Nunca digas Nunca Jamás ~Harry Hook~

~Capítulo 19~

Whitney

Cuando se acercaron lo suficiente a la barrera, su padre sacó el mando que Whitney había en la limusina real, el único aparato que, no siendo la varita del Hada Madrina, era capaz de abrir y cerrar el acceso a la Isla de los Perdidos.

—Menos mal que no lo he perdido —dijo su padre—, por un momento tuve miedo de no encontrarlo en mi bolsillo. ¿Te imaginas la cara de Bacalao si volvemos a preguntar si por casualidad había encontrado un mando?

Whitney no contestó, habían ocurrido demasiadas cosas en tan poco tiempo que necesitaba pensar.

Había ocurrido demasiadas cosas esa semana que había estado secuestrada. Había llegado a la Isla de los Perdidos para ayudar a Mal, pero también había sido una manera de huir de sus problemas momentáneamente. Después de todas las historias que había oído, después de todo lo que le habían contado los VK's, había esperado que la Isla de los Perdidos fuera el lugar más depravado del mundo, con villanos haciendo de las suyas, un lugar donde no existía nada parecido a la bondad.

Sin embargo, en vez de monstruos ansiosos por cometer todo tipo de maldades, Whitney se había encontrado con personas. Personas, que sentían y sufrían igual que ella, igual que sus amigos. El grupo de Uma había secuestrado a Ben, sí, pero también cuidaban entre todos de unos niños pequeños que no eran su responsabilidad. Uma la había ayudado en su ataque de pánico sin que nadie se lo pidiese. Y Harry, el hijo del gran archienemigo de su padre, se preocupaba de los gemelos como si fuera su hermano mayor y trataba bien al señor Smee aunque fuera un subordinado más de su padre.

Eran personas, como ella, como sus amigos, como cualquiera otro de Auradon. Personas que tenían la desgracia de haber nacido en un mal lugar. Personas que tenían la desgracia de ser los hijos de sus padres.

Incluso los villanos como Cruella de Vil o el señor Smee eran capaces de mostrar cariño hacia sus hijos. Cruella se había preocupado aunque fuera un nada por Carlos; si no le importara, no le habría preguntado a Whitney si se adaptaba bien en Auradon. Y el señor Smee, el bueno del señor Smee, sus gemelos eran su vida.

Existía el bien en la Isla de los Perdidos, aunque los que vivían allí trataran de esconderlo, en especial los que habían nacido ya encerrados.

Whitney no sabía cómo iba a hacer, pero hablaría con Ben y conseguiría como fuese que volviera a poner en marcha el programa de adaptación de los hijos de los villanos. Squeamy y Squirmy serían una prioridad; aunque Uma no la hubiera obligado a prometerle que sacaría los niños allí, Whitney habría pensado en ellos igual.

Los VK's se habían adaptado bastante bien a Auradon, Mal era el ejemplo de ello. Whitney podría hablar también con ella. Era un secreto a gritos que Mal sería la próxima reina de Auradon, por lo que tendría el poder suficiente para impulsar el programa. Segura que ella ayudaría a Whitney a convencer a Ben.

Podían hacer pequeñas variaciones, como empezar a sacar a grupos más grandes, no solo cuatro chicos de cada tanda. Además, había más niños que no eran hijos de grandes villanos que también merecían una oportunidad; ellos no eran ni más ni menos que los demás por ser hijos de secuaces y subordinados. Los grupos deberían ser más variados para ofrecerles una oportunidad a todos.

También deberían tomar medidas con todos los que se quedaban en la Isla, no solo preocuparse con los que ya estaban fuera. La sanidad necesitaba una clara mejora, además de la educación y la posibilidad de acceder a una buena alimentación. Si la calidad de vida en la Isla mejoraba, el cambio no serían tan brusco para los chicos que llegaran a Auradon, y se sentirían más cómodos.

Otro tema a tener en cuenta sería establecer un sistema de comunicaciones estable entre la Isla y Auradon. Whitney sabía que tenían acceso a la televisión (únicamente al canal principal, y eso cuando lograban recibir una buena señal), pero no había servicio de telefonía ni de correos. Los niños que llegasen a Auradon tenían el derecho de seguir en contacto con su familia y amigos, si es que así lo querían. Squirmy y Squeamy estaban muy unidos a su padre, sería una crueldad no permitir que los niños no pudiesen hablar con él.