en busca de alguna solución, como si estuviera esperando un milagro, pero era obvio que ninguno le llegaría. Un suspiro de frustración escapó de sus labios cuando su vista se enfocó en la chica, mirándola con pesar y sin ninguna gana de dejarle mojar su bonito cabello.

—Parece que no van a contestar ¿no? —La boca de Sakura habló por si sola, arrepintiéndose al instante ante la falta de respuesta del azabache que, solo volvió a mirar hacia el frente. Se removió incómoda en el asiento.

Luego de meditarlo unos segundos, pareció dispuesto a hablar.

—¿Me perdonarias si te hago caminar hasta mi casa? no está muy lejos de aquí. Allí puedes secarte, te ofresco algo caliente y luego te llevo a casa con otro auto.

—¿No deberías llamar a una grúa?

—Luego puedo encargarme de eso, la prioridad ahora es otra.

—¿Tu mamá tampoco puede venir a buscarnos?

—Ella no sabe manejar.

—Entiendo... claro que no tengo un problema en caminar, siempre lo hago.

Rápidamente salió del auto en busca de la puerta de copiloto, abriendo la puerta a la pelirrosa que con un bajo agradecimiento salió del vehículo mirándolo espectante a su paso. Cuando él comenzó a caminar ella lo siguió sin vacilar mediante se ayudaba de sus manos para calentar sus costados, enfocando su vista en la ancha espalda delante suyo.

Ninguno dijo nada durante el camino, el cambio abrupto en el humor del chico le contagió un poco y le provocó ponerse tensa. Estaba algo abrumada por la incertidumbre de que estaría sintiendo o pensando en ese momento el azabache que caminaba, sin dejarla atrás pero sin mirarla.

La habían pasado también cuando caminaban y charlaban sin parar que no parecía la misma persona de hacía una hora atrás. En ese momento Sakura no podía entender que tan frustrado podía estarse debido a las circunstancias. Desde su punto de vista, no era para tanto.

Al caminar por las calles empedradas y las casas abarrotadas con patios enormes, Sakura no se sorprendió que al llegar a su destino se encontrara en frente de una mansión moderna y grande. Sasuke miró por última vez hacia atrás, asegurándose de seguir teniendola a su lado cuando seguidamente abrió la puerta de su hogar que daba a la calle para resguardarse en la seguridad bajo techo.

THE LINE | +18 | Sasusaku  [En Emisión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora