~Capítulo 9~

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Harry

—Tu padre estuvo antes en el local —le dijo Gil mientras aseguraban las cuerdas del barco—. Con mi padre y Facilier.

Harry gruñó, incapaz de hacer otro sonido mientras aguantaba un pedazo de cuerda con la boca mientras hacía un nudo. Parte de sus hombres estarían en los palos del barco vigilando desde arriba y Uma no quería desgracias imprevistas por una cuerda en mal estado.

«No me importa», significaba el gruñido. Uma ya se lo había dicho antes.

—Según mi padre, el doctor Facilier ha dicho que pronto le llegará un golpe suerte a un villano en la forma de la suerte roja.

—Facilier alucina —respondió Harry, mientras evaluaba el estado de los demás nudos—. Pasa demasiado tiempo con sus "amigos del más allá".

—¿Y si tiene razón? Dijo que uno de los villanos se reencontrará con su gran enemigo gracias a ella.

—Gil, cabeza de chorlito, la maldita Isla está llena de villanos. Podría ser literalmente cualquiera.

—Tu padre salió a buscar a la suerte roja después de saberlo.

Harry había visto a su padre entrar al local antes de salir a encontrarse con los secuaces de Mal. Por suerte, al volver su padre ya no estaba y había conocido a esa pequeña bandida pelirroja.

—No me importa lo que crea mi padre —respondió Harry, y esperaba que Gil diera por zanjada la conversación—. Peter Pan vive feliz y comiendo perdices en Auradon con su mujer. Ninguno se acuerda de él más allá de ser una anécdota graciosa que cuentan a sus amigos de vez en cuando. ¿Por qué vendría Peter Pan a encontrarse con mi padre?

—¿Por los viejos tiempos? —preguntó Gil.

—Tienes que dejar de prestar atención a Facilier.

Acabaron sus tareas sin más charla de la innecesaria. Uma estaba organizando las armas bajo cubierta y repartiéndolas entre los suyos según su habilidad y puesto.

—¡Harry! —gritó Squeamy, uno de los hijos gemelos del señor Smee, mientras corría hacia ellos.

Los dos niños apenas se separaban de Harry, lo veían como una especie de primo o hermano mayor. Harry había conseguido meterlos en el grupo para tenerlos más vigilados: mejor que se metieran en líos con ellos que con otros.

Uma los había aceptado a la fuerza, pero al final ella también había estado de acuerdo que era mejor que estuvieran con ellos que con cualquier otro grupo. Y aunque lo negara, ella también había cogido un poco de cariño por los risueños gemelos.

Los gemelos aún eran demasiados pequeños como para ser miembros importantes de la banda de Uma. Harry les daba tareas pequeñas para que se sintieran útiles, como vigilar o limpiar un poco.

—¿Qué pasa, Squeamy? —preguntó Harry.

Esperaba que Mal no hubiera vuelto ya. No estaban completamente preparados y no quería a los gemelos en medio de la refriega.

—Una chica te está buscando.

—¿Conocida?

—Nunca la había visto.

Harry no pudo evitar hacer una mueca de triunfo.

Harry fue a la cubierta que daba al muelle. Allí Squirmy, el otro gemelo, hablando con alguien en tierra.

—Solo quiero hablar con Harry Hook —dijo una voz que Harry reconoció.

—Sin identificación, no hay pase —contestó Squirmy.

Nunca digas Nunca Jamás ~Harry Hook~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora