~Capítulo 13~

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Whitney

No supo cuándo volvió en sí. A veces le parecía que estaba en un periodo de duermevela, otras le parecía estar soñando.

Fue por el olor que empezó a darse cuenta: un olor fuerte, casi desagradable, que llenaba sus fosas nasales. Le recordaba al mar, al olor de la brisa marina de Nunca Jamás, pero aquel era diferente, más sucio y denso.

No abrió los ojos de inmediato. Se sentía mareada, su cuerpo parecía moverse ligeramente incluso estando acostada.

Whitney esperó.

Su cabeza fue volviendo poco a poco. Fue uniendo puntos: olor a mar, sensación de moverse. No estaba mareada: estaba en un barco.

¿Cómo habría llegado allí? ¿Los chicos la habían llevado a un barco?

Whitney tomó una inspiración profunda antes de abrir los ojos. La repentina claridad le hizo daño. Cerró un poco los párpados para acostumbrarse a la luz

No se irguió al momento por miedo a caerse. Notaba sus piernas adormecida y notaba tensos cuello y cabeza, como si pronto fuera a tener un ataque de migrañas.

¿Cuánto tiempo llevaba dormida?

Giró el cuello para estudiar donde estaba una vez sus ojos se acostumbraron a la luz.

Como había supuesto, parecía estar en el camarote de un barco. Todo en la habitación parecía viejo, desde los escasos muebles (una estantería, una mesa y una silla) hasta las parades. El montón de ropa y mantas colocado sobre la mesa tampoco parecía nuevo; las mantas se veían frágiles, pero la ropa tenía un pase.

Whitney se fijo mejor en la ropa. Colores brillantes y fuertes: rojos y verdes y negros, nada de los colores pastel de Auradon.

Era ropa de villana.

Seguía en la Isla de los Perdidos

Se levantó con cuidado, sentándose en la cama y estudiando más atentamente la habitación. Una sola puerta y una única ventana diminuta.

Podría intentar derribar la puerta, pero no sabía cómo de robusta era y estaba demasiado débil para intentarlo. También se sentía demasiado débil para salir volando por la ventana, y si estaba en la Isla de los Perdidos tampoco tenía muchos lugares a los que huir. Podría volver a la guarida de los chicos y con suerte encontrarse a Dante y que este la llevara con su padre para protegerla.

No recordaba mucho de lo que había ocurrido antes de quedarse inconsciente. Recordaba la batalla con la banda de Uma, que se había escapado volando de Harry y luego había corrido hacia los chicos que ya la esperaban en la limusina.

Luego simplemente se había despertado allí.

Que recordara, el barco de Uma y su banda no tenía ventanas como aquellas, aunque tampoco podría asegurarlo porque no se había fijado tanto.

Whitney oyó unas pisadas.

Se asustó cuando la puerta empezó a abrirse. Era tarde para hacerse la dormida, así que se preparó para atacar a su secuestrador y salir de allí.

—Ah, por fin despiertas —saludó el chico—. Has echado una buena sonata.

Lo conocía, era de la banda de Uma. Harry se lo había presentado. El chico era el hijo de Gastón.

—¿Gil? —preguntó Whitney, su voz más grave, su garganta seca después de mucho tiempo sin beber.

El chico sonrió al ver que lo recordaba.

Nunca digas Nunca Jamás ~Harry Hook~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora