Al llegar el lunes a la escuela Sakura no reparó en su ropa, no quiso vestirse arregladamente ni esmerarse siquiera un poco en quitar el vistazo que daba su imagen hacia una deplorable. Se notaba en sus ojeras y en sus rojizos ojos del mismo color que estaban tomando la delicada piel de sus mejillas. Sakura estaba en su peor momento y apenas se dio cuenta como había llegado tan repentinamente, de un momento a otr,o como si el conflicto en casa de sus abuelos realmente hubiera sido para tanto. Se sentía exagerada pero en ese momento le daba igual porque le era imposible controlar sus sentimientos.
Traía puesto tan solamente unos pantalones de jogging junto con un suéter grande a rayas imposible de combinar, prendas que usualmente eran usadas por la fémina para dormir o para estar en su cuarto. Tomaba la correa de su mochila de vez en cuando con nerviosismo al sentir miradas sobre ella. Algo en ella le decía que nadie se fijaría pues no era nadie importante para sus vidas y otra le hacía sentir el foco de atención, advirtiéndole que todos notaría ese cambio en ella que la hacía ver ridícula. Su cabello tan solo amarrado en un chongo despeinado y su rostro sin una gota de maquillaje, no accesorios, no zapatos sino tenis. Esa no parecía ella.
En el salón las cosas iban como siempre, ella intentando prestar atención pero todo se le dificultaba muchísimo. Ya todo parecía en vano si de todas maneras ella no lograba enorgullecer a nadie con sus esfuerzos. Escribió y escribió, los apuntes que tomaba del pizarrón de manera robótica, no por una intención verdadera o convicción, solo por la obligación. Al lado suyo su compañera había notado esto.
—Sakura ¿estás bien? —El tono preocupado en su voz era claro, pero Sakura ya ni siquiera pensaba darle importancia.
—Sí, tranquila —dijo, mintiendo descaradamente. No era su intención hacerlo pero Sakura ni siquiera era del todo consciente de que lo que le estaba pasando es que estaba llegando a cruzar una línea en su autocontrol que desconocía. La chica bonita de buenas intenciones que es lista y obediente, no cumple bien con su papel desde hace muchísimo tiempo y está cansada de seguir intentando volver a hacerlo cuando sabe que es incapaz.
Las cosas fueron de mal en peor cuando la profesora Kurenai, la que se llevaba más el resentimiento de Sakura para sí, le echó una mirada analizante y luego despectiva al entrar al salón. Sakura se tensó en su lugar e intentó no darle importancia, pero el miedo hacia esa mujer ya era costumbre pues las humillaciones eran constantes. Recordaba cada vez que disfrutaba de bromear sobre sus dificultades académicas y su garganta se amargaba fuertemente. No sabía con que podía tocarla en ese momento, y estando tan vulnerable tan poco sabía cómo podría reaccionar.
La incertidumbre en su cuerpo era latente.
Los anteojos de sol combinando con el look pretencioso de los pantalones de campana y la camisa color vino fueron el toque que acompañó aquella mirada egocéntrica. La mujer cuarentona, profesora más excéntrica que Sakura había visto. La detestaba porque era demasiado obvio su buen trato mayoritario hacia los hombres, y su trata despectiva hacia las mujeres. Pero lo que más la hacía enfadar era esa necesidad de hacerla sentir mal por cosas que no eran su culpa.
En el momento que Sakura fue consciente de sus pensamientos, también fue consciente del cambio radical que estos habían tenido. Jamás había querido echarle la culpa a alguien, jamás había querido ser cruel o contraponerse siquiera en sus pensamientos contra otra persona. Sin importar que tan crueles pudieran ser o cuan avergonzada pudiera sentirse ella no solía ponerse a la defensiva porque no es su forma de ser. Ella es una muchacha, una señorita dulce que acepta sus errores cuando otros se los marcan y utiliza esas críticas para poder mejorar como tiene que ser.
Pero en ese momento era diferente.
En ese momento, estaba muy irascible.
Sakura se caracterizaba por su actitud tímida, por sus piernas contorneadas y su buen cuerpo, por su mirada gentil y su comportamiento entre amistoso y serio con el que simpatizaba a los hombres. Sakura se caracterizaba por su falta de comunicación con otras féminas y por su necesidad de hacerlo todo bien para algún día, poder caerles bien aunque les tenga un profundo miedo. Sakura se caracterizaba por bajar la mirada, ser dulce e intentar demostrar con acciones que las cosas que su ex o los profesores pueden decir de ella no son ciertas. Sakura se caracterizaba, por no explotar ni ser grosera con su lengua.
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THE LINE | +18 | Sasusaku [En Emisión]
FanficAU. ❌ Leer aclaraciones y advertencias!¡ ❌ Fanfic por completo de mi autoría. SINÓPSIS: La línea que separa el amor de la obsesión. La línea que distancia sus destinos. La línea de espacio antes de caer al precipicio. Es tan fina como frágil. ____...